La democracia y el independentismo
Cada vez es más evidente la deriva del movimiento independentista hacia posiciones antidemocráticas. Quieren empezar la legislatura violentando la legalidad vigente tras perder su propio plebiscito, tal y como reconoció entonces la CUP, en contra de la mayoría de catalanes y con una presidenta del Parlamento que considera enemigos de Cataluña a los catalanes que no pensamos como ella. Sin respeto al Estado de derecho no hay democracia posible. ¿Cómo quieren que la gente respete después las leyes de una improbable Cataluña independiente si ellos no lo hacen ahora? Y todo ello con un presidente en funciones que se aferra a la silla a pesar de estar rodeado de toda la corrupción de su propio partido.— Manel Mas Canut.
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