Justicia imparcial

La decisión de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de apartar del tribunal que juzgará el caso Gürtel a Concepción Espejel y Enrique López da a la justicia una credibilidad que corría el riesgo de quedar en entredicho. Sobre la imparcialidad de ambos magistrados pesaban serias dudas a la hora de tomar decisiones relacionadas con la trama de corrupción vinculada al PP, precisamente el partido que los encumbró a los más altos puestos del Poder Judicial.

Al aceptar la recusación, la Audiencia da crédito a la idea de que entre los dos jueces y el PP existe “íntima vinculación” y “afinidad ideológica”. Sus currículos dejaban poco margen para las dudas. López accedió al Tribunal Constitucional impulsado por el PP y ha sido un activo colaborador de FAES, la fundación del partido. Espejel, condecorada y públicamente alabada por la secretaria general del PP, fue designada vocal del Consejo General del Poder Judicial a propuesta de esa formación. Es evidente que esta proximidad les convertía en candidatos poco idóneos.

De los 18 magistrados encargados de examinar el cumplimiento de los cánones de imparcialidad y su apariencia objetiva 14 se han inclinado por aceptar la recusación a López —ponente de la sentencia— y 10 han votado por excluir a Espejel, presidenta de un tribunal encargado de enjuiciar a tres extesoreros y una decena de altos cargos del PP.

Ante una situación particularmente sensible como esta no cabe si no aplaudir la decisión de la Audiencia Nacional, que contribuye a recobrar la confianza en las instituciones. En juego estaba la credibilidad de los jueces, que además de ser independientes, tienen que parecerlo.