Para siempre
¿Y si la idea de república catalana no fuera eterna?
Tenemos los católicos una tendencia muy arraigada a considerar la obra hecha como tocada por el polvo de la eternidad. Y así nos pasa lo que sería previsible en otros entornos, que lo construido con una vocación sin fecha de caducidad se torna salchichón curado al sol de agosto. Y no hablo de los embutidos que la OMS quiere poner fuera de la ley, sino de cosas y asuntos que merecerían de veras un marchamo de “para siempre” en hojalata que es el material adecuado para eso.
No hay mejor lección al respecto que un invento irlandés llamado Maureen O’Hara. Resulta que se ha reconocido oficialmente que ha muerto a los 82 años, cuando algunos amigos míos y yo creíamos que era eterna, es decir, que siempre iba a estar igual, vestida de pastorcilla y cantando unas empalagosas melodías campesinas de Irlanda. Pues la OMS puede quitarle ya toda garantía de “para siempre”. El marchamo se lo tiene que hacer, a partir de ahora, a lo que quiera proteger de algo más noble que la hojalata, por ejemplo, software, que es un material moderno e indestructible.
Vamos con los ejemplos prácticos, que es lo que nos importa ahora. La construcción de la república catalana. Carme Forcadell, apoyada por la mayoría de los diputados catalanes, ya la ha avanzado, aunque faltan algunos pasos. Uno de ellos es el de los diputados de Podemos, que ya se verá qué hacen cuando llegue el momento de la verdad. Y ese momento puede cuajar en que no todos los diputados hagan lo que tienen que hacer para que la república catalana sea para siempre. Menudo disgusto. Y un sinsentido. Porque la república catalana es para siempre y algo que es para siempre no puede estar al albur de que ese algo sea contingente.
Eso tiene un problema suplementario. Y es que quizá hemos tomado un concepto contingente por uno eterno. ¿Y si la idea de república catalana no fuera eterna? ¿Cómo hemos tomado un concepto como eterno cuando a lo mejor tenía menos alcance?
La OMS tiene un problema parecido con el fuet, y el cine internacional uno con Maureen O’Hara. El de la dama les ha aguantado 82 años. Veamos si el de la república catalana le dura a Forcadell más que a Macià o a Companys.
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