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“La diáspora puede financiar el desarrollo”

Ria plantea a los gobiernos africanos alternativas para que la diáspora financie el desarrollo en los países africanos a través de diferentes iniciativas como el accionariado en determinados proyectos

Ángeles Jurado
Las Palmas de Gran Canaria -
El director para África de Ria Money Transfer, El Hadj Malick Seck.
El director para África de Ria Money Transfer, El Hadj Malick Seck.A. J.

El Hadj Malick Seck se sienta en vaqueros, camisa blanca y una gorra deportiva también blanca en uno de los sofás de la recepción del Hotel Sofitel Ivoire. Da la espalda a una vidriera que se abre a una espléndida vista de la laguna abiyanesa y a una piscina turquesa ribeteada de cocoteros. Es el director general para África de Ria Money Transfer y reconoce que él mismo es producto de las remesas: pudo estudiar gracias a un hermano que enviaba dinero para garantizar su escolarización, al igual que sucede con muchos niños africanos que dependen de esas transferencias para poder educarse.

Se desenvuelve con igual facilidad en inglés y en francés, sin acento, y no utiliza terminología técnica ni frases rimbombantes. Habla de manera directa, con pasión y sencillez. Explica, en un inglés fluido, perfecto, que le obsesiona bajar las comisiones, hacer crecer el volumen de envíos y facilitar la disminución de las remesas que viajan por vías informales. “Las tasas por enviar dinero antes eran de un 12% y ahora del 5% y seguimos bajando”, informa. “El 60 % de las remesas que se mueven a nivel mundial llega a África. Hay 32 millones de personas que realizan envíos intrafricanos. Las remesas son muy importantes para nuestro continente”.

El director regional de Ria tiene una visión positiva de la inmigración que nosotros calificamos como “económica” para poder separarla quirúrgicamente del exilio por causa de la guerra, los solicitantes de asilo y las crisis de refugiados. Seck arguye que “la mayoría de los emigrantes africanos sale de su continente para trabajar”. “Están en Europa, por ejemplo, físicamente, pero su espíritu está en África, donde quedan su mujer, sus hijos, sus familias. Envían todo lo que ganan a África, construyen sus casas aquí. Tienen la idea de regresar un día a su país. No es el caso de los altos cargos o los altos funcionarios africanos que viven y gastan en Europa o Estados Unidos, pero sí el de la mayoría de los emigrantes que salen de aquí y que saben que sus familias o incluso sus pueblos dependen de ellos. Están fuera para trabajar y mandar dinero a casa”.

Explica que Ria busca fórmulas para que el dinero de la diáspora no sólo circule a pequeña escala, aunque reconoce que activa la economía y atiende las necesidades directas de los beneficiarios, que va a donde tiene que ir.

Barajan opciones como facilitar que el emigrante pueda cotizar para cubrir con un seguro sanitario a su familia africana, para preparar su retiro con una pensión o incluso para participar como accionistas en proyectos concretos de desarrollo local, para financiar el desarrollo. “Hay iniciativas que ya funcionan, como ventajas fiscales para los inversores en Senegal o presas que se construyen en Etiopía con dinero de la diáspora”, afirma Seck. También señala que -por desgracia y hasta el momento- la mayoría de los gobiernos africanos han ignorado el potencial de la diáspora para financiar el desarrollo y las posibilidades que ofrece la presencia y el trabajo de millones de ciudadanos repartidos por el mundo para favorecer el crecimiento de sus países.

“La remesa es dinero privado, pero lo que nosotros nos planteamos es cómo utilizarlo para el desarrollo del continente. Ese dinero no pasa por el estado, sino que sirve para atender a las necesidades familiares. Una forma de conseguir que ese dinero llegue a los gobiernos es la bancarización. En Nigeria, por ejemplo, llevan un par de años con un sistema que obliga a recibir las remesas en cuentas bancarias”, dice Seck.

El sistema nigeriano surge de la necesidad de combatir el crimen organizado, ya se trate de blanqueo y fuga de capitales, estafas o dinero destinado a la financiación del crimen y el terrorismo. Sin embargo, la tasa de bancarización de los africanos suele ser, en general, muy débil y los gobiernos buscan fórmulas para incrementarla y conseguir nuevos ingresos.

“La cuestión está en desarrollar políticas que induzcan a la diáspora a invertir para participar en el desarrollo de su país”, continúa el responsable para África y africano de Ria. “Ahora, como le decía, se utilizan las remesas para pagar las facturas, escolarizar niños, cubrir gastos de hospitalización, crear pequeños negocios. Sin embargo, la mayoría de la gente que tiene esos pequeños negocios no tiene cuenta bancaria. La inclusión financiera pasa por esa bancarización”.

Sobre la firma

Ángeles Jurado
Escritora y periodista, parte del equipo de comunicación de Casa África. Coordinadora de 'Doce relatos urbanos', traduce autores africanos (cuentos de Nii Ayikwei Parkes y Edwige Dro y la novela Camarada Papá, de Armand Gauz, con Pedro Suárez) y prologa novelas de autoras africanas (Amanecía, de Fatou Keita, y Nubes de lluvia, de Bessie Head).

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