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Mark Zuckerberg va a la prisión

Como ya hicieran Metallica y Johny Cash, el fundador de Facebook visitó la cárcel de San Quentin

Mark Zuckerberg en una imagen publicada en su Facebook de su visita a la prisión.
Mark Zuckerberg en una imagen publicada en su Facebook de su visita a la prisión.

Es la cárcel más antigua de California (Estados Unidos), después de Alcatraz, la más icónica. La prisión de San Quentin cuenta con rarezas como una cámara de gas para ejecutar la pena capital, ahora en desuso. Su comedor ha sido escenario de uno de los conciertos más legendarios del rock, el de Johnny Cash en 1969. BB King consiguió un Emmy en 1990 por su actuación tras los barrotes. Metallica filmó su vídeo St. Anger con el presidio como escenario. Después, ofreció una actuación para los reclusos. Ahora ha sido Mark Zuckerberg, que por ahora no canta, quien también ha visitado la misma prisión. El fundador de Facebook ha creado un programa para que los convictos aprendan a programar.

Zuckerberg y su esposa, que pronto serán padres por primera vez, visitaron el centro penitenciario este miércoles. La estrella de Silicon Valley, cada vez más volcado en tareas filantrópicas, con grandes donaciones al hospital público de San Francisco, donde trabaja su mujer, o a AltSchool, unas escuelas de última generación, considera que la programación puede ser el mejor puente para la reinserción laboral y social de los presos. “La sociedad, en conjunto, paga el precio de un sistema injusto, roto… Hay que cambiar la justicia criminal para que sea más justa y efectiva. Es uno de los grandes retos de nuestro país”, denunció. Y se mostró especialmente modesto en su muro de Facebook: “Quiero aprender más sobre este tema, pero ya hay algunas cosas que tengo claras. No podemos encarcelar y ya, esto no funciona”.

Apuntó que cuando alguien presenta una solicitud de empleo en Facebook no se comprueba su historial criminal. “Queremos dar una oportunidad para que rehagan su vida después de cumplir con su condena”, insistió, “estamos en 2015. No miramos ni el color ni nacionalidad de la gente”.

Esta actitud encaja con una de las lecturas recomendadas por Zuckerberg. Comenzó con El Fin del Poder de Moisés Naim y cada mes comenta un libro con sus seguidores. En julio fue el turno de El Nuevo Jim Crow, de Michelle Alexander. El título hace referencia a la serie de leyes que, de facto, segregaban a la población basándose en criterios raciales. Uno de los pasajes destacados por Zuckerberg deja claro que la visita a San Quentin no es fortuita: “El sistema judicial discrimina de una manera desproporcionada a latinos y ciudadanos de color. Más de la mitad de los que van a la cárcel viven por debajo del umbral de la pobreza”. Estados Unidos cuenta con más de 2,4 millones de presos, el 40% de los mismos son de raza negra.

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