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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Hablar de cultura en São Paulo

Una calle en São Paulo. La foto es de Gustavo Gomes
Los urbanitas no habitan la ciudad: la crean y recrean recorriéndola, la producen, porque la ciudad no es un producto —como quisieran quienes la han puesto en venta—, sino una producción que no es finalista ni finalizada, puesto que si tuviera fin —final o finalidad— dejaría de ser urbana y moriría.

El 22 y 23 de septiembre se va a hablar de cultura en Sāo Paulo. Va ocurrir en el marco del Encuentro Internacional Espacios Culturales Urbanos, los días 22 y 23 de este mes de septiembre, en el Centro de Investigación y Formación del SESC, el Servicio Social de Comercio de aquella ciudad. Pero, ¿de qué "cultura" se va a discutir, con el acento puesto en su lugar en la prosperidad de las ciudades y en el bienestar de sus habitantes?

Podría ser que el asunto a dirimir fuera el de la cultura entendida como una de las coartadas favoritas para lo que está siendo la apropiación capitalista de las ciudades, un instrumento destinado a embellecer moralmente los estragos de las lógicas neoliberales. De ahí esas políticas públicas y esas iniciativas privadas que exaltan una determinada idea de cultura y la ponen al servicio de la revitalización como espacios-negocio de barrios céntricos o periféricos que fueron populares, o de antiguas zonas industriales o portuarias ahora abandonadas, que se recalifican como residenciales "de categoría" o se colocan al servicio de las nuevas industrias tecnológicas y cognitivas.

Porque en verdad que es en la cultura que las políticas de promoción urbana y competencia entre ciudades encuentran en la actualidad un valor refugio con que dotar de singularidad funcional lo que en la práctica son estrategias de mercado, además de fuentes de prestigio para las instituciones políticas ante la propia ciudadanía. Es importante que al resultado de las intervenciones que se presentan como regeneradoras del tejido urbano quepa asignarles el atributo de creativas, dando a entender que han ido acompañadas de la radicación de industrias e instituciones en condiciones de proveer de bienes y servicios inmateriales. Para ello, las ciudades deben convertirse en nicho de instituciones culturales de renombre y escenario para grandes eventos igualmente culturales, componentes clave para hacer de ellas núcleos hiperactivos de producción de imágenes y significados.

Pero, viendo el programa previsto para esta cita, creo que de la cultura de la que se hablará dentro de unos días en Sāo Paulo va ser otra. Me alegra ver que allí se va a poner de manifiesto que la cultura no es solo esa entidad casi mística a la que se consagran grandilocuentes templos y se ofician solemnes y grandiosas ceremonias internacionales —exposiciones universales, forums de las culturas, capitalidades culturales. La cultura que va importar allí va a ser la que se define no como el conjunto de elaboraciones más o menos "elevadas", creadas o recibidas por un público supuestamente selecto, sino el conjunto de formas de pensar, decir y hacer de los seres humanos en cada contexto particular, o, lo que es lo mismo, la capacidad humana no solo de vivir en el mundo, sino de crear el mundo en que vive.

En las ciudades, la cultura sucede en los museos y en los centros culturales, por supuesto, pero también se expande por las calles aledañas o lejanas a estos, a ras de suelo, en la acción innumerable e infinita de la gente. La cultura entonces no es sino el conjunto inacabable de formas que adopta la sociedad y lo inagotable de sus trenzamienos, es decir su competencia para generar universos nuevos. Es acto e imaginación; memoria y potencia. En nuestro caso, el de la vida urbana, la cultura remite al mismo principio, ese principio que dice: los urbanitas no habitan la ciudad: la crean y recrean recorriéndola, la producen, porque la ciudad no es un producto —como quisieran quienes la han puesto en venta—, sino una producción que no es finalista ni finalizada, puesto que si tuviera fin —final o finalidad— dejaría de ser urbana y moriría.

Comentarios

Genial la concepción sobre cultura y ciudad¡,,,
Genial la concepción sobre cultura y ciudad¡,,,

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