Si Kanye West fuera presidente de los Estados Unidos...
El rapero, en uno de sus incontables arrebatos de ego, anunció anoche que presentaría su candidatura en 2020. ¿Qué pasaría si lograra su propósito?
Ay, pobre Taylor Swift. Si hace unos años Kanye West le robó el protagonismo interrumpiendo su minuto de gloria para decir delante de medio mundo que Beyoncé merecía más el premio que ella, esta vez la joven ex estrella del country, nominada en casi todas las categorías, pensaba que nadie podría robarle plano. Qué equivocada estaba. El rapero siempre ríe el último.
Habló (como siempre, demasiado) del odio y los prejuicios que el público siente hacia él, de la importancia del arte, de la necesidad de ideas, de la volatilidad de la fama.... en un discurso tan contundente que hasta la revista Time ha tenido que transcribirlo al completo: "Pienso, por ejemplo, en el momento en que voy a una frutería con mi hija y tengo una conversación genial sobre zumos, ¿sabéis?, Y al final, la gente piensa 'pues no es tan malo después de todo'". Pero lo mejor, la bomba, llegó al final:
"Sí, como probablemente ya habéis adivinado, he dedicido presentarme a la presidencia en 2020"
La estrella de hip hop, el diseñador, que se considera un líder de opinión y hasta una especie de Mesías negro, ha hablado de su futuro profesional en tantas ocasiones que tiene a la audiencia despistada. Hace poco, y tras presentar su colección para Adidas, confesó, por ejemplo, que aspiraba a ser el director creativo de la cadena GAP. Ahora parece haber cambiado las telas por los estrados. Pero... ¿y si va en serio? O mejor aún, ¿y si lo votaran?
En un momento político en el que un niño de quince años con pseudónimo de rapero (Deez Nuts) está subiendo en los sondeos norteamericanos como primera fuerza independiente, en una época en que los comentaristas políticos llaman al electorado femenino y soltero 'votante Beyoncé' y en la que el propio rapero afirma que Obama le llama a casa... ¿sería tan descabellado? ¿Y si ocurriera? ¿Qué pasaría?
1. Instagram, un derecho constitucional: West, siempre adalid de la igualdad de derechos y oportunidades, sabe que la notoriedad pública, el futuro de la comunicación, está en los selfies. Vaya si lo sabe. Su mujer, Kim Kardashian, es la persona más seguida en la red social (por delante de Taylor Swift o Rihanna), y entre todos los miembros de su familia política suman más de 300 millones de seguidores. Ahí está el electorado. Y ahí está el futuro de la población. Durante su mandato, el presidente instaría a comunicarse vía autorretrato, a poner muecas y a competir por ver quién hace el bodegón más contemporáneo. El nuevo sueño americano lleva hashtag.
2. Kim Kardashian, la nueva Oprah: el reality show de su esposa pasaría, obviamente, a una cadena nacional y se emitiría en bucle. Pero no es suficiente. El reinado mediático (si es que no lo ha hecho ya) caería en sus manos. Un talk show propio, una revista, una productora y hasta una variedad de té en Starbucks llamado 'Kim Latte'. La celebrity dialogaría en directo con altos mandatarios, estrellas del celuloide y personalidades locales. Un nuevo tipo de entrevista en la que las dietas, el fondo de armario, la rutina de belleza o el restaurante de la temporada pasarían a convertirse en asuntos de Estado.
3. Uniforme (de diseño) obligatorio: y ríete tú del maoísta. Bajo su mandato, Kanye impondría el negro, el cuero y las zapatillas de deporte. Un código indumentario firmado por Rick Owens, Martin Margiela y otras marcas tan conceptuales como prohibitivas. Ahora, claro está, venderían sus arneses y sus camisas deconstruídas a precios populares. El uso de estampados y de firmas que no han sido tocadas con su beneplácito (como Nike o, en el peor de los casos, Louis Vuitton) sería sancionado bajo pena de escándalo público.
4. Policías de la moda. o una sección parlamentaria dedicada a estos asuntos. Si Maria Antonieta nombró a su costurera, Rose Bertin, ministra de la moda, aquí la salvaguarda estética caería en manos de Riccardo Tisci, actual director creativo de Givenchy, adicto a las fiestas y a la reinvención de la indumentaria tribal. Mano dura.
5. Marina Abramovic, secretaria de cultura: ahora que la performance es patrimonio nacional, vigilen sus espaldas; puede que alguien se les acerque a susurrarles al oído, trenzarles el pelo o destrozarles la ropa. Y el yoga, todas las mañanas.
6. Nuevo calendario festivo: el 4 de julio pasaría a celebrarse el 8 de julio (su cumpleaños), el día del trabajo pasaría a llamarse Jornada Nacional del Selfie, Santa Claus se rebautizaría como Yeezus y el cumpleaños de su retoña, North West, pondría inicio a las rebajas. Todas las banderas ondearían hacia el Oeste, obviamente
7. La Casa Blanca, en Los Ángeles: hace más calor, hay más tiendas y construir en el jardín una piscina de 500 metros con forma de K y llenarla de Moët no queda ostentoso por esos lares.
8. El logo de Apple, rediseñado: ¿hace falta explicar qué sustituiría a la manzana?
Actualización: ya hay un Tumblr de visionado obligatorio que deja claro el mensaje
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