A unos les gusta llevarse cosas, y a otros, olvidarse de ellas. Se llevaron un piano de cola, varios relojes antiguos, una nutria disecada, un cerdo de piedra, una pesada chimenea de mármol y hasta una langosta viva. Dejaron una cabra muerta, un hámster asustado, una urna cineraria, varias dentaduras postizas, pelucas de diversos colores, un loro, periquitos, piernas ortopédicas, un ojo de cristal, pijamas y ropa interior de ambos sexos, además del kit de bondage, fusta incluida, que olvidó en un hotel de Londres algún huésped amante de la disciplina inglesa.
Con los objetos y la quincalla abandonados en los hoteles se podrían crear varios museos de lo bizarro. Aunque no todo lo que se encuentra es así: algunos hoteles españoles han montado bibliotecas con los libros olvidados por sus huéspedes; y en La Montaña Mágica , un hotel rural de Llanes (Asturias), Carlos Bueno, el propietario, invita a pasar la noche a todo aquel que se presente con una rara edición del célebre libro de Thomas Mann que da nombre su alojamiento.
La balanza se inclina del lado de los que se llevan a casa un recuerdo sin importancia de su paso por el establecimiento. La mayoría elige alguna de las amenities que pone a su disposición el hotel.
¿Quién no ha echado alguna vez en la maleta, al dejar la habitación, el frasco de champú, el kit de costura, el peine, el cepillo de dientes, la caja de cerillas, el lápiz, el bolígrafo o uno de esos indescriptibles gorros de ducha con agujeritos que jamás usará? O ese bonito cenicero que tienes ahora mismo delante. No te sientas culpable, tu cleptomanía es moderada. Los hoteles dejan allí esas amenities para que los clientes se las lleven. No, el secador de pelo no es una amenity. Ni el albornoz.
Los gadgetselectrónicos y las pilas de los mandos a distancia son auténticos hits.En las piezas de algunas vajillas domésticas y juegos de cubertería bastante completos brillan los anagramas de hoteles de medio mundo. Conozco a un respetable cirujano que, además de un manitas en el quirófano, es un artista escamoteando vasos y jarras de cerveza (no Luis, no eres tú). Su ya ingente colección se surte de hoteles, bares y restaurantes de los cinco continentes. Hasta la pizpireta y sinuosaKaty Perryreconoce haber hecho travesuras: “Me llevo las almohadas, soy como la princesa del guisante, me gusta dormir blandito”declaró en una ocasión.
La picaresca también pasa por rellenar con agua o té las botellitas del minibar, cambiar ajados edredones traídos de casa por otros nuevos (solo hay que cambiar la funda, y que conste que yo no lo hago), y hay quien, pertrechado con un destornillador, se ha llevado los picaportes, los toalleros, el secador de pelo, el portarrollos del papel higiénico, lámparas y bombillas, el equipo de música y el televisor. De las mesillas vuelan hasta las biblias de los Gedeones, y eso que en alguna de sus páginas tiene que venir aquello de "No robarás".
Los espacios comunes no se libran. Según el diario británico The Daily Telegraph, los hoteles londinenses gastan una fortuna en adornos florales, convertidos en improvisados regalos de cumpleaños o de aniversario por maridos olvidadizos. Los cuadros que adornan, o simplemente cuelgan de las paredes, tampoco. Ningún reino de la naturaleza escapa a esta peculiar forma de coleccionismo: durante la celebración de una boda en un cinco estrellas madrileño se esfumó del hall y ante las mismas narices del recepcionista un ficus de más de dos metros de altura, y eso que el macetero debía de pesar lo suyo.
¿Dónde acaba el souvenir y empieza el cuerpo del delito? La toalla, ese oscuro objeto de deseo (aunque casi siempre son blancas), marca la frontera entre lo que la dirección del hotel considera normal que el cliente se lleve como recuerdo y lo que ya no le hace tanta gracia. Cientos de miles desaparecen cada año de los hoteles del mundo, lo que supone un enorme coste para las grandes cadenas, sobre todo desde que subió el precio del algodón con el que se fabrican.
Las medidas para evitarlo son variopintas. Desde minibares electrónicos que registran los artículos que se sacan del mueble y los cargan automáticamente en la cuenta, a microchips cosidos a las toallas, sábanas y albornoces. En el Reino Unido han creado la Guest Scan,una lista negra de los clientes que tienen por costumbre arramblar con el contenido de las habitaciones, y también de los alborotadores. Los datos se guardan entre dos y cuatro años.
En un hotel de Tokio se podía leer este aviso: "Se ruega a los señores clientes que no roben las toallas. Si éste no es su caso, por favor, no lea esta nota". Otros establecimientos son más sutiles y anuncian en el baño: "Si está interesado en nuestros albornoces, puede adquirir uno nuevo en recepción por 50 euros. Si prefiere llevarse el que ha usado, tendremos que cargárselo en la cuenta". Los más imaginativos llegan a estampar en sus toallas y ceniceros etiquetas como esta: “Robada por cortesía del hotel”.
Algunos hoteles han tirado la toalla, valga la redundancia. La cadena estadounidense Holiday Inn, que pierde más de medio millón de unidades cada año, declaró en 2008 el Towel Amnesty Day, en el que concedía un indulto simbólico a quienes, a lo largo del más de medio siglo de historia de la cadena, decidieron secarse en casa con alguna de sus toallas. Otros, visto el éxito que tienen sus muebles y complementos, los han puesto a la venta por catálogo. Es el caso de marcas como Ritz-Carlton , Waldorf Astoria y Westin , donde te puedes llevar a casa hasta la cama (pagando, claro).
En mi caso, me llevé un secador de pelo muy moderno que venía en una bolsita de plástico. Me pudo la emoción de no verlo pegado a la pared.Hace semanas que no duermo.
Me llevé a la simpática señorita de recepción. A día de hoy todavía no me he arrepentido.
Yo hace mas de 10 años robé la alfombra de baño del Doral Inn de Nueva York. Todavia la uso cada mañana. Es muy buena, muy bonita y me ha servido para acordarme del nombre del Hotel y recomendarlo.
Pero mira que sois chorizos... :o) (just kidding)
Lo unico las chanclas que van a juego con el albornoz, el albornoz nunca. Las chanclas si porque considero que una vez usadas no las vuelven a lavar ya que pierden la forma enseguida y es obvio que no estan nuevas. Y en un buen hotel ingles todos los tipos de tes que habia en la habitacion, puagh, estaban asquerosos, acabe regalandoselos a una amiga...
Hace años me llevé un kimono de un hotel de Japón (barato, de tela barata). Pero, por si acaso, me lo llevé de la habitación de al lado, que tenía la puerta abierta.
He tenido la suerte de viajar mucho por trabajo y creo que no hay que llevarse nada de valor, ya que de una manera u otra lo pagamos. Lo más chocante que he vivido respecto el tema de olvidos en las habitaciones, han sido dos "encuentros". En Helsinki encontré en el suelo de la habitación un camarero completamente borracho -al principio lo creí muerto-; y cerca de Boston, un cajón con un montón de revistas pornográficas. El camarero, lo devolví, las revistas...
jabones, champús, cremas, peines, costureros, ceniceros, lápices, bolígrafos, alguna toalla (me la olvidé en casa), lo normal y que te cobran con la habitación...
De hoteles no mas que champu, gel y esas cosas... pero hace muchos años, en un viaje con mi familia a Rio de Janeiro de la compañía Varig, cuando los cubiertos de los aviones eran metálicos y las servilletas de tela, mi padre, después de comer, quiso guardárselos... y la azafata lo vio y nos trajo 4 juegos completos de cubiertos y 4 servilletas preciosas, nuevos! De esto hace 30 años y todavía están las servilletas dando vueltas en casa de mi madre
Jose Antonio Fonseca VacaAunque todos queremos llevarnos algo del hotel donde nos hospedamos es algo incorrecto saludos a todos Jose Antonio Fonseca Vaca
Mi mujer cogió una vez un cuchillo, pero luego al tomar el avión lo detectaron en el escáner y ella lo sacó alzándolo con la mano. Hasta la guardia civil se pitorreó.
Yo cada año viajo a Madrid al mismo hotel.Por supuesto que me llevo los artículos de higiene,la esponja de lustrar los zapatos hace furor entre mis sobrinos.Da gusto ver como lustran las zapatillas,las paredes,el suelo...En casa tenemos un cofre,como del tesoro y ahí ponemos todas esas cosas,cuando vienen los sobrinos a casa lo primero es revolver en el cofre a ver si hay algo nuevo.
Trabaje un verano en el Caledonian Hilton Edimburgo (un hotel de 5 estrellas) de housekeeper mientras estudiaba inglés. Un día había una convención de médicos y estaban alojados en el hotel, entre ellos había varios españoles...les pillé robándome del carrito de la limpieza los champús y las galletas walker a puñados. Les pillé y salieron corriendo y cuando les dije...¡anda que soy española! volvieron a contarme sus penas: que si aquello era muy caro, que qué corte...les regalé un puñadito a cada uno y la mascota del hotel de goma...menudo ridículo, me partía de la risa
Si la marca es buena, todo (L'Occitane, Crabtree & Evelyn). Si no, el champú si el bote se puede rellenar. El gorro de ducha. El algodón y los palillos. Unas zapatillas estupendas de un hotel veneciano que aún utilizo. Las pastillas de jabón si son grandes y están bien envueltas. El boli si es bueno, el lápiz si tiene goma. La lima de uñas. La bolsa para la lavandería si es de tela (son estupendas para guardar cosas en el altillo).El albornoz no, porque o se ha lavado demasiadas veces o no cabe en la maleta. Tampoco me llevo el abrillantador de zapatos ni el costurero porque para que nos vamos a engañar....
El huésped anterior se lo llevó puesto porque descubrí las botellitas del minibar rellenadas con agua. ¡Explica que no has sido tú!
Moral relajadita. Después quejarnos de que nos roban los políticos o los banqueros.
Hombre, algo ha que llevarse, aunque sea de recuerdo. Yo tengo una crema de manos que me llevé de un Westin en VArsovia que me va de perlas. Eso no es robar, es aprovechar lo que se te ofrece. Sería una gochada dejarlo empezado para que tuviera que recogerlo el señor de la limpieza, ¿no? Un desperdicio. Un robo es el precio que cobran en ese mismo Westin por conectarse a internet. En un cinco estrellas debería venir incluido, digo yo.
Así se consuela la cobarde purria española, que no sabe reaccionar ante los robos de Gürtel de los ERe, de los Peñafreta, etc...
En realidad, sí lo sé. Sé que bizarro no tiene en español el significado de raro o extravagante que tiene en inglés, sino de valiente o esforzado. Como también sé que extravagante o sofisticado significan cosas muy diferentes en español y en inglés. Tres buenos ejemplos de “falsos amigos”. Pero aquí, en concreto, quería enfatizar el carácter de “raruno”, grotesco, estrafalario, estrambótico, pasmoso, que bizarro tiene en inglés, por eso no lo quito, aunque lo pondré en cursivas, para que se note que es un barbarismo. En cualquier caso, te agradezco mucho el comentario, y los que sigan, porque seguro que se me escapa algún o algunos gazapos. Y rectificar es de sabios. Un saludo.
En los hoteles y grandes almacenes, por ejemplo, no suelen tener pérdidas por este tipo de robos ya que los incluyen en el precio de todos sus productos. Gracias a estos "amigos de lo ajeno" pagamos los demás un poquito más en estos establecimientos. Y luego se quejan de que son caros... Si alguno de vosotros fuera el dueño del hotel y pillais "in fraganti" a varios clientes hurtando los albornoces, por ejemplo, ¿qué haríais?. No hagas a nadie lo que a tí no te gusta que te hagan.
Isidoro, ¿sofisticado en inglés no es sophisticated y siginifica lo mismo? igual estoy confundido o hay otra traducción que se me escapa.
Espero que me lo aclares, me gusta el tema de los 'falsos amigos' porque me cuesta mucho no recurrir a ellos (y casi siempre meter la pata :)
...
(yo no robo nada, me da vergüenza que me pillen)
(además, no voy a hoteles tan lujosos para que me tiente nada, jaja)
(pero odio las perchas enganchadas a la barra, por favor!! como si me fuera a llenar la maleta de perchas baratas...)
Yo los botecitos de champú y jabón es lo único que me llevo, pues sirven muy bien para el gimnasio y una vez que los has usado no se lo pueden poner a otro cliente el resto.El albornoz me ha tentado pero no me he atrevido... y los cojines de dormir es que no me cabían en la maleta que sino... eran tan blanditos... y tan grandes... xo me parece un canteo robarlos... Aunque podía haberlo hecho, como bien han dicho: no sé de que se quejan los hoteleros, si ya lo cobran todo en el precio, que se han puesto por las nubes... Y lo que decís de que luego nos quejamos de los políticos... pues claro ya comen gratis en sus reuniones y muchas cosas más... bodas reales etc... si encima algunos roban a escondidas para su propio uso...ya stá bien hombre!!
Nada, no me llevo nada. Me enseñaron bien de pequeña. Cada cosa cuenta. Empiezas por el albornoz y terminas por las arcas del consistorio.
Excelente post! Dirijo un Hotel de lujo de más de 300 hab de una cadena internacional. No te puedes imaginar las cosas que desaparecen...Efectivamente encuentro muy acertada la frontera entre lo "que nos hace y no nos hace tanta gracia" y esa frontera es la toalla de manos. La del bidé cuela. De ahí para arriba molesta. Claro que la mayoría ya trabajamos con lavanderías que aportan el stock y claro que los contratos ya incluyen la reposición de las robadas y las que se van desgastando...pero el cálculo de las robadas aumenta el precio. Personalmente envío cartas a los clientes que han "olvidado abonar efectos de la habitación" que superen una cantidad moderada.... pero tristemente dejamos pasar por alto a los que se llevan: papel higiénico!!!!!, bombillas de bajo consumo, pilas del mando (ahora ya los fabrican anti-hurto), gomas de la fontanería, cabezas de ducha, (si es cara, recibe carta) y un largo etc. inimaginable. Los amenities están ahí para uso, llévenselos, pero respeten el inventario del Hotel!!!
O sea que sí, que como dijo "Guerrita" "Ca uno es ca uno" y "Hay gente pá tó"
El correo anterior ha quedado incompleto. Dejo constancia en este de lo que realmente quería decir:
O sea que sí, que como dijo "Guerrita" "Ca uno es ca uno y "Hay gente pá tó". Si leemos lo publicado un poco más arriba, por Alatriste y por Arrepentido, veremos que, en efecto, "Ca uno es cada uno" y "Hay gente pá tó". Y miren por donde, los recién citados, aun cuando por cuestiones distintas, están en la misma final situación: no dormir...
La solución más inteligente me parece la de aquellos hoteles que dejan muy claro que te puedes llevar lo que quieras: que luego será cargado a tu cuenta.Por otra parte, no sé donde iremos a parar, he llegado a escuchar a algunos hoteleros quejarse porque la gente "robaba" los artículos de baño, consumibles de un solo uso, calificación que no me parece de recibo.
Yo quiero decir que está clarísimo qué es robar y lo que está para que te lo lleves. Yo creo que quitando las cositas de la cestita del baño y los bolis y libretita o las cerillas (cuando se puede fumar), todo lo demás entra dentro del robo.
Y odio a mis amigos que roban toallas, ceniceros y tonterias similares excusándose en que han pagado muy caro el hotel. Pues chaval, ¡vete a un camping¡
Todo eso está puesto ahí para que te haga más agradable la estancia, no para llevarselo.
Además, ¿habrá algo más cutre que una toalla de un hotel en tu casa.?... aunque sea del Waldorf Astoria. Es reconocer publicamente que eres un ladronzuelo y un cutre.
Yo de vez en cuando me llevo las botellitas del minibar, o me tomo una botella de agua y cuando voy a pagar no la declaro. Y no tengo ningún remordimiento porque siempre me he preguntado por qué el precio de los artículos del minibar va en proporción directa al precio del hotel. Más pagas por la habitación, más pagas por la botellita de agua. Cuando debería de ser al revés, ¿o no?. Vamos, que con el precio de la habitación de algunos hoteles, te deberían de dar gratis todo el minibar.
Pienso que en gran parte es negligencia y responsabilidad del hotel. Deberían enviar a alguien a supervisar la habitación cuando la deja el cliente y va a abonar la estancia, para comprobar si falta algo y reclamarselo. A mi en algún hotel me lo han hecho y lo entiendo, no me parece mal porque no tengo nada que ocultar.
Lo mejor la esponjita de limpiar los zapatos, claro que me la llevo ya usada. Y siempre el jaboncito y el botecito de gel, porque me recuerda el olor de las vacaciones.
Nada. No me gusta que me roben así que no robo a los demás. Eso sí, en el bufé libre me pongo hasta las cejas.
Yo es que voy a unos hoteles que...... pues eso, que no hay nada que llevar, jajajaja. El último el Royal National, en Londres. ¿Pastillitas de jabón de esas que huelen raro? pues va a ser que no. No había más. Por cierto, la tele estaba sujeta a la mesa por un candado (al abrir el cajón se veía) jajaja y las almohadas estaban hechas mala a posta, creo yo; no había secador de pelo, ni escobilla de wáter, ni siquiera persiana, jajajaja, eso sí, me puse de pomelo almibarado, del desayuno, hasta las cejas, jajaja.
¡Uff! he estado leyendo una web de los 10 hoteles más sucios del mundo y hay varios en Londres. El "Royal National" es de batalla, pero no está mal, para lo que es.. dormir y desayunar, vale; es que no soy muy exigente. Es un macro-hotel, ¡inmenso! con personal español en recepción y el resto de mayoría hindú, correctos todos. La habitación ya he dicho en mi comentario anterior: sin persiana, 3 perchitas en el armario y algún que otro desconchón en paredes y carpintería. En el baño no había escobilla de wáter, la alcachofa de la ducha era fija y no habia grifo monomando en el lavabo (que se atascaba un poco); tampoco había secador de pelo ni alfombrilla donde posar los pies al salir de la ducha (nos la pusieron al día siguiente). Me tocó la cama de enfrente de la puerta y todas las noches tuve la iluminación que entraba por sus rendijas de la luz del pasillo, que no se apagaba nunca; igualmente, al no haber persiana, a las 7 de la mañana nos despertaba la luz del día (ésto no importa porque somos madrugadores). El desayuno muy correcto y te puedes servir a tutiplén. Lo mejor de todo, no sé si lo he dicho, es que es ¡¡SUPERCÉNTRICO!!! al lado de la estación de metro de Russell Square y muy cerquita de Covent Garden. RECOMENDABLE.
Yo viajo con poco equipaje si voy para un par de días, una simple mochilita, por lo que no me cabe nada más que lo que he traido. Como mucho me llevo el botecito de gel. Jamás se me ocurriría llevarme una toalla, y menos un albornoz ¡qué vergüenza si viene alguien a casa y ve que la he robado...! No dormiría.
El albornoz, ni se me ocurre llevármelo, las toallas, tampoco, y las amenities del baño muy raramente, porque cada vez son más cutres. A veces me llevo hasta el gel de casa, porque incluso en hoteles de postín tienen jabones infames. Sólo si son productos Aveda o similares me da por guardarlos en la maleta. Del minibar pago lo que consumo, aunque de mala gana porque se pasan mogollón con los precios. Una vez me llevé un salero del RadissonSAS de Colonia, pero en casa se negó a funcionar. Ni añadiendo granos de arroz a la sal conseguí que saliera por los agujeritos
Pues yo una vez dejé las cosas que llevaba en los bolsillos en la caja fuerte, después salí a cenar, y agarré parte de lo que había dejado dentro, dejando sólo un paquete de chicles medio gastado. Por rutina bloqueé la caja fuerte y me fui. Al día siguiente me fui del hotel, y cuando ya estaba en el taxi, me acordé de haber dejado la caja bloqueada con un cutre paquete de chicles dentro. Cada vez que pienso en la cara del presonal del hotel al desbloquear la caja y encontrarlo ...
Qué vergüenza.... Vergüenza ajena de pertenecer a una sociedad llena de sujetos que enaltecen el robo, se vanaglorian de sus hurtos y se apoyan mutuamente como en una especie de terapia colectiva. No me extraña que los españoles tengamos una imagen tan deteriorada fuera de nuestras fronteras, veo que es una fama bien merecida. Los políticos que tenemos no son más que el reflejo, aumentado, de quienes han comentado este artículo: ¿Tú robas en tu ayuntamiento? Yo, qué va... solamente me llevo los sobornos de las constructoras y algo de la cuenta corriente, pero de los partidas presupuestarias nada de nada, que eso sí es robar.Da asco y vergüenza, a partes iguales, leer algunos comentarios. No me extraña que estemos donde estamos como país...
Menos mal que mis padres me enseñaron que no hay que robar, la ley de los mandamientos dice no robar, y es no robar, nada de que esto es pequeño y vale, no robar y punto final.
Tan mal esta la situacion que os llevais infelices fraquitos de Shampoo , gel y esas tonterias? ufffffffff yo no robo y si un dia robo tendra que ser billones de Euros, no estupideses.
No se ponga estupendo, Ángel; la costumbre de llevarse toallas, ceniceros, vasos, cubiertos, etc. de los hoteles y de los camarotes de los barcos no es exclusiva de sus conciudadanos. Mi hermana ha trabajado en uno de los hoteles de superlujo de nuestra ciudad y cuenta al respecto cosas que Ud no se creería. Arrogantes vikingos hiperbóreos, impenetrables samurai de refinada cultura milenaria, dinámicos ciudadanos del nuevo mundo, empresarios del Imperio del Centro y nuevos ricos de la Santa Rusia se llevan las cosas más variopintas y recurren a las estratagemas más ingeniosas para no pagar un par de tónicas del minibar. No se por qué a los españoles les gusta tanto denostarse a si mismos y atribuirse en exclusiva defectos que compartimos con el resto de los humanos.
Quiero invitaros a que visitéis mi blog:
http://www.pianistasdelmundo.blogspot.com
Está dedicado a los mejores pianistas de todos los tiempos, hay videos en directo y enlaces con su biografía.
Si os gusta agregadla en vuestros favoritos,o hacedse seguidores, iré incluyendo muchos más.
Muchas gracias por vuestro tiempo.
Hombre, yo creo que llevarse los botecitos de gel y champú no es robar: ¡si ya los has usado!
En respuesta a Curiosidad, y perdón por la tardanza. Esto es lo que dice la última edición del Libro de Estilo de El País sobre el uso de ‘sofisticado‘: "Falso amigo del inglés ‘sophisticated’, que en castellano no significa ‘avanzado’, ‘perfeccionado’ o ‘moderno’, sino ‘artificial’, ‘rebuscado’, ‘adulterado’, ‘falso’, ‘falto de naturalidad’, ‘afectadamente refinado’ o ‘exagerado’. En el diccionario de la Academia aparece ya con la acepción de ‘complicado’, pero sólo referido a un aparato, a una técnica o a un mecanismo. Saludos y gracias por comentar mi entrada.
En casa de mis padres todavía quedan unos cuantos cubiertos de diferentes compañías aéreas y yo inicié mi colección de cristalería cervecera apropiándome de las piezas en bares, cervecerías y restaurantes, pero llegado a una edad lo dejé y o los pido o los compro o me los regalan. De los hoteles no me llevo nada.
Curioso... he leído el post con las zapatilals del Barceló Guatemala puestas...
Yo creo que es robar, igual que llevarse un cuaderno de tu oficina. En mi luna de miel, el hotel donde estábamos tenía los albornoces dentro del armarios en una bolsa. Esta ponía le precio. Los pagué para quedármelos de recuerdo.
Si no lo has pagado (porque tú has pagado el precio de la habitación y el uso de la mayoría de las cosas que hay dentro), ni te lo han regalado, lo mejor es no tocarlo. La lencería es propiedad del hotel, y su uso suele alargarse bastante. Si te llevas una toalla, estás robando.
Llevarse el albornoz es robar, si. Los albornoces no son gratis para los Hoteleros, hay que pagarlos. En mi caso yo hice dos modelos, muy chulos, en negro y otro en blanco con el logo y demás, pero me cuestan casi 15 euros. Si me robas dos son 30 euros mas iva. Si la habitación cuesta unos 80 euros en invierno, me estas robando casi el 50% de lo que yo ingreso por tu alojamiento. Alojarte en un hotel y pagar la habitación NO DA DERECHO en ningún caso a ROBAR TODO LO QUE ENCUENTRES EN ELLA.
Llevarte las amenities que se gastan no es robar, las ponen para usarlas, y no se reutilizan, como gel, champú, jabón, crema, cepillo dientes, lima, libreta, boli y zapatillas. Todo lo demás es robar. Y quien ha puesto que no paga lo del mini bar es una ladrona.
Gran aporte para entender mejor la gracia de los amenities. Aún así, si les falta reponer albornoces, toallas, etc. estamos a su disposición en www.rhhotelsupply.com. Somos fabricantes también de zapatillas y artículos de acogida.
Lo más curioso que he conocido ocurrió hace bastantes años (aún estaba el régimen comunista) en Polonia: Existía un cuerpo de funcionarios dedicado a medir la longitud de las cortinas de la habitación del hotel pues, según me explicaron había huéspedes que cortaban tiras de las mismas para utilizarlas no sé para qué en su casa. Los funcionarios llamaban a la puerta de la habitación, identificándose como la "kontrola". En honor a la verdad, en aquella época no había ni pasta dentífrica en el mercado......
Preferiría que el precio de la habitación fuera el justo de acuerdo con el alojamiento en si, y no pagar más por lo que suponen que va a desaparecer,o que ponen (amenities) y que no me interesa utilizar. Valoro más un lugar comodo y en el que pueda descansar,que es para lo que lo contrato, y no que me pongan albornoz o chorradas varias
Es una nimiedad, pero está muy mal traducido lo que dice la toalla. La traducción es: "Yo no me robé esta toalla del Hotel Fusión" no "Robada por cortesía del hotel".
Yo he visto a unos llevarse el colchón del sofá cama.Y lo de La Montaña Mágica no es cierto.....he estado allí y la biblioteca no es con los libros que se han dejado.....si no de Gustavo Bueno el filósofo, padre del propietario.....Pero la historia es bonita.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.