Un pequeño bocado
Los astronautas de la Estación Espacial Internacional prueban la primera lechuga cultivada en el espacio
Si es cierto que la primera lechuga criada en el espacio “sabe bien”, como aseguró ayer el primer Homo sapiens en probarla, el astronauta Scott Kelly de la Estación Espacial Internacional (ISS), la carrera espacial habrá merecido la pena. Porque las lechugas de aquí abajo se han vuelto extrañamente esféricas y siempre aparecen envueltas en un papel celofán que, justo es decirlo, no sabe mucho peor que el producto al que envuelve. Tanto la cara de Scott Kelly como la de sus dos colegas en la estación parece desmentirles, pero quizá las expresiones faciales sean difíciles de controlar a 400 kilómetros de la Tierra, y la lechuga cósmica tenga un brillante futuro así en la Tierra como en el cielo.
Pero Kelly y los suyos han hecho bien. Los aficionados al cine de ciencia-ficción habrán notado con perplejidad que en las naves espaciales siempre viajan soldados, científicos, médicos, telépatas, marcianos y monstruos carnívoros, pero jamás se ha visto a un agricultor. Es lo que pasa con la predicción del futuro, que siempre se equivoca uno en lo más fácil.
El Enterprise es capaz de recorrer media galaxia y perder a media tripulación por el hiperespacio sin que allí nadie se haya preocupado en absoluto de comer algo. Se supone que comerán pastillas, pero es que ni por esas podrían sobrevivir más allá de unos meses. Tanto escudo de antigravedad y tanto torpedo de positrones y allí no se ve un mal cultivo de cereales y legumbres, allí no hay nada que llevarse a la boca ni sobornando al doctor Spock. Así no se programa un viaje.
Una lechuga puede parecer un triste comienzo para la era de la astroagricultura, pero por algo había que empezar. Esto es un pequeño bocado para un hombre, pero tal vez un banquete para la humanidad futura. Así que empecemos a hacer la lista de pedidos. Si queremos desayunar huevos fritos —lo que es probable si hay astronautas británicos— habrá que llevar gallinas, y cereal que las alimente. Añadan cerdos para el bacon y ratas para que coman los cerdos, y ya tenemos montada la nave espacial. Quizá el espacio no sea tan distinto de la Tierra, después de todo. Contigo sea la fuerza.
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