Medellín: Arquitectura y urbanismo como herramientas para el desarrollo social
En los años 90, Medellín era conocida como una de las ciudades más peligrosas del mundo por estar involucrada en una serie de cuestiones económicas, sociales y de violencia provocadas mayormente por el narcotráfico, y conflictos entre guerrillas comunistas y paramilitares.
Afortunadamente, a día de hoy, las cosas han cambiado.
Gracias al trabajo conjunto e integral entre planificadores, diseñadores urbanos y políticos, Medellín ha dado un gran paso adelante para rescatar áreas de la ciudad que previamente habían sido ignoradas. La ciudad se ha convertido en un auténtico laboratorio de innovación y transformación urbana gracias a procesos sostenidos de planeación, de políticas inclusivas abiertas a la participación, y de esquemas exitosos de innovación institucional.
Tradicionalmente, los proyectos de desarrollo urbano en Colombia se centraban en la búsqueda de soluciones concretas a problemas físicos. Medellín ha optado esta vez por una nueva estrategia para usar la arquitectura y el urbanismo como una herramienta para el desarrollo social.
A día de hoy, la percepción de la seguridad de sus habitantes ya no es la de antes, el desarrollo urbano y social de la ciudad es notable, el número de incidentes violentos ha disminuido así como también la tasa de desempleo. Los resultados son visibles no solo en los cambios físicos de la ciudad sino también en los funcionales y sociales donde se ha visto un cambio de actitud y orgullo por parte de sus habitantes. A modo de ejemplo, Jhon Deivy y Pedro, dos niños del barrio de Santo Domingo, enseñan en este pequeño reportaje la transformación de su ciudad.
El desarrollo urbano de Medellín fue diseñado como una estrategia integral buscando soluciones a la movilidad, la gobernanza y la educación junto con la recuperación del espacio público y zonas verdes. El objetivo de esta estrategia era recuperar los sectores más pobres de la ciudad que hasta hace poco estaban dominados por grupos armados.
Estos planes específicos se ejecutan a través del Proyecto Urbano Integral (PUI), el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y el Plan Director de zonas verdes. Por lo general, todos ellos forman parte de uno o dos proyectos estructurantes que se convierten en catalizadores de pequeños proyectos de espacio público e intervenciones de infraestructura en torno a un área específica.
División político administrativa de la Comuna 13, según decreto 346 de 2000, con equipamientos y espacio público. Fuente: Alcaldía de Medellín, Departamento Administrativo de Planeación.
El primer PUI se llevó a cabo en el noreste de la ciudad, con el objetivo de mejorar la movilidad de los habitantes de toda la zona. Consistió en la ejecución de un "Metro Cable" y el desarrollo urbano alrededor de las estaciones de metro, como el Parque Biblioteca España. El "Metro Cable" surgió como un elemento clave y necesario para conectar los asentamientos populares localizados en las laderas de la ciudad con la red de metro en el valle inferior, cerca del río. Esto redujo el tiempo de viaje de más de una hora a tan sólo diez minutos, beneficiando a más de 134 mil habitantes. Al tratarse de proyectos en terrenos de grandes desniveles, la topografía de Medellín tiene que ser comprendida para aportar soluciones urbanas, ya que requiere alternativas extremas para resolver problemas de espacio y movilidad.
La inserción del Metrocable redujo tanto el tráfico que los urbanistas reclamaron un canal de tráfico para convertirlo en una vía peatonal. Imagen: Steven Dale
Este nuevo pasaje en la Comuna 13 ha sido uno de los proyectos de mejora de movilidad y acceso a la ciudad para los residentes de la zona. Fotografía: Christopher Swope/ Citiscope.
Otro proyecto de movilidad a destacar fue la red de escaleras mecánicas públicas y gratuitas colocadas en las partes más inclinadas de la Comuna 13. La escalera, de 384 metros de longitud, está dividida en seis trayectos conectando la comuna con una de las estaciones de metro de Medellín.
La administración del alcalde Sergio Fajardo (2003-2007) fue vital para el desarrollo de la ciudad con su modelo "Medellín, la más educada". Su objetivo era recuperar las zonas marginadas de la ciudad a través del Urbanismo Social. Se trató de aumentar la conciencia crítica de las injusticias de desarrollo tradicional urbano y la gestión municipal. Se implementaron proyectos que reflejaban su interés por la mejora del sistema educativo a través de nuevas escuelas y bibliotecas-parque con alto valor arquitectónico, símbolo de un "Nuevo Medellín" con el fin de mostrar que la violencia puede ser combatida mediante el desarrollo cultural y la inclusión social.
Biblioteca Tomás Carrasquilla en Medellín. Fuente: Omar Uran
Paradójicamente a la consideración de proyectos sociales y urbanos aplicados en el centro y norte de la ciudad, surge la desatención del espacio público en la zona sur de Medellín, específicamente en las zonas con alto nivel económico (tales como el distrito El Poblado, y los municipios de Envigado y Sabaneta).
Estas zonas residenciales son desarrolladas principalmente por entidades privadas y comerciales, y no prestan atención al nuevo contenido arquitectónico de la ciudad. No existe una relación entre el espacio arquitectónico público y privado. A pesar de que la violencia ha disminuido considerablemente, las empresas inmobiliarias promueven proyectos habitacionales que requieren altos niveles de seguridad y privacidad, reduciendo el espacio público a corredores para vehículos y aceras. Los centros comerciales han tomado el papel del espacio público como lugar de encuentro y zonas de recreo, excluyendo de alguna manera gran parte de la comunidad con ingresos bajos a usar esos lugares.
Los problemas de la ciudad son demasiado complejos como para esperar resolverlos en un corto período de tiempo. El proceso de desarrollo del área metropolitana de Medellín continúa avanzando en una nueva (y buena) dirección. Es así, que la ciudad de Medellín sea un precedente en el desarrollo urbano de grandes ciudades de países emergentes. La arquitectura no sólo ha transformado Medellín sino que también se ha cambiado la manera y práctica de hacer arquitectura, diseñando el espacio público de una manera más consciente y humana.
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