Sobre redes y piedras
Una piedra es una piedra. Por sí misma no es ni buena ni mala. Puede servir para muchas cosas: construir una casa, matar a un hombre, partir almendras, defenderse, etcétera. Las redes sociales en este sentido son parecidas a las piedras. En primer lugar, se ha de saber cómo funcionan y, después, tener la voluntad de no hacer daño. Hasta donde mi conocimiento alcanza en este tema, sé que cuando pego algo en mi muro de Facebook, automáticamente sale también en un muro general al que un montón de gente tiene acceso. De la misma manera, si yo escribo algo en otro muro, son incalculables los miles de personas que lo pueden estar viendo en ese momento. Por eso, antes de escribir nada en una red social, hay que pararse a pensar si lo que vas a decir te podría reportar problemas, y si es así, siempre puedes utilizar otros medios más privados y seguros: el correo, el Messenger o el teléfono, por ejemplo. Lo digo porque, aun teniendo buena voluntad, las palabras se pueden malinterpretar y ocasionar un conflicto innecesario, con el consiguiente disgusto para todos.— Venancio Rodríguez Sanz.
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