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El esmoquin es también para ellas

Marlene Dietrich puso de moda este atuendo hace ahora 85 años en la película 'Marruecos'. Su estilo marcó la moda del siglo XX

Marlene Dietrich, con esmoquin.
Marlene Dietrich, con esmoquin.

Sombrero de copa, pajarita y esmoquin. Marlene Dietrich como la aventurera Amy Jolly y cantante de cabaret en tierras extrañas iluminaba el blanco y negro de la Paramount con su impecable traje masculino en la película Marruecos (1930). Primera y única nominación de la actriz para el Oscar de la mano de su pigmalión, Josef Von Sternberg, que esculpe su imagen en la pantalla. La aparición de la figura masculina y ambigua de Dietrich en la secuencia cinematográfica tenía su remate escandaloso con el beso que le daba a una mujer en la sala de fiestas. El dandismo en femenino se dotaba de uno de sus representantes más poderosos e influyentes en el perfil gentleman de la estrella alemana. Una saga independiente que ha llegado hasta nuestros días en actrices como Diane Keaton, Tilda Swinton o divas pop como Madonna y su insaciable canibalismo estético.

Ochenta y cinco años después la aparición de la estrella como un perfecto y elegante caballero sigue centelleando en la pantalla y en la historia del cine. Hasta aquel momento los hombres vestidos de mujer constituían un objeto seguro de carcajadas en el celuloide. La imagen de la estrella alemana vestida con ropa masculina solo produce fascinación y misterio. Esa mezcla de virilidad estilizada y feminidad que la estrella y cantante tan sabiamente sabrá jugar sobre la escena. Marlene Dietrich adopta el esmoquin como uno de sus trajes fetiches sobre el escenario junto con el famoso vestido “color carne” transparente que le realiza el diseñador cinematográfico Jean Louis y que exhibirá hasta su retirada del espectáculo.

En la trastienda del estilo de la actriz durante sus primeros años en Hollywood se encuentra el diseñador Travis Banton, que glorifica la imagen de la estrella con un guardarropa lleno de extravagancias ya sea a bordo de un tren exprés por tierras de China, en un delirante carnaval español o haciéndola emerger de un traje-mono bajo el disfraz de un gorila como nueva venus imperial. Dietrich construye su mito fundiéndose con sus personajes.

Mick y Bianca Jagger, en su enlace civil celebrado en Saint Tropez en 1971.
Mick y Bianca Jagger, en su enlace civil celebrado en Saint Tropez en 1971.cordon press

En agosto de 1966 Yves Saint Laurent presenta su colección inspirada en el Pop Art. Algunas de las reseñas de la colección no esconden cierta perplejidad ante los vestidos inspirados en los cuadros de Warhol y Lichtenstein; sin embargo, entre el conjunto de piezas presentadas destaca una, Le Smoking, destinada a convertirse en uno de los diseños más influyentes de la historia del siglo XX. El creador ponía a punto el primer esmoquin para mujeres que se acompañaba de una corbata de lazo negro y un fajín de raso. La silueta victoriosa de Marlene Dietrich encontraba su recepción popular en una década de cambios sociales y mutaciones estilísticas. Como declara el propio Saint Laurent a propósito de su diseño: “Le Smoking proporciona a la mujer una actitud, más allá de la moda, porque de lo que estamos hablando no es de moda, sino de estilo. Las modas van y vienen, pero el estilo es eterno”.

Si los pijamas de playa, amplios pantalones masculinos para la mujer, que Coco Chanel había plantado sobre la Riviera francesa en la década de los treinta años habían supuesto una conquista en la liberación de la silueta femenina, casi cuatro décadas después, del taller de Yves Saint Laurent se apuntalaba la revolución estilística iniciada década atrás. La aparición en público de estrellas pop como Françoise Hardy, actrices y musas como Catherine Deneuve y Loulou de la Falaise o leyendas de Hollywood como Lauren Bacall o Faye Dunaway confieren a la pieza su estatus y carácter. Para su boda con el cantante y líder de los Rolling Stones bajo los flashes de todos los fotógrafos de la Costa Azul, Bianca Jagger se viste con la rupturista silueta pero cambiando el negro original por el blanco. La modelo añade un plus de provocación a la icónica pieza prescindiendo de la ropa interior…

Angelina Jolie y Brad Pitt, ambos con smoquin, en los premios BAFTA en febrero de 2014.
Angelina Jolie y Brad Pitt, ambos con smoquin, en los premios BAFTA en febrero de 2014.cordon press

Las fotografías que en 1975 Helmut Newton realiza para la edición del Vogue francés con una modelo de aspecto andrógino enfundada en el esmoquin junto a otra modelo completamente desnuda -solo viste unos zapatos de tacón- fijan para siempre la iconografía de la pieza, su modernidad imperecedera y poder de transgresión. Una silueta que rescataba una estrella de las características de Angelina Jolie, que con ocasión de una de las últimas entregas de los premios BAFTA aparecía sobre la alfombra roja con un renacido esmoquin que por supuesto eclipsaba al de su marido, Brad Pitt.

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