Matilde es la fuerza que impulsa a Felipe I
La imagen de la monarquía belga mejora con el trabajo y cercanía de la reina y los asesores del rey
Los reyes Felipe y Matilde de Bélgica cumplen este mes dos años de reinado. Tras la abdicación el 3 de julio de 2013 del monarca Alberto II y su consorte Paola, a quien los ciudadanos —especialmente los flamencos— no tenían en gran estima, según la experta en Casa Real belga, Brigitte Balfoort, la monarquía en bélgica pasa ahora por su mejor momento.
"Los ciudadanos pensaban que el rey Felipe lo iba a hacer mucho peor de lo que lo está haciendo. Y lleva 24 meses de reinado", sostiene Balfoort desde su oficina en Brujas (la capital de la región de Flandes, Bélgica). "Mucho se lo debe a Matilde", la primera reina de los belgas —y aristócrata— nacida en el país. Matilde ha cambiado completamente al que ahora es el rey, señalan varios expertos en la monarquía. Él era muy "introvertido", "solitario", califica Balfoort, que les conoce bien, especialmente a Matilde, sobre la que escribió un libro cuando aún no había sido proclamada monarca consorte: Princesa Matilde, sus primeros 40 años (sólo disponible en flamenco) y a la que ha acompañado en algunos de sus viajes.
La imagen de que siempre está en la sombra es eso: sólo una imagen, la que ella misma quiere proyectar. La reina Matilde tiene mucha más fuerza y mucho más poder de lo que se imagina el público, según varios expertos. El rey Felipe, sin embargo, más profesional, ha sabido rodearse de unos buenos asesores para intentar estabilizar y relanzar el papel de la monarquía en Bélgica, cuya confianza de los ciudadanos cayó del 80% al 30% durante el mandato de su padre, el rey Alberto II. "Una de sus mejores decisiones fue nombrar como consejero a Frans Van Dale", sostiene Belfoort. Van Dale fue uno de los hombres inseparables de Herman Van Rompuy, el primer presidente permanente del Consejo Europeo y también ex primer ministro belga entre 2008 y 2009.
Mathilde d´Udekem d´Acoz, se convirtió en reina consorte de manera oficial el pasado 21 de julio, tras la abdicación del rey Alberto II en su hijo, el ahora rey Felipe I. Una delicadeza extrema —casi susurra al hablar—, elegante e inteligente, se comunica con los demás de una manera muy poco convencional. La periodista Balfoort confiesa estar “alucinada” con su saber hacer: “Recuerdo cómo entendía perfectamente a un discapacitado al que era muy complicado seguirle la conversación. Matilde charlaba con él de una manera extremadamente fluída”. La reina estudió psicología y es logopeda de profesión. “Ella entiende sin palabras”, describe la experta. La reina Matilde, con sus 42 años, está muy comprometida también con los derechos de la mujer y la protección de la infancia.
Para los belgas —tanto valones como flamencos— la monarquía es un punto de unión y Matilde, su máxima impulsora hoy en día. Ella habla francés (su lengua materna), alemán y flamenco, creando una cercanía más estrecha con la mitad de la población que la que mantenían sus predecesores. "Paola no sabía casi nada de flamenco. Y tampoco se esforzaba", defiende Balfoort.
Aquellos que conocen algo más de cerca a la pareja sostienen que hacen un buen equipo. Incluso cuando salieron a la luz los rumores sobre un affaire homosexual del entonces príncipe Felipe, su esposa Matilde —con la que lleva casado 16 años— permaneció todo el tiempo a su lado, dándole apoyo. Y es que no hay que olvidar que también es madre de cuatro pequeños "de los que se ocupa personalmente”, cuenta Balfoort, de 54 años.
En un reciente documental sobre los primeros 500 días de reinado del Rey Felipe I, Matilde aparece siempre en una escena, aunque no menos importante, mucho más familiar. Casi de tutora de sus propios hijos: Isabel, de 13 años y heredera al trono, Gabriel, de 12, Manuel, de 10 y la pequeña Leonor —que no siempre acude a los interminables actos oficiales—, de siete años. “Ella siempre va cada día a las 16:00 de la tarde a recoger a sus hijos al colegio. Les ayuda con los deberes y les acuesta”, explica Balfoort, que ha acompañado a la reina en más de una ocasión. ”Matilde no será la reina más glamurosa o con más protagonismo, como sí lo tiene su compañera y amiga Máxima de Holanda, pero es sin ninguna duda la más trabajadora de Europa”, sentencia.
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