Solo interesa ahorrar
Hace unos meses el ministro Wert se escudaba en la excelencia para defender la mayor exigencia en nota cara a conceder becas universitarias. Coincidiremos en que valorar los expedientes más destacados es buena idea. Ahora muchos constatamos que ni excelencia ni gaitas, al ministro sólo le interesaba cerrar el grifo de la ayuda pública. De todas las calificaciones obtenibles hay una especial: la Matrícula de honor. El profesor la otorga si le place (no tiene por qué hacerlo) cuando la nota del alumno supera el 9 sobre 10; además de embellecer el expediente, permite al laureado ahorrarse un porcentaje de tasas al curso siguiente, porque se lo ha ganado. Y aquí viene la traca: el ministerio limita el número de Matrículas de honor que el profesor puede otorgar a sólo una por cada 20 alumnos matriculados. El estudiante depende de cuántos compañeros tenga; que coinciden varios alumnos brillantes en una clase pequeña, que se fastidien, y da igual lo que diga el profesor. ¿Se preocupará Méndez de Vigo de corregir esto? Permítanme dudarlo. Y seguiremos queriendo ser Finlandia.— Sergi Esteve Rico.
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