_
_
_
_
_

Hijos del hartazgo

La juventud abraza la política desde los movimientos ciudadanos

Manifestación estudiantil frente al Ministerio de Educación en 2012.
Manifestación estudiantil frente al Ministerio de Educación en 2012.Claudio Álvarez

"Siempre pensé que los partidos eran máquinas de dar y recibir favores", "los jóvenes que no tratan de transformar la realidad se han hecho viejos antes de tiempo". Son reflexiones de cuatro miembros de una generación que ha pasado del desencanto al entusiasmo. Son los hijos del hartazgo. Tradicionalmente alejada de la política, la juventud en España ha sido marginada por el poco interés que suscitaba como caladero electoral, según el politólogo Pablo Simón. Pero algo ha cambiado. "Ahora, la insatisfacción se mezcla con muchas ganas de participar en partidos y movimientos sociales, y eso es algo nuevo", explica este profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y miembro del colectivo Politikon.

Más información
El apoyo de los jóvenes a los partidos clásicos cae en picado
El año electoral del voto joven
Seis de cada 10 jóvenes españoles planean emigrar en busca de empleo
La crisis ha hecho que los jóvenes sean cada vez más tradicionales
Jóvenes nada pasotas

Juantxo Iturria, donostiarra de 33 años, es un ejemplo de ese desencanto transformado en voluntad de implicarse. Nunca se vio atraído por ninguna formación política. Ahora, este profesor de historia es el portavoz de Podemos en las Juntas Generales de Guipúzcoa. Iturria trabajó en la Oficina de la UNESCO en Santiago de Chile como especialista en temas de educación. Allí, sufrió una lesión de gravedad en la pierna. Recuerda que en los hospitales no le querían atender porque no llevaba encima una tarjeta de crédito. También trabajó en Bolivia, donde fue testigo de la pobreza que afecta a gran parte de la población.

Estas experiencias le hicieron valorar el sistema público de España y plantearse la necesidad de hacer algo para preservarlo. Cuando volvió a su San Sebastián natal, hace menos de un año, se implicó en el círculo local de Podemos porque, por primera vez, se sintió representado en la ideología y los métodos de un partido.

El interés por la política, en una escala del uno al diez, ha crecido del 2,7 a más del 4 en los últimos años entre la población de 18 a 25 años, según un estudio del Centro Reina Sofía. En las facultades se han incrementado las solicitudes para estudiar ciencias políticas. Los principales canales de televisión emiten tertulias sobre política en horario de máxima audiencia. En los bares se habla de los vaivenes de la prima de riesgo y surgen partidos, movimientos y plataformas.

Jóvenes marginados

Movimientos ciudadanos como la Marea Blanca han impulsado el compromiso social de muchos jóvenes. En la imagen, una manifestación contra los recortes en Sanidad.
Movimientos ciudadanos como la Marea Blanca han impulsado el compromiso social de muchos jóvenes. En la imagen, una manifestación contra los recortes en Sanidad.Uly Martín

El profesor Simón indica que el auge del interés por la política y los movimientos sociales es paralelo al desencanto provocado por tres factores: la percepción de que no había alternativa al bipartidismo desde los años ochenta; el colapso de las redes de corrupción espoleadas por la burbuja inmobiliaria; y la falta de oportunidades y frustración que ha generado la crisis.

Con el marcado acento chilango característico de los residentes en la capital mexicana, Altea Gómez opina que los jóvenes tienen que involucrarse en asuntos sociales y políticos. “¿Si no, quién va a luchar?”, se pregunta. Su forma de hacerlo es participar en la Marea Granate en México, el movimiento de jóvenes españoles que, como ella, han emigrado a causa de la falta de oportunidades. Además, es integrante del colectivo feminista Red Federica Montseny y miembro del círculo de Podemos en el país americano.

Hay una oleada de gente que pide un cambio en la forma de hacer política Mª José Vicente, abogada

Los jóvenes han sido “marginados” por los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE porque tienen “escaso interés electoral como colectivo”, asegura el profesor Simón. Un motivo es que “la pirámide demográfica juega en su contra, porque son pocos” —España es un país envejecido—, y eso hace que “no sea tan interesante hacer políticas para ellos” desde un punto de vista electoral: suponen menos votos. Otra razón, según Simón, es que “históricamente el voto joven está más a la izquierda”, de modo que los partidos de esta tendencia no necesitan hacer mucho para atraerlo, y los de derechas no se centran en él porque su base electoral es de mayor edad.

Ese olvido se traduce, según este experto, en un mercado laboral que supone la “precariedad crónica” para muchos jóvenes “incluso en tiempos de bonanza”. A su vez, el sistema de bienestar basado en cotizaciones implica que quien no trabaja, no cotiza, y al final “a muchos solo les queda el colchón familiar” y no pueden emanciparse. “Lo primero que se ha recortado son las becas”, indica, “y se ha disparado el índice de la pobreza infantil, que afecta a los futuros jóvenes”.

Fractura generacional

En la escuela en la que trabajaba la letrada María José Vicente mientras preparaba su doctorado en ciencias políticas, escuchaba a los niños hablar de que sus padres no llegaban a pagar la hipoteca. Quiso saber “qué posibilidades tenía de cambiar el orden de las cosas”. Eso le llevó a involucrarse en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). El número de teléfono de esta abogada de 33 años comenzó a circular por Madrid. Rememora que, de madrugada, le despertaban llamadas de personas que le contaban que querían suicidarse porque iban a perder su casa.

Los libros de historia dirán algún día que estos años supusieron un cambio de ciclo Pablo Simón, politólogo

Vicente cuenta que, al principio de la crisis, “la gente que lo pasaba mal tenía vergüenza”. Relata cómo una señora solía acudir a las reuniones de la plataforma ataviada con un abrigo de visón. “Esta mujer vivía en un mundo de apariencias, porque realmente no tenía ni para comer”, explica. “Con el tiempo, no es que desapareciera el miedo, es que desapareció la vergüenza, y eso creó conciencia social”. Cree que “los partidos tradicionales no pueden quedar impasibles ante la nueva oleada de gente que pide un cambio en la forma de hacer política”.

Simón habla de una “fractura generacional” ocasionada por el auge de nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos, y cree que ahora los partidos van a tener que volver a pelear por el voto joven. Sostiene que, algún día, los libros de historia dirán que estos años supusieron un cambio de ciclo en el que los jóvenes retomaron la política. Pero no se atreve a predecir el desenlace que tendrá esta transformación: “Ahora no sabemos a dónde vamos porque todas las posibilidades están abiertas”.

María José Vicente

María José Vicente, letrada de 33 años oriunda de Hellín (Albacete), ha asesorado a más de 130 personas en riesgo de desahucio como integrante de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Llegó a tener peso en las juventudes del PSOE en su región. Reconoce con pesar que en el partido encontró algunos compañeros que “no entendían” su activismo en contra de los desahucios. Sostiene que "los jóvenes que no tratan de transformar la realidad se han hecho viejos antes de tiempo".

Juantxo Iturria

“Siempre pensé que los partidos eran máquinas de dar y recibir favores”. Por eso nunca se implicó en ningún partido. Con Podemos se sintió representado por primera vez. Ahora, este donostiarra de 33 años es diputado de esta formación en las Juntas Generales de Guipúzcoa. Cree que “la experiencia es un grado y ha de tener su lugar”, pero que los jóvenes deben jugar un rol activo en política porque están “muy formados” y aportan “una frescura y un dinamismo diferentes”.

Altea Gómez

La catalana Altea Gómez, de 31 años, recuerda cuando las grandes grúas de construcción, reflejo de la burbuja inmbobiliaria, seguían ahí, recortadas contra el cielo de Barcelona, “pero ya no se movían”. Esto, aunado a que en el videoclub en el que trabajaba empezó a recibir currículos de doctorandos, le hizo pensar que "la cosa estaba complicada". Emigró a México en 2010, desde donde participa en la Marea Granate, Podemos y la Red Federica Montseny.

Inmaculada Bellerín

Con 25 años, Inmaculada Bellerín es la líder de Ciudadanos en su municipio, La Palma del Condado (Huelva). Estaba cansada de ver siempre a los mismos partidos turnarse en el poder y del “clientelismo” que esa alternancia propiciaba. Los postulados de Ciudadanos le parecieron una alternativa atractiva. Esta joven representante reconoce que no tiene mucha experiencia en la arena política, pero asegura que lo suple con “frescura y muchas ganas de cambiar las cosas”.

Más información
Los jóvenes toman las riendas
Medio millar de firmas españolas se dedican a la economía colaborativa
La familia ya no es cosa de dos
El talento español encuentra refugio en Londres
Cómo ser un ‘millennial’ de éxito
Relevo en la élite deportiva

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_