Jóvenes nada pasotas

Adiós a la apatía. Lejos del cliché de pasotismo en el que se solía ubicar a buena parte de la juventud en España hace apenas unos años, los jóvenes se muestran ahora mayoritariamente interesados por la política y están dispuestos a involucrarse en ella, pero no les gusta cómo se ejerce y quieren cambiarla. Mientras en 2008 solo el 27% de los jóvenes mostraban mucho interés por la política, ahora son el 41%, y si se añaden los que tienen simplemente interés, el porcentaje alcanza el 72,8%.

También en lo personal han cambiado los jóvenes. Con la crisis han tenido que hacer de la necesidad virtud y ahora se muestran más proclives a la austeridad y la prudencia, también están más preocupados por la seguridad y valoran el esfuerzo para lograr los objetivos.

Este es el retrato que de los jóvenes de 18 a 25 años muestra un estudio del Centro Reina Sofía cuyo contenido resulta especialmente interesante en este año de convocatorias electorales, porque revela las actitudes que predominan en la franja más joven de votantes, los que se han incorporado al censo electoral en los últimos siete años.

Y lo que opinan no puede complacer a los partidos mayoritarios, que hasta ahora han dirigido la vida política del país. El 46,1% de los jóvenes no confía en la “política convencional”, hasta el punto de que el sentimiento que les provoca es de “indignación” en el 53% de los casos, de “desconfianza” en el 52,1% y de “impotencia” en el 47,7%. Interesante resulta también cómo se autodefinen: el 46% como “activistas politizados”, el 37% como “conservadores constitucionalistas” y solo el 17% como “individualistas pasivos”.

No se puede decir que los jóvenes tengan buena imagen de la actual forma de hacer política, lo que es congruente con que la mitad de ellos se declare partidario de fórmulas alternativas de participación ciudadana, para lo que confían en las redes sociales.

Con este estado de ánimo encaran los jóvenes las elecciones que se avecinan, de las que no tienen intención de pasar: el 80,8% declara que irá a votar, un porcentaje bastante superior al 66,5% que acreditaba la encuesta del CIS de octubre pasado. Luego la cosa se está animando. Y los jóvenes, por fin, creen que ellos también tienen mucho que decir.