Monocolor e independentista

La ruptura de la federación entre Convergència y Unió en Cataluña, tras 37 años de asociación, ha tenido como consecuencia la salida de los tres consejeros demócratacristianos con que contaba tradicionalmente el Gobierno catalán y su sustitución por otros convergentes e independentistas. Por primera vez Cataluña estará gobernada por un Gobierno monocolor y partidario por entero de la secesión.

Destaca el nombramiento como vicepresidenta y nueva portavoz de la actual consejera de Bienestar Social, Neus Munté, con un currículum sindicalista, que sustituye en las tareas de relación con la opinión pública al consejero Francesc Homs. Es una reacción al ascenso de Podemos y de las coaliciones alternativas, y sobre todo al desplazamiento de la polarización nacionalista en favor de la polarización social. Fascinado por el éxito de Colau en Barcelona y Carmena en Madrid, Mas quisiera convertir la movilización soberanista en una candidatura movida desde la sociedad civil. De ahí que a la clarificación y depuración que significa romper con UDC le acompañe el llamamiento a las entidades cívicas independentistas para que promuevan una lista “con el presidente”, ya que no han querido apoyar “la lista del presidente”.

La jugada ha sido recibida con estupefacción por sus aliados, que no esperaban este último caracoleo táctico. Esquerra ya ha anunciado su propia lista abierta, encabezada por Oriol Junqueras bajo el rótulo de Alianza por la República Catalana. La ANC y Òmnium, entidades multipartidistas, han prometido discutir la propuesta. Artur Mas ha llegado a sugerir que prescindan de su nombre para encabezar la candidatura única tan anhelada. Si el timonel del proceso llegara a retirarse dejaría de tener sentido la propia fecha del 27-S y su eventual lectura plebiscitaria. Las encuestas revelan una incómoda paradoja: las listas independentistas suman más por separado que juntas.

Queriendo aclarar, Mas ha sembrado la confusión. Con su primer Gobierno enteramente convergente puede ir a las elecciones catalanas anticipadas, o aguantar hasta el final de la legislatura.