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Blogs / El Viajero
El viajero astuto
Por Isidoro Merino

Bichos asesinos: el tierno e infame koala castrador

Isidoro Merino

Un simpático koala masticando los menudillos del autor de este blog./Auscape/UIG

Que un koala te ataque parece algo tan improbable como que te apuñale Winnie the Pooh. Le ocurrió a Kenneth Cook (1929–1987), prolífico periodista y escritor australiano, autor de varios libros en clave de humor sobre la vida en el Outback, las remotas regiones del interior de Australia.

Según cuenta en uno de sus relatos, uno de estos adorables animalitos estuvo a punto de arrancarle sus atributos masculinos cuando intentaba bajarlo de un árbol, un incidente que jamás les perdonó: “No me gustan los koalas. Son unos bichos asquerosos, irascibles y estúpidos. Sus hábitos sociales son vergonzosos: los machos siempre andan propinando palizas a sus semejantes y robándoles las hembras. Tienen mecanismos defensivos repugnantes (te orinan). Su piel está infestada de piojos. Roncan. Su semejanza con adorables ositos de peluche es una engañifa abyecta. Y además, una vez un koala intentó hacerme daño de una forma horrible”. Pobre.

Por más que he buscado en la bibliografía especializada, no he visto más referencias de ataques a humanos por koalas; pero, como para todo hay una primera vez, me parece oportuno meterlo en la lista de animales peligrosos, por si alguna vez viajas a Australia, te encuentras con uno y te dan ganas de abrazarlo fuerte. No hay que olvidar que el león marsupial (Thylacoleo carnifex), un pavoroso depredador que vivió en Australia hasta hace veinte mil años --era como una rata del tamaño de un tigre--, evolucionó de un antepasado común, arborícola y vegetariano, de canguros, koalas y wombats.

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Descripción: es muy mono.

Nombre científico: Phascolarctos cinereus.

Peligrosidad: dan ganas de abrazarlo.

Casos mortales: ¿te mataría tu osito Teddy?

Comentarios

El gran Gerald Durrell contaba en su libro de viajes por Australia que intentó agarrar a un koala y que el bicho se cabreó mucho y se defendió con garras y dientes en una reacción muy alejada de la imagen de peluche apacible... Cook no es el único que ha sufrido la ira del gran devorador de eucalipto.Gracias por el blog. Siempre es un placer leerte.
No podemos esperar que los o las koalas se comporten como cortesanos del siglo XVII. Cabe señalar que los animales son seres altamente perceptivos y descubren en nosotros a primera vista lo que los Psicólogos tardan quizá años en descubrir. Hay que ser cauteloso siempre cuando uno se mueve en los entornos naturales, pero sobre todo, estar sereno, tranquilo, bien predispuesto, porque "los bichos" captan nuestras intenciones negativas.
¿Y qué narices esperaba el tal Cook que le hiciera el koala si pretendía molestarlo y bajarlo del árbol? ¿Que le diera un abrazo o las gracias? La estupidez humana no tiene límites.

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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