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El 'hombre ICON' y la ensaladilla rusa

El chef Ramón Freixa fue condecorado por la revista con el premio Nuevo Espace ICON 2015 en una fiesta repleta de celebridades

Los chefs Ramón Freixa, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera, en el escenario del premio Nuevo Espace ICON 2015
Los chefs Ramón Freixa, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera, en el escenario del premio Nuevo Espace ICON 2015Luis Rubio

La gente contenta pasándolo bien no da para grandes relatos pero sí para grandes fiestas. Esto último benefició anoche al centenar de personas que acudió a la residencia del embajador francés, Jérôme Bonnafont, en Madrid. La idea era asistir a la entrega del premio Renault Espace ICON que la revista masculina de EL PAÍS concedió al chef Ramón Freixa. Y además, celebrar el lanzamiento en España del Nuevo Espace de Renault. Pero más que una transferencia de galardón a galardonado aquello fue algo que cobró su propia vida, su propio ritmo y su propio ambiente y derivó en una de esas celebraciones que F. Scott Fitzgerald describiría sin adjetivos porque al que no estuvo allí tampoco le serviría de nada.

Sin duda ayudó el volumen de grandes nombres por metro cuadrado, de los ámbitos que se le quieran ocurrir a uno: Boris Izaguirre, Mario Vaquerizo, Berta Collado, Marta Robles, Topacio Fresh, Jaime Cantizano, Uri Sabat, entre los polifacéticos; Peter Vives, Jordi Mollà, Tristán Ulloa, Unax Ugalde, Martiño Rivas, Alejo Sauras, Félix Gómez, Antonio Pagudo, Javier Calvo, Diego Martín, Javier Ambrossi, Raúl Tejón, entre los actores; Nathalie Poza, Eugenia Ortiz, Leonor Watling, Ana Fernández, Teresa Baca y Sara Rivero, entre las actrices y modelos; Elena Benarroch, Juan Avellaneda, Juanjo Oliva, García Madrid, Javier Goyeneche, Jorge Acuña, entre los diseñadores de moda; Alberto García Alix y Pablo Zamora, entre los fotógrafos. También acudieron el consejero delegado de EL PAÍS y PRISA Noticias, Manuel Mirat, y los responsables en España de Renault, impulsores del premio: el propio Ricardo Gondo, director general de Renault Iberia, fue uno de los responsables de su entrega junto a Cyril Rogeau, ministro consejero de la Embajada de Francia.

[Ramón Freixa] conoce las normas, las respeta, pero también sabe prescindir de ellas para que su mensaje, comer bien, llegue a un público más amplio y más diverso Lucas Arraut, director de ICON

Pero algo que ayudó definitivamente a zanjar el tono de la noche fue la camaradería con la que se desarrolló la ceremonia, resultado de que todo quedara en el mundo de la gastronomía. Los chefs Samantha Vallejo-Nágera y Pepe Rodríguez, de MasterChef, subieron al escenario a valorar el premio a su compañero Ramón Freixa. “Representa la gran cocina española, que vuelve a ser la mejor del mundo, lo que nunca debió dejar de ser”, adujo Rodríguez en referencia a la reciente distinción del Celler de Can Roca como mejor restaurante del mundo según la revista Restaurant. Y convino, entre bromas, que para él el propio Freixa ocupaba un honroso segundo puesto en ese escalafón. Subido también en el escenario, Lucas Arraut, el director de ICON, ahondó un poco más en los motivos que habían llevado a la cabecera y a Renault a elegir a Freixa: “Sirve cosas tan sofisticadas como el terciopelo de coliflor y la liebre a la royal, pero también una generosa ración de ensaladilla rusa a seis euros y un perrito de butifarra”, explicó Arraut. “Conoce las normas, las respeta, pero también sabe prescindir de ellas para que su mensaje, comer bien, llegue a un público más amplio y más diverso. Y eso es lo que nos gusta pensar que hacemos en ICON”. El premiado, sonriente, dedicó su discurso a devolver guiños: “Hay que vender felicidad y esto me ha hecho muy feliz”, admitió Freixa. “Ahora cuando me pregunten qué soy, no diré chef, voy a decir hombre ICON”.

Ese fue el tono que se quedó cuando el champán se convirtió en gintonic, cuando el carpaccio y el sushi se retiraron para que llegaran los postres, cuando las americanas empezaron a abrirse y, también, cuando Marlango subió al escenario y la voz meliflua Leonor Watling empezó a llenar la tarde, interpretando con la sola compañía de un piano temas propios y versiones como When I'm Sixty Four, de los Beatles. El sol se puso, el dj Aldo Linares acentuó la calurosa víspera de festivo en la capital y, con el cielo púrpura, empezó la noche.

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