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Tentaciones
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‘Mad Max’ de chichinabo

El éxito de la saga de George Miller tiene también sus daños colaterales. Rutger Hauer, Kevin Costner o Rhona Mitra han intentado seguir los pasos de Mel Gibson. Si quieres saber cómo les fue, mira esta videogalería

Imagen de la versión italiana de Mad Max: 'El exterminador de la carretera'.
Imagen de la versión italiana de Mad Max: 'El exterminador de la carretera'.

Cría cuervos... Petarlo en la taquilla tiene una consecuencia que los cineastas deben asumir. Si su película ha sido un éxito, que se preparen para los imitadores. La cosa puede quedarse en una desvergonzada y cutre copia de estética y argumento o puede llegar tan lejos como a robar secuencias para hacerse un copiar-pegar en celuloide. Por supuesto, el Mad Max de George Miller y su carismático antihéroe no han sido una excepción. Y ahora que la saga vuelve con Tom Hardy como nuevo guerrero de la carretera, Tentaciones te invita a repasar algunas de los clones más divertidos (e infames) de este mito del cine de acción.

Sangre de héroes (1989)

¿Qué podía salir mal? Dos piezas clave del equipo de Blade runner: el replicante de las lágrimas en la lluvia (Rutger Hauer) y el guionista al que volvió loco Ridley Scott debutando en la dirección (David W. Peoples). 10 millones de dólares de presupuesto (más que aceptable para la época) y un rodaje que repetía, como Mad Max, en Australia. Pues la cosa fue un desastre. La película recaudó 800.000 dólares y People se despidió para siempre de dirigir. Blood of heroes, fábula postapocalíptica con un deporte futurista que remeda a lo bestia el fútbol americano.

Hell comes to Frogtown (1988)

Nos ponemos serios. Roddy Piper, estrella del mamporro sobre el cuadrilátero, es Sam Hell, uno de los pocos hombres que todavía no disparan balas de fogueo en un mundo futuro plagado de estériles tras un holocausto nuclear. Por supuesto, el bueno de Hell va dejando tras de sí un sin fin de embarazos, hasta ser capturado por un grupo de futuras amazonas que le obligarán a trabajar para él fertilizando mujeres. La alternativa es enfrentarse a las ranas mutantes que han infestado el planeta. Trash del bueno.

İntikamci (1986)

Pocos placeres más culpables hay que verse las versiones turcas de cine palomitero. El director Çetin İnanç es una autoridad en este peculiar campo, responsable entre otras joyas de Dünyayı Kurtaran Adam, la Star Wars turca que usaba sin ningún sonrojo (o permiso) metraje de la saga de Lucas. Su versión de Mad Max se titula El vengador y a pesar de ser considerada una copia lo más parecido al título de George Miller es la estética de su protagonista y su coche.

El exterminador de la carretera (1983)

Y de Turquía volamos a Italia. El título en castellano no está mal, pero mola mucho menos que el que se usó para Estados Unidos: Los exterminadores del año 3000. Producción infame, cachas de baratillo y dirección de Giuliano Carnimeo que firmó con el seudónimo de Jules Harrison. La montaña de tópicos se acumula: el holocausto nuclear, la tierra desértica, el antihéroe solitario, los coches desguazados. Pero con el sabor a cutre del buen cine indigente.

Waterworld (1995)

Que a uno le sangren los ojos con lo que han hecho con el clásico de George Miller no solo es cuestión de falta de medios. Kevin Costner los tuvo todos en Waterworld, en su momento la película más cara de la historia del cine por una serie de catástrofes que elevaron su presupuesto de los 87 millones de euros a los casi 150. Lo peor, la destrucción del plató más caro de la película por un huracán (hubo que reconstruirlo) y lo cerca que estuvo de la muerte Costner en una de las múltiples secuencias de acción. Para la historia de la cutrecinefilia el arranque, que muestra a Costner bebiéndose sus propios meos. Destilados, eso sí.

Doomsday (2008)

La última en marcarse un Mad Max ha sido Rhona Mitra en la inefable Doomsday. La película del británico Neil Jordan (que sorprendió y mucho con su lovecraftiana The descent) es un cóctel desnortado de todo lo que molaba en los 80: El 1997: Rescate en Nueva York de John Carpenter, los Aliens de James Cameron y por supuesto Mad Max, que se adueña del último tercio de la película en una persecución por carretera tan espectacular como ridícula.

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