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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Katmandú

Esta entrada está escrita desde la India porShaheen Chughtai,Responsable Humanitario y de Campañas de Oxfam India.

Katmandú siempre fue un desastre anunciado. La densamente poblada capital de uno de los países más pobres del mundo, ubicada a los pies de la sísmica Himalaya, es una ciudad en la que murieron 8.500 personas en el último gran terremoto hace 81 años. Había una historia previa. Este sábado, la temida calamidad, golpeó de nuevo.

Llegué por primera vez a Katmandú en 2007 para empezar un nuevo trabajo con Oxfam. Había trabajado para Oxfam dos años atrás y a 1000 kilómetros al oeste del Himalaya, formando parte de un equipo de apoyo internacional al terremoto de Cachemira. Allí vi ciudades arrasadas por las placas tectónicas que se encuentran debajo de esa cordillera. Más de 75.000 personas murieron entonces, hubo 85.000 heridos y más de 3 millones de personas quedaron sin hogar.

Con la tragedia de Cachemira viva en mi mente, recuerdo los miles de endebles chozas y chabolas que forman los polvorientos barrios pobres de Katmandú y las casas de múltiples niveles, más resistentes pero aún así precarias, los bloques de apartamentos de construcción barata y los ornamentados templos que, en conjunto, dan a la ciudad su particular aspecto colorido. Todos entendimos y temimos lo que un gran terremoto podía hacer con todo aquello.

Pero Katmandú era fundamentalmente débil por algo más que su violenta geología. Más de un millón de personas viven allí hacinadas. La mitad de los 28 millones de habitantes de Nepal no tiene acceso a saneamiento y vive por debajo del umbral de la pobreza, una de cada tres personas en condiciones de pobreza severa. Todo eso ya era así antes de este último terremoto. La capacidad de las personas para hacer frente a un desastre de esta magnitud está bastante limitada por la falta de infraestructuras, económicas y sociales, que países más ricos dan por sentado. Miles de nepalís van a necesitar mucha ayuda.

Nepal ha pasado mucho tiempo desesperado por conseguir una inversión, importante y sostenida, para fortalecer sus infraestructuras, con el fin de mantener a su gente segura y desarrollar su economía y sus servicios de modo que las comunidades locales y el Estado tuviesen recursos suficientes. El reto ahora será invertir en ayuda internacional—que seguramente llegará—para un rescate, recuperación y reconstrucción.

Semejante esfuerzo a corto plazo será extremadamente difícil. Mientras escribo, muchos de mis colegas en Katmandú se preparan para acostarse como el resto de habitantes de la ciudad, en su segunda noche de frío, bajo las estrellas. Réplicas aterradoras continúan sacudiendo una ciudad estructuralmente dañada, lo cual implica que dormir con un techo sólido sobre la cabeza es demasiado arriesgado. Estamos intentando hablar con nuestro personal y amigos, pero el teléfono y los servicios digitales son débiles y en muchos casos no funcionan. Unos viejos amigos han conseguido mantenerse en contacto a través de Facebook gracias a unos generadores de electricidad, pasando la noche en vela, hablando en medio de las réplicas.

Las comunicaciones son vitales para los trabajadores, para poder coordinar el socorro y la ayuda, y en estas condiciones la capacidad del personal médico y de ingeniería para trabajar es probable que encuentre bastantes obstáculos. Tenemos personal en estado de alerta en la India y en todo el mundo, y hay toneladas de de suministros de ayuda que estamos preparando en nuestros almacenes en varios países, listo para volar y proporcionar mayor capacidad a nuestro equipo en el país y así poder ayudar a una población traumatizada.

Pero el aeropuerto ha estado cerrado, las carreteras y puentes dañados, y hay toneladas de escombros bloqueando las calles y callejones de Katmandú. Las tuberías de suministro de agua, las subestaciones generadoras de electricidad, los puentes y plantas de tratamiento… todas estas cosas están afectadas, y los alimentos, el agua, el combustible y las medicinas escasearán en breve. A partir de hoy la gente empezará a saltarse las comidas y confiará en los amigos y familiares de apoyo. Algunos se trasladarán a zonas que consideran más seguras, donde montarán campamentos. Otros optarán por permanecer cerca de sus pertenencias y hogares destrozados, quizá en espera de encontrar a sus familiares desaparecidos. Se pondrán a vender sus cosas en "ventas de emergencia". Usarán la comida, el dinero y las propiedades que tienen para salir adelante. Se endeudarán. Muchos nepalíes pobres ya tienen deudas.

Todas estas contingencias y acciones se describen en los planes del programa de Oxfam para este tipo de situaciones. Nuestro equipo en el país está preparado para afrontarlo desde hace años.

Mi organización ha invertido una gran cantidad de tiempo, esfuerzo y recursos durante años, trabajando con organizaciones de Nepal en lo que llamamos programas de "reducción del riesgo de desastres". Todo este trabajo que hemos hecho juntos se pondrá a prueba en los próximos días, semanas y meses. Conozco a muchas de estas organizaciones, bien informadas, interrelacionadas, comprometidas con su trabajo. El Departamento de Gestión de Desastres de la Cruz Roja de Nepal trabaja en la búsqueda y rescate, primeros auxilios, refugio, agua y saneamiento; el Centro de Manejo de Desastres de manera similar; DPNet trabaja en la información y la coordinación; hemos trabajado con el Centro Nacional de Tecnología Sísmica. Esta gente es la que va a apoyar al Gobierno y a los donantes internacionales.Pero en la primera noche después del terremoto, por supuesto, todos estos mismos hombres y mujeres, igual que sus hijos, han estado durmiendo a la intemperie. El reto de montar un esfuerzo de ayuda coordinada, liderada y dirigida por funcionarios y organizaciones locales, será enorme.

Nepal y Katmandú se beneficiarán de la buena voluntad internacional. El interés de los gobiernos y los ciudadanos de los países donantes para ayudar, será muy importante, como siempre especialmente desde las llamadas de televisión y de las redes sociales. El Reino Unido y los países de la Commonwealth tienen lazos históricos y geopolíticos con Nepal. El país es un popular destino turístico bajo la sombra del monte Everest y las montañas del Himalaya. Sus soldados Gurkha son famosos. Es de esperar que China, India, los Estados del Golfo, los EE.UU. y los países europeos, además de los países asiáticos, en particular el Este de Asia y el Pacífico, muestren un fuerte compromiso y hagan llegar dinero en efectivo para ayudar a la capital de Nepal y su gente afectada.

Por ahora, sin embargo, la población local --personal médico, funcionarios locales, trabajadores humanitarios y las comunidades afectadas -- se esfuerza por ayudar a los demás a tratar de dar sentido al caos y la destrucción.

Comentarios

Siempre encontramos en la pobreza, la tristeza, chabolas endebles, casas que se caen con rapidez ¿cómo aguantar todo eso un terremoto de ese calibre? Dolor, sobre dolor, de nuevo les llega el hambre, la miseria, la sed, la muerte en forma de epidemias.Todo lo que se hace es poco, pero los políticos de turno tampoco se preocupan de esas pobres personas ¿quizás nos dan a entender que sobramos gente en este convulso mundo? Un buen, muy buen articulo, ojala jamas se hubiera tenido que escribir en esta forma. Tengo ganas de leer algo bueno para todos ellos.Saludos
Higorca Gómez dices tener ganas de leer algo bueno para todos ellos (los pobres). Te adjunto un mecanismo de corrección a la deuda externa y que he remitido a las Naciones Unidas, como un aporte profesional, para erradicar la pobreza en el mundo que es objetivo del organismo para el presente año. www.cero0.com
Siempre encontramos en la pobreza, la tristeza, chabolas endebles, casas que se caen con rapidez ¿cómo aguantar todo eso un terremoto de ese calibre? Dolor, sobre dolor, de nuevo les llega el hambre, la miseria, la sed, la muerte en forma de epidemias.Todo lo que se hace es poco, pero los políticos de turno tampoco se preocupan de esas pobres personas ¿quizás nos dan a entender que sobramos gente en este convulso mundo? Un buen, muy buen articulo, ojala jamas se hubiera tenido que escribir en esta forma. Tengo ganas de leer algo bueno para todos ellos.Saludos
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Siempre encontramos en la pobreza, la tristeza, chabolas endebles, casas que se caen con rapidez ¿cómo aguantar todo eso un terremoto de ese calibre? Dolor, sobre dolor, de nuevo les llega el hambre, la miseria, la sed, la muerte en forma de epidemias.Todo lo que se hace es poco, pero los políticos de turno tampoco se preocupan de esas pobres personas ¿quizás nos dan a entender que sobramos gente en este convulso mundo? Un buen, muy buen articulo, ojala jamas se hubiera tenido que escribir en esta forma. Tengo ganas de leer algo bueno para todos ellos.Saludos
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