Comprar es decidir
Por Jose Illana, cofundador de Quiero salvar el mundo haciendo marketing y codirector de Sustainable Brands Barcelona.
No se si es tu caso, pero son muchas las conversaciones que nos rodean donde la responsabilidad de la realidad que vivimos, la que sea, no es nuestra. Cuántas veces hemos escuchado o verbalizado que la culpa de nuestra situación en el trabajo es de nuestro jefe; o de nuestra pareja en caso de problemas conyugales; o del alcalde, si hablamos del caos ciudad en la que vivimos; o de los profesores que son injustos con mi hijo. De otros.
Todas y todos, de alguna u otra forma y, quizá con demasiada frecuencia, tendemos a eximirnos de responsabilidad. Por suerte, como ciudadanos parece que estamos empezando asumir nuestra capacidad para tomar decisiones que generen cambios positivos. Tal vez no tanto como para hablar aún de responsabilidad pero sí de convicción, interés, deseo o, simplemente, de querer participar de las soluciones a los problemas que nos rodean.
Internet nos lo ha puesto más fácil pero, aún así, hay una aparente incapacidad de abordar grandes retos globales que también nos afectan. Esto nos está llevando a buscar la interacción en la comunidad de la que formamos parte: el barrio donde vivimos, el cole donde estudian nuestros hijos, la empresa en la que trabajamos o la bolsa de la compra que usamos. Los ciudadanos estamos diciendo “ya, ahora, aquí, yo, nosotros”.
También las compañías son cada vez son más conscientes de que tratarnos como consumidores o simples clientes es insuficiente. Empieza a aparecer cada vez con más fuerza el concepto de ‘marcas ciudadanas’. Están en una fase muy inicial, aprendiendo con la ayuda de comunidades como Sustainable Brands, que cuenta con centenares de miles de líderes en y expertos en creación de marcas sostenibles y comprometidas con su entorno.
Barcelona tendrá una oportunidad única a finales de este mes de abril -los los días 26, 27 y 28- ya que albergará el primer encuentro de esta comunidad internacional en España. Este evento incluirá, por primera vez desde su creación en San Francisco hace más de nueve años, un espacio para la ciudadanía. Lo hemos llamado ‘Sustainable Sunday’ o “Domingo Sostenible” y lo que buscamos, junto con el Ayuntamiento de Barcelona, es incorporar a las personas (a ti, a mí, a nuestros vecinos, cuñados, suegros, primos...) de forma activa en esto de la sostenibilidad.
Sustainable Sunday es un espacio abierto a todos para disfrutar y compartir la sostenibilidad. El centro cultural CCCB de Barcelona se llenará el domingo 26 de actividades como el KidsLab de BASF, una iniciativa global que acerca a los niños a la ciencia; el documental Camino a la escuela,impulsado por la Obra Social “la Caixa”; un ajedrez gigante de Ecoembes construido con materiales de reciclaje; talleres de pesca sostenible, de música o de orientación al empleo; clases de yoga; actividades relacionadas con la gastronomía o conciertos. Habrá cine para toda la familia, con películas como la del vehículo de Acciona que viajó a la Antártida impulsado solo por energías renovables, y se podrá ver el primer coche eléctrico que compitió en el último Dakar (y conocer a su piloto), aparte de algunas sorpresas más.
También habrá un espacio participativo para todos los asistentes a Sustainable Brands Barcelona el lunes por la tarde, en una sesión de creación colectiva llamada ‘Co-creating Cities’. Todos aquellos que asistan al encuentro, procedan del ámbito del que procedan, podrán aportar su talento para dar respuesta a un reto concreto: el de la movilidad sostenible en la ciudad de Barcelona. Será un trabajo en grupo en el que los individuos aportaremos nuestra visión en múltiples facetas: como usuarios, como profesionales, como organizaciones y como administradores. Ciudadanos, al fin y al cabo.
El debate en torno al papel y legitimidad de las empresas en la generación de un cambio positivo está abierto, y yo me pregunto muchas veces cómo pueden estas incorporarse al espacio de lo público sin colonizarlo. También es algo que nos sucede a todos nosotros. A veces levantamos banderas que hacemos propias cuando en realidad no pertenecen a nadie. Lo que sí nos pertenece son las determinaciones que tomamos, como consumidores responsables y como ciudadanos. Comprar significa decidir, reconocer y agradecer. Vivimos tiempos de construir juntos, con responsabilidad y en base al agradecimiento mutuo.
Imágenes cedidas por Sustainable Sunday
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