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Columna
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Méritos

En las municipales de mayo se va a dar un enfrentamiento de esos que marcan una época, entre dos mujeres que caracterizan muy bien dos mundos

Jorge M. Reverte

Lo de Esperanza Aguirre realmente no hay por donde cogerlo. Ahora encabeza las manifestaciones de moderados extremistas que claman contra la ley del aborto y piden en privado la horca para quienes lo procuran. Entre esos está por supuesto la liberal delegada del gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes. Aguirre quiere conseguir los votos de los más salvajes entre los partidarios del PP, y no se va a asustar por tener que abrirle la cabeza (metafóricamente, creo) a su colega de partido. Aguirre ya ha demostrado que no se conmueve fácilmente con el sufrimiento de sus cercanos, como saben muy bien todos los afectados por casos de corrupción en su entorno.

Pero ahora le viene una algo más complicada, que se llama Manuela Carmena.

En las municipales de mayo se va a dar un enfrentamiento de esos que marcan una época, entre dos mujeres que caracterizan muy bien dos mundos, dos maneras de enfrentarse a la vida y a la gestión de la cosa pública.

Aguirre hasta ahora ha actuado con evidente impunidad. Una impunidad indecente si recordamos los hechos de 2003, cuando dos diputados electos del PSOE permitieron que la derecha se impusiera en Madrid por la compra de sus votos en lugar de ganarlos en la calle. Esperanza Aguirre sabe qué pasó en aquella ocasión, y no lo ha contado, sólo lo ha rentabilizado.

Todos sus méritos van a verse confrontados con los de otra mujer, que reúne unas cualidades casi inéditas para hacerse con la voluntad de los ciudadanos. Manuela Carmena es un paradigma de honestidad, capacidad de lucha y apertura intelectual. Desde que se sabe que va a ser candidata ya ha hecho una condena pública del régimen de Maduro. Lo que no era fácil.

Manuela Carmena va a liquidar los méritos de Aguirre.

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