La comedia de los tuits
Hasta Barack Obama se ha sumado al fenómeno de sacar mensajes de contexto para hacer humor con ellos
Una de las obsesiones más recientes e irreductibles de los últimos años es una de la que no se habla mucho. Pero se cumplen ya años desde que se inauguró el género cómico de sacar de contexto publicaciones en las redes sociales de famosos, y el fenómeno no da más que muestras de excelente salud. Como prueba, su más reciente protagonista: el mismísimo Barack Obama.
La inmediatez del 2.0, que hace que casi todo pierda significado pasado el momento de su creación, le confiere a esta práctica una gracia inaudita. Por ejemplo: los tuits del hijo de Will Smith, Jaden, famosos por su tono abstracto —“Energía Femenina”, “¿Cuál es la definición de la Luz?”, y así— han sido convertidos por la web Buzzfeed en una ópera de dos minutos, en diálogos de tiras cómicas de Garfield e incluso en pósters tópicos de papelería barata. En Estados Unidos las camisetas con los mensajes en la Red del rapero —y marido de Kim Kardashian— Kanye West son ahora la forma más popular de vestir a grupos de despedidas de soltero o en viajes de fin de curso.
El fenómeno viene de la mano de un conocido patrón: Jimmy Kimmel, el todopoderoso presentador del late night más respetado de la televisión estadounidense, donde este tipo de programas son muy seriamente respetados. En su programa ha sido donde el género ha alcanzado la máxima expresión. En este hay un espacio llamado “Famosos leen tuits crueles sobre sí mismos”, que es exactamente lo que suena: vídeos de famosos leyendo, en voz alta y con gravísima solemnidad, tuits con críticas e insultos dirigidos a ellos por tuiteros de a pie. “Gwyneth Paltrow, cayo con pinta de Caponata, cállate la boca”, leído por la actriz. “¿Podéis dejar de decir que Cate Blanchett es guapa? Cate Blanchett da asco”, declamado por la propia Blanchett. Y así, desde 2012, cantantes como Britney Spears o Katy Perry, y actores como Lena Dunham, Gerard Butler, Chris Pratt, Julia Roberts, Emma Stone o Tom Hanks, han ido pasando por el aro. El bombazo está entre los 17 millones de visionados en YouTube (el vídeo menos visto) y los 39 (el que más).
A pesar de que el formato tiene ya tres años y se han producido 10 vídeos, la broma no parece cansar. Es más, Kimmel sabido elevar la fórmula. Un su programa del pasado martes logró que la veterana cantante Bette Midler cantara en clave de balada tuits de la estrella mediática Kim Kardashian —“¿Alguien hace pilates? ¿Cuál es la mejor máquina?”, “Odio quedarme dormida con el maquillaje puesto”—, y el barítono Josh Groban, los de Kanye West. Y lo remató el jueves por la noche, cuando logró que el mismísimo Barack Obama, invitado a su programa, se apuntara al formato. El presidente de EE UU se ciñó a las normas de la fórmula: leyó críticas sobre su ropa, su pelo, su fijación por el golf y el precio de la cerveza, miró a cámara con cara de no saber qué pensar de los comentarios e insultos y corrigió alguno con tono académico. Y, de paso, recordó implícitamente la clásica norma: cuando un político se apunta a una moda, es que esa moda ha tocado la tecla correcta.
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