La destitución de Tomás Gómez
Tengo que felicitar a Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, por la fulminante destitución de Tomás Gómez, líder de los socialistas madrileños. No ya por los malos augurios electorales de Gómez en Madrid, sino sobre todo por las presuntas irregularidades en el Ayuntamiento de Parla, se hacía ineludible que Tomás Gómez dejara la dirección del PSOE madrileño. Y si éste no lo hacía voluntariamente, lo debía hacer el secretario general federal, como así ha sido.
En este momento político y ante la opinión pública, ya no valen las palabras ni los titubeos, solo los hechos. Y nadie tiene más autoridad ahora mismo en el PSOE, a escala orgánica, nadie, que Pedro Sánchez, el primer secretario general del PSOE elegido directamente —en primarias y por todos los militantes— en toda su historia. Así pues, bien por Pedro Sánchez.— Joaquín González León. Miguelturra, Ciudad Real.
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, cesa a Tomás Gómez, candidato a la Comunidad de Madrid, sin que haya habido imputación. Carmona, candidato a la alcaldía de Madrid, apoya a Tomás Gómez. Susana Díaz espera no sé qué tren.
Zapatero y Bono se reúnen con Pablo Iglesias a tomar café. Pedro Sánchez apoya al PP en una ley que incluye la cadena perpetua. Tania Sánchez dimite después de ser nombrada candidata en primarias. Garzón, sin saber adónde ir. Podemos fagocita a Izquierda Unida. ¿Hay quien dé más? Señores del PP, pueden seguir tranquilamente con sus políticas económicas, sanitarias, de educación, impositivas, de recortes...
Pueden, incluso, nombrar como candidata a la alcaldía de Madrid a Esperanza Aguirre. No se preocupen, les aseguro que van a ganar las próximas elecciones. Surrealismo puro.— Eduardo López Piñuela. Salamanca.
La destitución de Tomás Gómez como líder del PSM abre otra herida más en la izquierda política madrileña que se suma al abandono de Tania Sánchez y a la incógnita de la unión entre Podemos y Ganemos, todavía no fraguada. El verdadero peligro es que a tres meses de las elecciones autonómicas y municipales, algunos madrileños se vean huérfanos de referentes políticos que construyan una alternativa al PP, que tras 20 años gobernando en la Comunidad y 26 en el Ayuntamiento se frota las manos al ver que, aun sin candidatos designados, puede repetir victoria. Cuatro años más legitimarán a la derecha para culminar las políticas de privatización e intento de degradación de los únicos servicios públicos universales que tenemos: sanidad y educación, que durante esta legislatura han sufrido los peores recortes de la democracia en aras de la supuesta estabilidad pero aplicando las máximas ideológicas del neoliberalismo, porque la derecha no cree en lo público aunque esté obligada a gestionarlo. Es la hora, por tanto, de que los políticos de la izquierda dejen de mirarse el ombligo y hagan por entenderse para devolver a Madrid lo que es de todos, el bien común.— Javier Cobos Sabate. Madrid
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