Madonna, ‘hackeada’
La piratería informática en Internet dinamita sin compasión las industrias creativas
La filtración en Internet de datos personales o de correos confidenciales les ha costado más de un disgusto a políticos, empresarios, escritores y todo tipo de celebrities. Entrar en los ordenadores de la gente famosa o colarse en las redes cibernéticas de instituciones que a priori parecen blindadas a cal y canto a veces es pan comido para los hackers. Madonna ha sido la víctima de la última gesta de estos delincuentes. Hace dos meses un pirata informático israelí fue detenido como presunto autor de las filtraciones de varios temas de Rebel Heart, el último trabajo discográfico de la reina del pop, al haber accedido a su ordenador personal.
Madonna dijo entonces sentirse “devastada” y “violada artísticamente”. Pero lo peor estaba por llegar. Esta semana han saltado a la Red 25 canciones de su nuevo álbum, desbaratando así todo el plan de mercadotecnia que suele acompañar a los grandes lanzamientos musicales.
Gracias a la información facilitada por los fans —y también a los sofisticados rastreos informáticos del FBI— se pudo seguir la pista hasta llegar al autor de este atentado contra la propiedad intelectual de la diva estadounidense. Pero el daño estaba hecho. Varios portales de Internet han difundido los temas que estaban programados para ser publicados el próximo 10 de marzo.
La piratería en Internet ha dinamitado sin compasión las industrias creativas: desde la música al vídeo pasando por los libros. Los hackers han causado estragos desvelando los millonarios sueldos de las estrellas de Hollywood o destripado el guion de la última película de James Bond, que se rueda en Inglaterra. Pero nada les detiene.
España no está libre de los ciberataques. Al contrario, es el tercer país que más incidentes ha registrado en el último año (nada menos que 70.000, según datos del Gobierno), solo por detrás de Estados Unidos y Reino Unido. La Administración, las grandes multinacionales, las pequeñas empresas y los ciudadanos han sido las víctimas. Y lo que es más inquietante: incluso los organismos encargados de repeler los ataques cibernéticos han sido hackeados.
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