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Carmona, no estás sola

Alejandra Agudo

Cada vez que alguien acciona el interruptor de los piropos hacia las mujeres, no solo se enciende un debate, sino que defensores y detractores se cortocircuitan haciendo saltar las chispas. La última en pulsar el incendiario botón ha sido Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuando dijo que el piropo “supone una invasión de la intimidad de la mujer y debe erradicarse”, en una entrevista en Radio Nacional el pasado día 10 de enero.

Fue decir la frase y arder las redes sociales. En Twitter, con el hashtag #EliminaUnPiropo, algunos internautas escribían ejemplos de esos comentarios acerca del físico femenino –ofensivos para algunos, cariñosos para otros– que, según Carmona, habría que extirpar (o no, según a quién se pregunte) de la costumbre masculina.

Muchos de los usuarios consideraban oportuno distinguir el piropo de la "grosería”, para no caer en las exageraciones, siendo admisible lo primero y criticable lo segundo. Ciertamente el piropo es, por definición ("lisonja, alabanza afectada para ganar la voluntad de alguien", según la RAE) un comentario positivo. Y, aunque distinguirlo de la grosería, el insulto o, simplemente, de una palabra molesta, parece una cuestión de sentido común, no es tan fácil.

Al final, poco importa si el emisor de los calificativos, aun siendo propiamente piropos, frases o requiebros de la galantería, los consideran inofensivos, incluso corteses, agradables y elegantes. La cuestión es que (casi) siempre son ellos los quetiran el dardo y ellas, la diana.

¿Qué mujer no ha recibido alguna vez un comentario sobre su aspecto por la calle? A algunas les agradan (si el adjetivo no es denigrante, claro). Otras no le dan importancia. Y cada vez son más –Carmona, no estás sola– las que los consideraninoportunos, inapropiados o radicalmente inadmisibles. Un claro ejemplo de manifestación del machismo.

Así lo cree Emily May, cofundadora y directora de Hollaback, una organización neoyorkina que sensibiliza contra el acoso callejero a mujeres y colectivos LGTB, principalmente a través de Internet. “Comentarios de este tipo casi siempre se dirigen a mujeres y en relación a su cuerpo o aspecto”, subraya.

La última creación de Hollaback para exponer casos de acoso callejero, ha sido este vídeo en el que una actriz ataviada con vaqueros y camiseta –nada provocativo, hay que decirlo– camina durante diez horas por las calles de Nueva York. Sin hablar, sin contestar, sin desviar su mirada siempre al frente. ¿El balance? Más de 100 comentarios o acercamientos de hombres. “Sin contar los guiños o los silbidos”. Pero sí los que van desde inofensivos “¡Ey, guapa!” hasta uno que le sigue el paso durante varios minutos.

“Cada mujer tiene una reacción distinta ante este tipo de comentarios o actitudes por la calle. Pueden tomarlos como piropos, pero no lo son para muchas, a las que les hacen sentirse inseguras”, detalla May. “Eso es lo que intentamos denunciar con el vídeo”. Pero, ¿es machismo que los hombres se dirijan a una mujer mientras camina? O, por el contrario, ¿es excesivo considerar estos acercamientos verbales (a veces físicos) como una actitud discriminatoria hacia la mujer? Entre el sí y el no, una gama de opiniones. Estas preguntas despiertan, sin lugar a dudas (y comprobado), un encendido debate allí donde se realicen. Que se lo digan a la presidenta del Observatorio contra la violencia de género.

Yolanda Besterio, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, no es de respuestas grises. “Es machismo. El patriarcado tiene muchas manifestaciones. Y cuando esto le pasa a muchas mujeres a lo largo de toda su vida –y no a los hombres–, es machismo”. Como May, cree significativo que la mayoría de comentarios son acerca del aspecto físico: “Si tienes pecho grande, porque lo tienes, si eres alta, porque lo eres…” Pero, hay mujeres a las que les gusta que le digan algo bonito, lo guapas que son... “¿Y si eres fea?”, zanja.

Machismo (definición de la Real Academia Española de la Lengua). m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.

“Son machismos muy sutiles que sumados perpetúan la desigualdad”, considera Besteiro. Ella cree que hay mujeres (y hombres, se entiende) que no le dan importancia a estas y otras pequeñas manifestaciones de desigualdad, que su organización ha bautizado como “micromachismos”, porque están tan interiorizados que no los notamos. “Tenemos que ser capaces de visibilizarlos para que se establezcan relaciones de igual a igual. No somos trozos de carne”.

May, en línea con la idea de que la suma de pequeñas actitudes discriminatorias resulta en una sociedad machista y patriarcal, cree que el acoso callejero que denuncia en su vídeo está relacionado con la violencia sexual. “No quiero decir que los que molestan por la calle son violadores. Pero sí que es la manifestación de una cultura que permite que se perpetúe la discriminación y la violencia hacia las mujeres. Y también a los homosexuales”, apostilla en una llamada de teléfono que atiende desde su despacho en Estados Unidos.

Habrá quienes crean que estos argumentos son radicales. “También hay hombres a los que las señoras les dicen cosas”, justificarán algunos. Besteiro niega que se pueda poner al mismo nivel lo uno y lo otro. Solo le hace falta acudir a su memoria. “A todas las mujeres que conozco les ha pasado que les espeten algo por su aspecto. De mis amigos, a uno o dos”, afirma.

El lugar, el contexto, la persona y la intención de los piropos son claves para entender si hablamos o no de un trato agresivo hacia la mujer. No se trata de rizar el rizo. Basta una premisa como guía: relación de igualdad y respeto. Ahí es donde las organizaciones feministas fijan la línea que separa lo ofensivo de los cumplidos. Convendremos en que esa retahíla de frases hechas sobre el escote, el caminar, las piernas, las curvas o, si apuramos, la miradas un tanto libidinosas (reconozcámoslo) hacia cualquiera de estas partes del cuerpo no son, la mayoría de las veces, bienvenidas. Menos si vienen de un desconocido. Y ni qué decir si se producen por la calle camino del trabajo, del dentista, a clase de Filosofía avanzada II o hacia el coche.

Queda claro que toma fuerza un movimiento en contra de esos piropos callejeros acerca de la belleza, el aspecto, la ropa o lo que se tercie de las mujeres. Ni Ángeles Carmona, ni estas iniciativas para documentar el acoso como Hollaback, son (ni serán) las únicas que han denunciado este tipo de comportamiento. Solo por poner un ejemplo de muchos: en España, un grupo de vecinas de Lavapiés (centro de Madrid) inició en julio de 2014 la campaña #nomellamonena que denunciaba del acoso sexista a mujeres y transexuales en calles y bares. El mismo mensaje. “Tu opinión no me importa. Si me vuelves a silbar…. Machete al machote”, dice uno de los carteles que sostiene una de las mujeres protagonista.

Un mensaje más radical que el de Carmona pero, en definitiva, con un mismo fin: erradicar. Que no prohibir. Lo digo porque, en defensa del piropo hay quien apela, incluso, a la libertad de expresión, de la que tanto hablamos estos días. ¡Faltaría más! Un hombre puede considerar que, en ejercicio de su libertad de expresión, tiene derecho a llamar maciza, fea, gorda o guapa a una mujer por la calle. Y ella, a considerarlo machista, molestarse (y expresarlo). Y, por qué no,sensibilizar y luchar contra ese comportamiento.

Comentarios

Pero, vamos a ver, ¿el piropo no es una forma de ejercer mi derecho a la libertad de expresión?
Ni tanto, ni tan calvo, resulta que el machismo al que se refiere lo he sufrido yo multitud de ocasiones en mis propias carnes, nací hombre y moriré hombre para bien o para mal. Hablan de piropos, en alguna ocasión he llegado a sufrir acoso y hasta ser perseguido, y no por homosexuales.
Estoy de acuerdo, tengo mucho pecho y he pasado mi adolescencia aterrada por los hombres, de todas las edades, muchos casados con hijos, paseando al lado de sus mujeres, quienes soltaban miradas lascivas, chasquidos de lengua obscenos, silbidos, piropos inconvenientes... ahora que me acerco a los 40 ya me siento liberada de tales piropos, y no los echo de menos!!!! No los necesito! Ningún desconocido tiene derecho a decirme lo buena que estoy o no.
Me encanta la definición de la sra. Besteiro: "lo que les pasa a las mujeres muchas veces a lo largo de su vida, pero no a los hombres, es machismo." Vaya, como la regla, quedarse embarazada...Y no te preocupes, si eres fea probablemente no te digan piropos por la calle. Que alivio, no?La verdad, no soy de decir piropos a desconocidas. Si acaso, a alguna que conozco, le habré dicho "qué guapa estás hoy", cuando es cierto, o "qué bien te queda el corte de pelo", etc., y ninguna me ha respondido mal. Pero pretender que vayas por la calle, veas a una mujer bonita por la calle (soy hombre hetero, cada quien se aplique el cuento a sus preferencias) y no la mires, es pedir peras al olmo. Que se lo quiten de la cabeza las feministas, eso no ocurrirá.
Afortunadamente es una costumbre cada vez más en desuso en la sociedad actual, salvo por los últimos especímenes de macho ibérico, residuos del paleolítico en proceso de extinción.
Una cosa es mirar, que puede ser de forma más o menos discreta, y otra cosa es decir.Yo tengo mucho pecho,ya lo sé, no hace falta que nadie me lo recuerde ni lo valore. No me hace sentir mejor que me digan una alabanza a mis pechos, al contrario, me hace sentir mal, como si nunca pudiera pasar desapercibida si hay hombre de por medio, y ni que decir tiene que las groserías son insoportables. Que un hombre que me conoce, o un compañero me halague, incluso físicamente, si hay cierta confianza está bien y es de agradecer, a nadie le amarga un dulce, pero que lo haga un desconocido, en plena calle, resulta, como poco, violento, además de a menudo incómodo y vergonzante. Los hombres debéis recordar que las mujeres no necesitamos de vuestra aprobación o halago para sentirnos bien, y las mujeres tenemos que empezar a pararles los pies a los que rebasan la línea de la cordialidad y el respeto.
Pues a mi me encantan que me piropeen. Me gusta coquetear, me gusta gustar y me gusta que me lo digan. Peor es tener la desgracia que no te digan nada, eso es mala señal. Miren como me pongo yo cuando me dicen un piropo: http://goo.gl/WczA2C
lo malo es como los de los piropos le digan a la del cartel que tampoco han pedido ellos su opinión sobre los piropos... y así...
Esto es una cuestión cultural, y antropológica, sin duda alguna. Hoy nos resulta incómodo lo que antes era normal, o bien visto, los tiempos cambian y las reglas se tienen que definir nuevamente, ¿pero quienes y en donde se deben enseñar estas reglas? En los colegios, pero en otros países esta clase se llama civismo, aquí la llamaron Educación para la ciudadanía", pero ya la han eliminado, y deberían reconsiderarlo.
Para los que tienen problemas identificando qué se puede decir y qué no: imaginen que la mujer a la que quieren dedicar un requiebro va acompañada por su padre, su hermano y un par de primos cachas. ¿Diría usted lo que quiere decir? Si la respuesta es no, cállese.
El vídeo de Hollaback es tramposo, los mismos autores han tenido que defenderse de las críticas que lo acusan de manipulación. La mayoría de los hombres que aparecen dirigiéndose o acosando a la chica pertenecen a minorías: negros e hispanos. Y lo que pretendía ser una denuncia acabó a su vez denunciado por racista incluso por voces feministas.
les aconsejo que vean el video del modelo que pasea por nueva york y le hacen las mismas insinuaciones y miradas el otro 50 por ciento de la poblacion, si esas...las mujeres.https://www.youtube.com/watch?v=75aX9mlipiY
Solo los GARRULOS INCULTOS defienden los "piropos", un piropo es bien recibido si viene de tu pareja, amigos, entorno.. pero de un desconocido es una forma de machismo y ataque sexualJoe.. y una violación tambien es una libertad?! donde empieza y termina la libertad.. yo te lo digo cuando 2 lo deciden.. y el piropo viene de parte de un pervertido que no sabe morderse la lengua y aguantarse su opinión y pene
https://www.youtube.com/watch?v=75aX9mlipiYvean el siguiente video y saquen conclusiones
Y el debate como siempre se centra en los piropos de hombres a mujeres, como si la violencia domestica (o de genero como preferian) fuera exclusiva de hombres a mujeres. Decir que tambien existe de mujeres a hombres en relaciones hetero y entre gays y lesbianas. Lo que hay que hacer es educar a los niños y niñas en tener relaciones emocionales sanas.
Soy hombre hetero y nunca he dicho un piropo a una mujer en la calle, o en sitio cerrado, a no ser que conociera bastante a la persona. Incluso en la adolescencia, intentado ligar en ligódromos, he sido prácticamente incapaz de hacerlo. Nunca he visto a ningún hombre hetero de mi familia hacerlo. Curiosamente, tengo amigos homosexuales mucho más proclives a piropear a extrañas o a muy poco conocidas. Por otro lado, algunas de las mujeres de mi familia son o han sido muy guapas, y nunca les he oído quejarse de ser piropeadas. Sí he visto, en cambio, los estragos que en ellas han hecho niñatos u hombres mayores --todos ellos conocidos-- intentado ligárselas y manipularlas desde que eran niñas. Auténticos pesados, rozando a veces la ilegalidad. La gente se queja aquí del piropo de extraños, pero lo realmente malo viene casi siempre de la gente conocida y algo cercana. Yo mismo he sido piropeado por mujeres (en general conocidas, algunas muy pesadas), pero acoso lo he sufrido de homosexuales escondidos, casi todos conocidos también.
Entonces, Mónica, en qué quedamos: ¿todo vale a la hora de ejercer la libertad de expresión, o no? Por ahí, en otros foros donde se habla de Charlie Hebdo, dicen que sí, que la libertad de expresión es inviolable.
Me gustaría saber si existe la clase de "Filosofía avanzada II" que mencionan al final del artículo, porque me he quedado un poco intrigado.
Un piropo, en la calle, a una desconocida que además va sola, no es un piropo. Es machismo. Si esa misma chica fuese acompañada por varón, ¿se le piropearía? no. Pues eso.http://www.idusykalendas.es
A todos los hombres que creen que es normal "piropear" a las mujeres por la calle decirles dos cosas:1. como dice Mon1 "imaginen que la mujer a la que quieren dedicar un requiebro va acompañada por su padre, su hermano y un par de primos cachas. ¿Diría usted lo que quiere decir? Si la respuesta es no, cállese."2. Imaginen que es a su hija a la que le ocurre. No sé si será machismo o no. Pero es bastante incómodo. Si no te hablo, no tienes por qué venir a molestarme.
Pues entonces, Beatriz, yo sigo preguntando lo mismo aun a riesgo de parecer un pelmazo: ¿Vale todo a la hora de ejercer la libertad de expresión, o no? Si no se permite piropear a una mujer, se está atentando contra la libertad de expresión. Hasta el premier británico Cameron ha afirmado que "si alguien dice alguna vez algo ofensivo sobre Jesús puedo encontrarlo ofensivo, pero en una sociedad libre no tengo el derecho a pedir venganza" O sea, que el derecho a la libertad de expresión es lo primero. ¿O no?
Pero vamos, que las chicas nos miramos tanto el ombligo que ya suena cargante y todo. Cuando un hombre mira o dice algo a una chica es porque le sale de adentro. Me lo dicen bastantes. Ni esperan que te siente bien ni mal , simplemente les sale de adentro porque les gusta y aflora por su boca. Mal si no te dicen nada. Si estas bien dotada, pues... qué suerte que no tuviste que gastarte en cirugía como muchas otras y no me creo que esas muchas odien que se fijen en su inversión monetaria.
A mi una de las cosas que mas me gusta de vivir en el extranjero es no tener que aguantar piropos por la calle que ni he pedido ni quiero recibir.
yo nunca he dicho un piropo callejero, en general en mi tierra no es costumbre, curiosamente sí los he recibido y me han parecido una tontería sin importancia (el piropo femenino se límita, al parecer, a tío bueno), también me han tocado el culo, esto ya me ha hecho menos gracia, pero vaya darle una hostia a una mujer siempre ha estado mal mirado aunque invada tu intimidad. Por otra parte una vez le tocó el culo un desgraciao a mi novia en un bar y si no nos separan me mata.Así que yo totalmente de acuerdo con la sra. Carmona.
La libertad de expresión tiene que ver con ideologías, no tiene que ver con atentar contra la intimidad de las personas. Mucho citar a Charlie con el tema de los piropos intentando equipararlo, cuando no tiene que ver. Si Mahoma o Jesucristo estuvieran vivos y censados, ¡o sus nietos! sí, entonces no se les puede injuriar, calumniar ni difamar, ni atentar contra su honor ni su intimidad, porque estáría penado. Tú -el que seas- cuando piropeas no estás haciendo reflexiones filosóficas o metiéndote con un estilo de vida, que al fin y al cabo no es una persona concreta, sino simplemente una idea. Tú -el que lo haga- estás invadiendo la intimidad de alguien, estás acosando a una persona de carne y hueso. Y si no eres capaz de ver la diferencia, te quedan muuuuuchas clases de educación para la ciudadanía que recibir.
Todo en demasia acaba cansando y desde luego no todos/as somos iguales.. lo que una desea a otra la cansa, sea porque esten llamando todo el rato a alguien inteligente, sosa, tia buena o gorda.. las etiquetas, piropos o lo que sea si se dicen mucho acaban cansando desde luego... pero resulta paradojico qu e mientras una de las operaciones mas realizadas en el mundo sea el de ponerse silicona en los pechos, muchas se pongan tacones para hacer su culito mas deseable, ropa ceñidita para marcar más, no todas desde luego pero gran parte invierte mucho tiempo en la apariencia, moda, fisico, estetica,.. para destacar.. igualmente se hagan muchos articulos destacando por ejemplo que famosa lleva el mejor escote, o tiene el mejor trasero etc.. todo ello destacar, fisico, moda,apariencias , a la vez se argumente machista si alguien dice un piropo a una mujer que ha dedicado horas y horas en destacar..
Los unos se pueden considerar machistas, pero las otras no dejan de ser feministas a tope. Exceptuando sociedades muy machistas en las que dirigirse a la mujer en esos términos es tabú y en la que la mujer no manifiesta , o lo hace muy poco, apenas síntomas de coquetería para no llamar la atención, en otras sociedades, incluso las que se podrían considerar más primitivas como puedan ser algunas africanas, las mujeres se acicalan, se arreglan, son coquetas de alguna forma y esto, pienso que es algo natural en la feminidad, inherente a la mujer, es el reclamo hacia el macho, aunque pudiera ser también para sí misma, pero ese comportamiento que puede ser considerado natural es propio de ella, Las mujeres africanas de algunas tribus se consideran más bellas y que pueden atraer a los hombres estirándose el cuello con sucesivos anillos, o las orejas con aros, son distintas manifestaciones de lo que para ellas es la belleza, entre otras; el arreglarse o, en una palabra, ser femenina es propio de la mujer, unas más que otras, aunque también puede influir la educación, pero pienso que sigue siendo condición de la mujer.Sinceramente hablando y sin ánimo de escandalizar a nadie, yo creo que en el fondo a la mujer le gusta que la halague el hombre, lo que ocurre que en estos años entre el aumento de los movimientos feministas y el papel de igualdad con el hombre, parece que esa afirmación estaba mal decirla, de hecho en estos 20 últimos años los hombres apenas dicen piropos a las mujeres, al contrario de antaño que los decían por doquier, no se atreven porque temen que les suelten un sarao o una impertinencia, como la de la portada, sin embargo ha sido en estos últimos años cuando las mujeres y, sobre todo a medida que iban cumpliendo más años, más se arreglaban para gustar al hombre, durante los años 70, que entonces se iniciaban los movimientos de igualdad de la mujer y feministas, las chicas empezaron a ir sobrias vistiendo, con simples pantalones vaqueros , camisas y jerseis, una forma de vestir semejante a la de los chicos, por entonces la mayoría de los chicos y hombres decían piropos; a medida que han ido pasando los años y los movimientos feministas han aumentado y la mujer se ha puesto en un plano parecido de igualdad con el hombre, ha ido aumentando progresivamente la coquetería y el saberse arreglar, sin embargo los hombres ya no dicen piropos; un piropo bien dicho es un halago bonito que a cualquier mujer le gusta, lo que creo es que hay que saber decirlo y cuando decirlo, procurando no herir sensibilidades; por su parte, ya que hemos avanzado tanto en esto de la igualdad, tampoco estaría mal por parte de la mujer decirle alguna cosa bonita a algún chico/s ¿no? a lo mejor también a ellos les gusta ¡ se puede probar !! en este caso ni seríamos feministas ni machistas ¿ qué seriamos? seguramente naturales como la vida misma, expresando lo que sentimos y lo que en ese momento se nos pasa por la cabeza, haciendo eso que alguno ha dicho, libertad de expresión.
Hay mucha hipocresía.Los piropos, sin grosería, levantan el ánimo a muchas chicas., y se les nota en la cara.Ya quisieran las que no son guapas, recibirlos.Esto parece una forma de llamar la atención de gente de familia bién, que presume de que la inundan de piropos.Estamos en una sociedad cada vez más fría., incluso tengo amigas que se quejan de que los hombres ya no tenemos interés en las mujeres.
En Brasil nosotras tambien piropeamos. Quieres acabar con un hombre? Responda positivamente a sus piropos: "lo quiero tambien, pero ahora, vamos!"https://www.youtube.com/watch?v=l7STJ6hqGJU
"alba", tengo que decir que no comparto tu opinión (el primer comentario que he leído aquí), es más, me cuesta creer que realmente te llames Alba, porque este tipo de razonamiento me huele a "macho chapado a la antigua". Tanto si eres hombre como si eres mujer, me sabe mal encontrar este tipo de opiniones en pleno S.XXI
¿Cual es el problema aquí? ¿Por que queda alguien aun que piropea a las mujeres? Pues dejen de hacerlo. Pero no porque digan la tontada esa de que es machismo porque solo lo hace el hombre, sino porque las mujeres deben dejar de ser el centro de nuestra existencia. Todas estas leyes actuales solo quieren relaciones frías donde tengas que pedir perdón por cruzarte con una mujer, y la única opción disponible por nuestra parte, es la indiferencia.
¿Qué es el piropo? Nada circunscrito a la bellacería dialéctica masculina para lanzar sobre el género contrario al gusto y sin pedir paso. El piropo es entendido como una muestra asexual de valoración interhumana. Lo que viene ocurriendo es, como en muchas ocasiones, un problema que atañe a la filología y al buen gusto. Lo que se condena, por tanto, es la intromisión en la vida privada de alguien a través de exabruptos sin gracia y sin solicitud. http://casaquerida.com/2015/01/19/fundamentalismo-democratico/
Para mi una de las cosas que mas me gusta de vivir en el extranjero es no tener que aguantar piropos por la calle que ni he pedido ni quiero recibir.

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Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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