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Ese dolor llamado Haití (2ª parte)

<span >Niño trabajador en Haití. Foto: Alberto Pla. Fotogalería &quot;El futuro en sus manos&quot;, El País.</span>
Niño trabajador en Haití. Foto: Alberto Pla. Fotogalería "El futuro en sus manos", El País.

Vecinos

Haití y República Dominicana dividen una misma isla del Caribe separada por 360 kilómetros de frontera y muchas décadas de odio.

Los grupos dominantes de ambos países han alimentado y fortalecido un desencuentro del que siempre han sacado ventajas económicas y políticas. Las tensiones, conflictos y enfrentamientos históricos entre estos dos pequeños países constituye la trágica evidencia de la ineptitud de sus élites para avanzar de manera conjunta en políticas de desarrollo que amplíen los niveles de bienestar y justicia social que sus frágiles y casi siempre inestables democracias nunca han garantizado a las grandes mayorías de un lado o del otro de la frontera. Estados Unidos, que invadió ocasionalmente ambos países, siempre se ha beneficiado de esta enemistad. Además, la permanente ruptura del diálogo y de los acuerdos entre ambos países, revela un faceta inocultable de la incapacidad que las naciones latinoamericanas han tenido para consolidar procesos de integración y cooperación regionales que superen los conflictos endémicos que se han repetido sin solución de continuidad a lo largo de los últimos dos siglos.

Dos países que comparten un mismo territorio, dos pueblos con un mismo origen, pero separados por el abismo que produce la explotación humana, las mezquindades y arbitrariedades políticas, la violencia y los atropellos a los derechos humanos, las injusticias y la negación de oportunidades a los más pobres que, en esta isla del Caribe, son casi todos. Haití y República Dominicana han vivido separadas por la prepotencia de sus clases dominantes y sus largas dictaduras, por la connivencia de los Estados Unidos, así como por la poca capacidad de América Latina para establecer políticas de integración regional que sean más sólidas que las meras declaraciones de buena voluntad.

El 12 de enero de 2010 y los días siguientes al terremoto que destruyó Haití, miles de dominicanos y dominicanas se desplazaron del otro lado de la frontera. Fueron los primeros en llegar a Puerto Príncipe, ofreciendo una generosa y desinteresada ayuda a los heridos, llevando alimentos, ropas, materiales para reconstruir las viviendas, medicamentos y una inmensa solidaridad. Fue un movimiento espontáneo y heroico que, como en muchos otros momentos de la historia, puso en evidencia que los desencuentros entre ambos países eran producidos por sus grupos dominantes y no por sus sociedades.

La clase política y el poder económico dominicanos se esforzaron en mostrar un grado de generosidad que poco pudo ocultar su nada desinteresada presión para participar activamente en el proceso de reconstrucción de la isla. Los desastres llamados “naturales” suelen ser, además de una buena oportunidad para la hipocresía, un excelente negocio para los que prometen reconstruir lo que la tierra, el viento, las olas, las epidemias o la estupidez humana destruyen.

Después de algunas fotos sobre los escombros, comenzaron las negociaciones y las contiendas para que las empresas dominicanas intervinieran en el país, beneficiándose de algunos de los millonarios contratos en dólares generados por el flujo de recursos y las donaciones de la cooperación internacional. Como intermediarias, como contratistas o como responsables de las obras, diversas empresas de ingeniería dominicanas comenzaron a asumir algunas de las obras llevadas a cabo en un país que aún permanecía bajo los escombros. La proximidad entre ambas naciones, favoreció también la exportación de ropa, materiales de construcción, medicamentos y alimentos. Haití es el segundo socio comercial de República Dominicana, después de los Estados Unidos.

El terremoto, como no podría ser de otra forma, impactó inicialmente de forma negativa en el comercio entre ambas naciones. Entre tanto, con el pasar del tiempo, aunque se fue restableciendo para la República Dominicana, no generó ninguna dinámica de reactivación comercial para el maltratada economía haitiana. El interés por reconstruir el país y la declarada voluntad de generar más y mejores oportunidades de desarrollo para los haitianos, por ejemplo, debería haber abierto un estímulo a las exportaciones hacia República Dominicana en algunas de las precarias pero aún activas industrias sobrevivientes al terremoto. Se trataba, sin lugar a dudas, de una excelente oportunidad para avanzar en la implementación del siempre postergado acuerdo de libre comercio entre los dos países. Nada de esto ocurrió. Quien visite Puerto Príncipe encontrará en sus supermercados una gran variedad de productos dominicanos, también franceses, canadienses y norteamericanos. Por el contrario, quién visite Santo Domingo, no encontrará productos haitianos en ningún supermercado. Tampoco seguramente los encontrará en un supermercado francés.

Casi siempre ha sido así: cuando a los haitianos les va mal, a otros les va bien.

Una de las principales razones en la generación de conflictos entre ambos países, ha sido el desplazamiento de haitianos hacia República Dominicana, con el objeto de trabajar en la industria de la construcción o en el servicio doméstico. Los empresarios y los sectores políticos conservadores dominicanos acusan a Haití de no controlar a su población, que se desplaza clandestinamente a través de la frontera para trabajar en el país vecino. Se sostiene, casi sin ningún tipo de fundamento, el repetido argumento de que la fuerza de trabajo haitiana, indocumentada y víctima de una crónica penuria, le quita empleos a la población dominicana, aceptando trabajar por salarios que no llegan a los cien dólares mensuales.

Podría suponerse que, en virtud de las condiciones producidas por el terremoto, y ante la necesidad de reconstruir el país, las empresas de ingeniería dominicanas que comenzaron a actuar en Haití, contratarían fuerza de trabajo haitiana e, inclusive, promoverían un proceso de repatriación de los miles de obreros de la construcción haitianos que actúan del otro lado de la frontera, permitiéndoles ahora una oportunidad de empleo seguro en su propia tierra. Tampoco esto ocurrió. Mientras en República Dominicana trabajan miles de haitianos en condiciones de semiesclavitud, las empresas dominicanas de ingeniería que actúan en Haití contratan trabajadores dominicanos. Los haitianos pasan la frontera sin papeles para trabajar por salarios miserables, mientras, en sentido contrario, los dominicanos cruzan legalmente la frontera para trabajar en las obras llevadas a cabo por las empresas de ingeniería que participan en la “reconstrucción” de Haití.

Los proceso de movilidad humana, como las tragedias “naturales”, casi siempre abren oportunidades para buenos, aunque sórdidos, negocios.

Si bien las clases dominantes de República Dominicana siempre denunciaron los peligros de la invasión haitiana, apelando al nacionalismo xenófobo más humillante contra la nación vecina, han sido ellas las principales beneficiarias del tráfico clandestino de fuerza de trabajo en su propio país. Rafael Leónidas Trujillo, uno de los tiranos más abominables de la historia mundial, que gobernó República Dominicana durante más de 30 años y asesinó más de 50 mil personas, aunque alentaba el odio hacia los haitianos, era el mayor traficante de fuerza de trabajo clandestina en su país. Trujillo se transformó en uno de los mayores terratenientes dominicanos, llegando a ser el dueño de buena parte de la producción nacional de caña de azúcar, carne, arroz y tabaco. Su gobierno despótico lo transformó en uno de los hombres más ricos del mundo, dueño de más de un centenar de empresas. Trujillo odiaba a Haití. En la denominada Masacre del Perejil, mandó exterminar a más de 30 mil haitianos y haitianas que vivían en República Dominicana.

Sin embargo, Trujillo se beneficiaba ampliamente del régimen de explotación que mantenía en la miseria y en la clandestinidad a miles de campesinos haitianos que trabajaban en sus grandes extensiones de tierra.

El odio de las élites dominicanas hacia a Haití suele ser directamente proporcional a las fortunas que las familias, corporaciones, clanes y empresas de ese país han amasado explotando haitianos indocumentados.

Es lo que el investigador dominicano Matías Bosch denomina “el negocio del odio”, un sistema que beneficia a los grandes grupos económicos y perjudica a los más pobres en ambos países. Matías es director de la Fundación Juan Bosch, su abuelo, quien fuera un gran demócrata, escritor y presidente dominicano, derrocado por un gobierno militar en 1963.

A pocos meses del terremoto de 2010, diversos diputados y referentes políticos dominicanos conservadores, en particular algunos representantes de la reaccionaria Fuerza Nacional Progresista (FNP), propusieron la construcción de un muro separando ambos países. La Comisión de Fronteras de la Cámara de Diputados dominicana analizó y propuso diversos proyectos de ley que permitirían avanzar en esta dirección.

Un muro para separar la isla, para aislar haitianos y dominicanos. Un muro de 360 kilómetros para enterrar el sueño de la unidad latinoamericana, Un muro para edificar el desencuentro entre un país pobre al que los ricos y famosos del mundo conocen por sus playas y resorts y otro país pobre al que los ricos y famosos del mundo conocen por la pena que da. Un muro para dividir dos pueblos con el mismo origen y la misma historia de opresión y desprecio a los derechos humanos.

Hay tantas cosas para construir en Haití y a la derecha dominicana sólo se le ocurre construir un muro en la frontera para separar ambos países: ladrillo sobre ladrillo, mostrando el tamaño de su despiadada insignificancia, a cinco años del terremoto.

No deja de ser curioso que el argumento para justificar semejante aberración sea la inmigración ilegal, la trata de personas y el narcotráfico promovido aparentemente por los haitianos. La solución del muro no sólo parece desconocer que la inmigración ilegal haitiana ingresa a República Dominicana por las fronteras legales (por alguno de los dos únicos pasos fronterizos existentes), sino también que ella es encubierta y promovida por las fuerzas policiales y militares, así como por los grupos económicos que se benefician de ella. La idea de un muro separando ambas naciones permite tener una cabal idea del grado de desprecio y humillación que las oligarquías dominicanas han expresado hacia los haitianos. Un desprecio y una humillación que el terremoto del 10 de enero de 2010 no hizo otra cosa que agudizar.

“Es interesante todo este discurso anti migratorio – sostiene Matías Bosch – cuando la democracia dominicana tiene más desterrados sociales y económicos que los que tuvo la tiranía. Hoy, cerca de 2 millones de dominicanos viven fuera del país. La gran mayoría son mano de obra barata en Estados Unidos, Puerto Rico o España, o ejercen la prostitución en Argentina, Holanda o Italia”. Bosch agrega que en su país, como en tantos sitios, “todo discurso racista y xenófobo permite desplazar la mirada hacia lo menos importante”. El odio hacia Haití tiene un claro fin político en República Dominicana y se agudiza ante los escenarios electorales o las variaciones de temperatura en la coyuntura local.

 

Entrevista a Matías Bosch, investigador dominicano. CLACSO TV (segunda parte)

El terremoto del 12 de enero de 2010, lejos de contribuir con un mayor acercamiento entre los dos países, los alejó aún más.

Pero quizás no sea esto lo más grave.

Tal como indicamos en nuestra nota del 12 de octubre del 2013, La persistencia de la Masacre del Perejil, el Tribunal Constitucional Dominicano dictó la Sentencia 168/2013 mediante la cual determina las condiciones de ejercicio del derecho de nacionalidad de los dominicanos. El detonante fue la acción de una joven, Juliana Deguís, a la que le fue negada su cédula electoral por considerar que su acta de nacimiento presentaba irregularidades. Juliana había nacido en República Dominicana, pero, desde la perspectiva del Tribunal, el ser hija de inmigrantes haitianos, trabajadores campesinos, que se encontraban en el país algunas décadas antes del nacimiento de su hija, no podía gozar de este derecho. La negación de la ciudadanía a una joven nacida en el país en 1984 causó un gran impacto internacional, además de un enorme repudio por decenas de organizaciones internacionales de derechos humanos. UNICEF consideró que la medida tendría "consecuencias devastadoras". "La decisión contradice numerosas decisiones de tribunales y de tratados de los cuales forma parte la República Dominicana, y contraviene los principios básicos de los derechos humanos", afirmó categóricamente el organismo de la ONU.

En interpretación del Tribunal Constitucional dominicano, los haitianos residentes en el país desde hace décadas son extranjeros en tránsito y, por lo tanto, sus hijos e hijas, los cuales siempre han sido dominicanos y poseen acta de nacimiento que así lo testifica, deberían perder la ciudadanía, pasando a la condición de inmigrantes en situación irregular.

Mientras el mundo aún se debatía en cómo contribuir a superar la catástrofe humanitaria vivida en Haití, el máximo tribunal constitucional dominicano, refinaba sus técnicas jurídicas para expulsar dominicanos, acusándolos de ser haitianos indocumentados, aunque hubieran nacido 20 o 30 años atrás en ese mismo lado de la frontera. La decisión del tribunal privó de su ciudadanía a más de 200 mil dominicanos como Juliana Deguís. En los últimos 30 años, República Dominicana expulsó cerca de 50 mil haitianos, sin preservar las mínimas garantías de derechos a los inmigrantes, establecidas internacionalmente.

En su sentencia del 28 agosto de 2014, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a la República Dominicana por la expulsión sumaria de 26 haitianos y dominicanos de padres haitianos, entre 1999 y 2000. Además, consideró que la decisión del Tribunal Constitucional violaba el “derecho a la nacionalidad”. El gobierno dominicano rechazó vehementemente la condena, lo que llevó a la Corte Interamericana a considerar el país en desacato.

"Si cada Estado tuviera la última palabra acerca de cómo interpreta el sentido y alcance de sus obligaciones internacionales, el Derecho Internacional no tendría ningún sentido", sostuvo el relator de la Corte Interamericana para derechos de las poblaciones migrantes.

La replica dominicana no se dejó esperar y por su Sentencia Nº 256 del 4 de noviembre de 2014, el mismo Tribunal Constitucional determinó la “inconstitucionalidad” de la injerencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el país, cuestionando así la legalidad de la condena y su negativa a aceptarla. El Tribunal que debe cuidar nada menos que de los asuntos constitucionales de República Dominicana no sólo violaba así el derecho internacional, sino también desconocía nada menos que el sistema interamericano de derechos humanos y su competencia en el país, determinada por la aprobación de la Convención Americana de Derechos Humanos por parte de su propio Congreso Nacional, en 1977, y por el Instrumento de Aceptación de la Competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que había firmado el presidente dominicano, Leonel Fernández, el 19 de febrero de 1999. El Tribunal Constitucional dominicano considerará que el Instrumento de Aceptación es inconstitucional ya que no fue debidamente ratificado por el Congreso Nacional, lo que volvería inocua cualquier resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el país.

“Tal es el odio a los haitianos que, simplemente, han despreciado nuestro sistema de derechos humanos y lo han avasallado una vez más, cuando deberíamos valernos de él como un eficaz mecanismo para el fortalecimiento de la democracia en el continente”, sostuvo un diplomático con larga experiencia en la Organización de Estados Americanos, OEA, cuando consulté su opinión sobre el asunto.

Haití y República Dominicana están unidas por una pequeña frontera, pero su convivencia está separada por un abismo de arbitrariedad, abusos y desprecios comunes.

Han pasado cinco años del terremoto que diezmó el presente de Haití. Las élites de República Dominicanas, encarnadas en sus tribunales, sus representantes políticos conservadores, su prensa reaccionaria, sus empresarios inescrupulosos, sus dirigentes racistas y xenófobos, contrasta con el sentimiento de hermandad y solidaridad que gran parte del pueblo dominicano siente hacia Haití y los haitianos.

Han pasado cinco años del terremoto y hoy, más que nunca, necesitamos una América Latina activa, unida y comprometida con los grandes decisiones y acciones que podrán ayudar a Haití a construir un futuro de dignidad, justicia e igualdad.

Mientras tanto, del mar llegan soldados y policías que poco y nada contribuyen con la necesaria estabilidad institucional democrática del país. Del mar llegan los tecnócratas del Banco Mundial con sus soluciones de gabinete, que no sirven ni sirvieron nunca para combatir las causas que producen la miseria y la injusticia en Haití o en cualquier lugar del planeta. Del mar llega una cooperación internacional cada vez más limitada, impotente y a la que se le agotan los recursos, de la que sólo algunas empresas parecen sacar provecho, ante la mirada indignada o, muchas veces, indiferente de los haitianos y de los que dicen estar preocupados por ellos. Del mar viene un ilusorio canto de sirenas que promete soluciones fáciles para problemas complejos, tratando de ocultar la codicia que amplifica el tormento y el sufrimiento humano.

Mientras tanto, de la frontera le llegan a Haití maltratos y muros, insultos y sentencias jurídicas aberrantes.

A cinco años del terremoto, Haití sigue cercado por la miseria, el desprecio y la humillación. Cercado por el dolor.

Desde Buenos Aires

Contribuciones para comprender Haití:

Comentarios

El problema de Haití no solo concierne a la República Dominicana, que han hecho los Estados Unidos o Europa por mitigar ese dolor, siempre los dominicanos aparecemos como los malos de la película, donde los haitianos aquí con documentos o sin documentos hacen una vida normal, es verdad que las élites de ambos países se han beneficiado del trafico ilegal, pero eso no pasa solo aquí recuerde que quien inicio el contrabando ilegal fue Cristóbal Colon a nombre del reino de España, a 500 años del descubrimiento de América sus lideres Europeos siguen siendo tan perversos como en antaño, así que mi querido amigo la droga que Latinoamerica produce las consumen ustedes, as mujeres que se van de nuestros países se prostituyen en los suyos y parecen que esa situación les encanta porque cada vez es mayor el trafico a sus países. De la famosa xenofobia ustedes en Europa no quieren saber de los gitanos o grupos como las personas que viene de Marruecos, entonces dejémonos de Hipocresías el mundo entero esta podrido.
Me gustarìa Pablo que hiciera un análisis asì mismo de detallado sobre el porquè Haitì es responsabilidad exclusiva de Repùblica Dominicana? Tambièn me gustarìa que haga un anàlisis, por ejemplo de los Bolivianos en Argentina.
la solución en Haití está por revisar la reclamación de la isla de Navaza a Estados Unidos y la elección de políticos que se solidaricen con la causa haitiana en la República dominicana.
Te aconsejo que estudies la historia de ambos pueblos antes de opinar,te daras cuenta que nuestras diferencias son precisamente porque nuestros origenes no son ni remotamente parecidos,ahora si tu lo ves desde el punto de vista de que nosotros somos de color {lo cual seria racista de tu parte}es una opinion muy prejuiciada
Por que tanta maldad en el mundo padre, cuando llegaran líderes q profecen paz y hermandad entre nosotros, q dolor q pase esto..
Me pregunto si este articulista sabra, que el 80% de la mano de obra en el campo y la construccion es haitiana. Para juzgarnos de racistas. Y si acaso a estudiado a fondo el trato de que somos objeto los dominicanos, por el hecho de defender nuestro territorio ante la inmigracion ilegal, de ese pueblo. Al cual estan utilizando las ONG'S para manejar millones de dolares y euros, todos ellos amparados por los EEUU, CANADA Y FRANCIA. Sea mas objetivo y espero analice de la misma manera, la situacion de Bolivia frente a Argentina.
Le dire algo, esto no es mas que una opinion y las opiniones son como el trasero , todos tenemos una. Este sr. lo menos que sabe es de la historia de ambos paises. Que salimos del mismo sitio, bueno si a ellos los conquistaron los espanoles esta bien. Lo aberrante es que ustedes quieran imponernos un pais y una cultura que no es la nuestra , y que estamos asi es precisamente por la irresponsabilidad de ustedes al conquistar , porque ni eso supieron hacer bien. Asi que le dire, primero investigue de verdad, los tipos como usted son los que hacen que nazca el odio al ver desde aqui que nos quieren imponer algo que no queremos. Si no lo sabia, nuestro pais fue el unico que no se libero de Espana sino precisamente de nuestro vecino, hablan de matanzas y los haitianos diezmaron nuestra poblacion en 22 años de dominio y algo llamado el "Deguelle de Moca" asi que dejese de payasadas y primero conozca de lo que va aescribir y dejese de privar en humanista.
El odio de los dominicanos no es hacia los haitianos sino hacia quienes así como usted manipulan la opinión pública haciéndonos ver como los malos de la película; eso si nos llena de odio. Y debería informarse bien de los orígenes de ambos países, porque por algo tenemos diferentes idiomas, creencias, cultura, etc. Y sobre el muro, aunque algunos políticos políticos dominicanos lo propusieran, fueron los mismos haitianos quienes empezaron a construir uno. Ya por último le recomiendo hacer una visita a Haiti y a República Dominicana para que haga una comparación de como viven los haitianos en ambos lados de la frontera, y ya que está en España aproveche y haga un reportaje de como viven los do.inicanos allá, a ver si tienen las mismas condiciones de vida que los españoles
Desde el 2010, pocos meses después del terremoto, he trabajado y vivido en diversos municipios fronterizos de República Dominicana. En mi experiencia, la frontera dominica le llega a Haiti lo mejor y lo peor del lado este de esta isla dividida. Por el lado positivo, la convivencia -que afortunadamente supera el odio de los discursos de promovidos- hace evidente una solidaridad natural de parte de las y los dominicanos hacia el vecino país; esta solidaridad está siempre en presente continuo y no necesita de desastres para emerger, ni naturales, ni humanos. Desde su rincón mas oscuro, la frontera dominicana evidencia la ineficacia de las políticas migratorias represivas que refuerzan la idea trastocada de que existen diversas categorías de persona humana: los de aquí, legales y por tanto únicos merecedores de todo el paquete de Derechos Humanos; los de allá, ilegales y por tanto despreciables ante estos mismos derechos. Cada vez que leo un análisis que se atreve a abordar esta discrepancia, como lo hace Gentilicio, me sorprendo de la ola de indignación que genera en nacionales dominicanos que deciden expresarse y del silencio de los millones que opinan diferente
Pero que cara dura!! Hay que leer cada cosa en este mundo de Dios, por que no menciona los 22 años ocupación Haitiana; Cuantos dominicanos muertos durante esos 22 AÑOS? a Dessalines, y que teníamos impedido (penado con la muerte) hablar el español.Esto es un serio problema político que existe de hace demasiado tiempo, pero garrapatas sacan partido de esto, acusando y señalando con el dedo.y que me dice usted del muro en la frontera de Los Estados Unidos y México? y que me dice de las repatriaciones y los rompimiento de núcleos familiares de los gringos a todo ilegal que se encuentre.Del tratos a las dominicanas en España? De las acusaciones de abusos a las MINUSTAH? De los millones de euros en ayuda de los cuales la ONU no sabe cómo justificar la su gasto, porque Haití sigue igual….Sean serios y sean justos, no sean parciales....Mejor diga que esto es un Boicot contra Republica Dominicana y un complot para Jodernos a todos (Dominicanos y Haitianos)
Este señor no conoce en lo mas minimo el generoso y bondadoso pueblo dominicano. Tener 3 millones de haitianos en un país con 9 millones de ciudadanos, o sea el 30% sea migración ILEGAL haitiana, nos convierte en el pueblo mas humanitario del PLANETA TIERRA. Hay que ver de quien se nutre este sinvergüenza escritor para denigrar a la Republica Domininicana, de Matias Bosch un comunista castrista que al dia de hoy no ha defendido los miles y miles de muertos y presos políticos de su natal cuba. Coño cuantas cosas hay que tolerar en nombre de la democracia y la libertad!
Quisiera pedirle de FAVOR a este señor que lea la HISTORIA DE LA ISLA. Por que no tiene ni idea de ambos paises. Son muuy diferentes en todo. Pero si LEE, se dara cta. Como Dominicana le pido que no escriba mentiras de mi pais. Documentese y deje de estar insinuando cosas que atentan la soberania de un pueblo que ha sufrido bastante.
Este come M.... sinvergüenza y sin escrúpulos como todos lo extranjeros que vienen a opinar sin saber y a meter sus narices donde no tienen que meterla debería investigar primero y no repetir lo que publican otros charlatanes por que mejor no va a haiti y investigar ese odio de ellos hacia nosotros y por que han vivido con ese dolor de que nosotros nos independizamos de ellos y creen que hoy hay todavía territorios que le pertenecen mejor que investigue por que queman nuestras banderas, por que los países que deberían hacerse cargo no se hacen solo hablan de que nosotros somos racistas pero que hacen ellos por los haitianos? Estados unidos hizo su muro y nadie dijo nada deportan miles de inmigrantes y nadie dice nada ellos e pesaron un muro y nadie dice nada si fuesemos nosotros nos condenan y somos los peores del mundo que se analize antes de hablar tanta M.............
Cualquier persona con internet puede usar Google y darse cuenta que quienes han comenzado a construir un muro en la frontera no son los dominicanos sino los mismos haitianos. Solo busquen en Google "muro de Haiti". Tampoco es preciso decir que los dominicanos y haitianos tienen el mismo origen porque no lo es mi en lo cultural, ni en lo político, ni en lo lingüístico, ni en nada. Incluso en la genetica se ha demostrado en exámenes de ADN que el dominicano promedio es producto del cruce español con africano e indígena, en promedio son 40% español, 40% africano y el resto de su genona es indígena y de otros orígenes, mientras el haitiano común apenas esta mezclado si mas del 85% del genoma de un haitiano común es de origen africano. Ni siquiera el aporte africano es el mismo porque los dominicanos tienen mas de Senegal y Guinea, especialmente de la etnia Mandenka; mientras estudios genéticos están demostrando que entre los haitianos hay mas aportes del Congo, de Angola y de Nigeria y Benin. Esa diferencia incluso en el aporte africsno se debe a que son dos países con dos orígenes distintos que solo tiene la dicha (o mala suerte) de ocupar una misma isla, aunque cada cual ocupa su lado. Mucho mas se parecen Argentina y Uruguay que República Dominicana y Haití. Mucho mas se parecen EEUU y Canadá que RD y Haití. Primero hay que educarse antes de ponerse hablar cosas sin sentido y que lo único que muestra es ignorancia de tantas cosas inherentes al caso RD-Haití.
He consultado Google y no está tan claro que haya sido Haití quien construyera primero el muro, de todas formas eso no es lo importante, me refiero a quién lo hizo, lo importante es que se ha realizado y que es la población la que lo está sufriendo; por cierto, la mayoría de las veces los comentarios se hacen a partir de lo que se publica en los blogs que se supone es cierto, asi que nos nos pidan por ahí que los que hacemos los comentarios nos documentemos, quienes se tienen que documentar son los periodistas que hacen los artículos antes de publicarlos, que para eso es su trabajo, a ver si encima vamos a ser nosotros quienes trabajemos por ellos.
es increible que personas ingnorantes se atrevan a opinar en u tema que no les consierne, y mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el de ellos, senor mio los que comenzaron con el muro fueron los haitianos no los dominicanos ahora yo si quisiera que nuestro gobierno se empaltalonara y lo terminara yo seria capaz de ir a la frontera aunque sea a llevarle agua a los domonicanos que se decidan a ir a pegar block, aplique la ley 168-14.
Matias Bosch si que ha sabido como pescar en rio revuelto, me da asco. Los que mas se han favorecido y hecho un arroz con mango trayendo haitianos por mano barata son las mismas elite.Poner orden es una ley no racismo ni odio.
Parece mentira cómo personas que NO TIENEN NADA QUE VER, ni con nuestro país/ni con nuestra historia, se crean saben todo lo que concierne la historia de RD-Haití. Es muy bueno opinar cuando solo se "entrevista" un lado de 'ese dolor' que tanta alharaca ha causado. Antes de publicar semejante artículo, debió haberse informado de las realidades de ambos países desde TODOS los ángulos y no desde el punto de vista de un puñado de personas que responden a los mismos intereses.
Que compartimos un mismo origen? Me parece que tiene que tiene que leer un poco de historia... Pero, banandome de tu ignorancia sobre el tema, desde tu punto de vista España y Francia comparten el mismo origen, pues por que Francia no absorbe a España y se unifican, al igual que todos los países de América.... La base cultural dominicana inicio con la llegada de los españoles, mezclándose con los nativos y más tarde con africanos... Doscientos años antes de que los franceses se acentaran el la parte oeste de la isla, tiempo en que poblaron la región como más de 30 tribus africanas diferentes, llegando a un 80% de africanos contra un 20% de franceses... Luego estos se independizaron y aplicaron la ley de abolición de todo lo blanco.... Y es ahí la diferencia con relación a los dominicanos... Pues nuestra cultura se fundamenta en tres columnas (africana, española y taina) vs la haitiana que se fundamenta en una mezcla de 30 culturas o etnias africanas diferentes.... Por favor estudie sobre nuestra historia...
¿pero qué tendrá que ver tanta historia con lo que aquí se está hablando? dejad de un lado la historia y poneros a pensar que es un país superpobre en el que la población está en una situación de pobreza extrema y que, ya que se habla de historia, lo que hay que hacer es dejar atrás la historia antigua y cambiarla a una historia nueva en la que toda esta gente tenga protagonismo hacia un futuro mejor ¡ eso es lo que hay que hacer historiadorcillos de pacotilla!!!
El periódico El País pierde credibilidad cuando permite que articulista amarillos, irresponsables, formen parte de su plantilla. El Sr. Gentili debería estudiar a fondo los temas sobre los cuales pretende escribir para no incurrir en la desinformación de los lectores. Dominicana y Haití son dos países que sólo tienen en común compartir la misma isla. Desde el punto de vista lingüístico, religioso, cultural, étnico y político son dos mundos diametralmente opuestos. Miente asquerosamente este cagatinta cuando dice que el terremoto del 2010 contribuyó a acrecentar las desavenencias entre ambos países. República Dominicana desde el estado y desde la población misma se volcó en ayuda hacia Haití. Fue desde este país desde donde salieron los primeros contingentes de médicos, alimentos y medicamentos hacia la parte oeste de la isla que había sido asolada por un terremoto devastador. Durante varios meses después del sismo, nuestros comedores económicos ambulantes estuvieron mitigando el hambre de los haitianos, llegando a servir 5 toneladas de alimentos cocidos por día. Nuestros puertos marítimos y aeropuertos fueron puestos a disposición de Haití, para que los países del mundo que querían acudir en ayuda de las víctimas del terremoto, pudieran hacerlo sin problemas. Quien tenga interés en conocer a fondo el nivel de apoyo que Dominicana brindó a Haití en ese fatídico período, puede buscar en google donde hay cientos de escritos sobre el tema y el reconocimiento del propio gobierno haitiano de la magnanimidad del pueblo dominicano en ocasión de la tragedia.El estado dominicano tiene acuerdos de cooperación con Haití, mediante los cuales envía personal especializado en diferentes renglones para capacitarlos o recibe grupos desde ese país, para que se entrenen en nuestras instituciones. Si existe odio entre ambos países, este se originó en la ocurrencia de casi veinte invasiones armadas desde Haití contra República Dominicana y en los veintidós oprobiosos años de ocupación que deben ser estudiados a fondo por este escritor de pacotilla, para hacer un ejercicio serio del oficio que pretende dominar.
Tambien se le ha olvidado mensionar al escritor que los Dominicanos son tan racistas y perversos que en las cortes laborales los indocumentados tienen los mismos derechos que los Dominicanos, tambien se le ha olvidado mensionar que los Haitianos consumen el 24% del presupuesto de salud que deberia de estar destinado a los pobres Dominicanos, tan pobres como cualquier Haitiano. Todos esos paises que han estado acusando a Rep. Dominicana de resistas hacen lo propio para proteger sus fronteras y dejar entrar a sus paises a quienes ellos quieren, y muchos de ellos han comenzado a sacar a los Haitianos a cambiar sus leyes migratorias como el caso de Bahamas, Turcas y Caicos, Trinidad y Tobado por solo mensionar 3, miles de Haitianos son devuelos a Rep. Dominicana porque viajan atravez de nuestro pais hacia Sur America y alla no son aceptados, Brasil llego a declarar una parte de su frontera en estado de emergencia por la gran cantidad de Haitianos El Muro lo han comenzado los haitianos en su aduana para cntrolar mejor la entrada de mercancias y aumentar sus recaudaciones. A la hora de hablar de matazas vaya y busque un poco mas atras en la historia y veras que con los deguelles de Dessalines 2 poblaciones Dominicanas fueron practicamente extermiandas si contar que cuando nos invadieron por 22 años no se podia hablar español de este lado, fue cerrada la universidad y las escuelas. En el tema de Haiti-Republica Dominicana hay mucha hipocrecia, todos los paises ya estan jartos de mandar dinero al barril son fondo que se llama Haiti y la mejor forma de salir de ese problema es cargandole el muerto al vecino mas proximo. Si de verdad son tan Humanitarios y con deseos de ayudar porque todos ustedes no les abren sus fronteras a los Haitianos y comienzan a recibirlos a todos los que quieran salir de Haiti. Ya basta de manipulaciones y acusaciones de que hay odio y somos racistas, proteger la frontera no es ser racista, Salga de su comodidad y visite ambos lados para que me diga usted de cual de los lados hay mas Odio hacia el otro y vera que del lado de Haiti se odia mucho mas al Dominicano, venga para que vea como se pasean los Haitianos por Rep. Dominicana sin que nadie se meta con ellos, vaya a los hospitales para que vea como se les atiende como a cualquier Dominicano totalmente gratis, contrato a esos otros paises que tanto aman y defienden a los Haitianos que si se utilizan los servicios sanitarios pues te hacen una factura para que la pagues. ya basta de chantaje sucio y barato.
Un mismo origen? pero de donde es que se estan documentando, son paises con origenes y cultura diferente en todos los aspectos, es como comparar los judios con los arabes; el dolor de los haitianos no le duele a la superpotencias como Francia, Estados Unidos etc, ayuden a ese pais. no lo dejen al abandono, Los dominicanos no pueden cargar con ese pueblo, asi que este blog debe ser objetivo e imparcial y decir la verdad. Haiti debe dolerle a todos, su problema no se resuelve fusionando o creando caos entre ambos paises sino en una actitud resposable de las superpotencias de ayudar y reconstriur ese pais y su democracia.
Los Dominicanos jamás aceptaremos acercamiento con los haitianos,ha sido demasiado el daño que nos han ocasionado desde el 1805 hasta la fecha, si algún país lo desea se puede unir a ellos o llevárselo para donde quieran ,pero nosotros tenemos nuestro sentir y ojalá se les llegue una plaga que los borres del planeta para siempre

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