Bogotá Cómo Vamos: cuando la ciudadanía evalúa al poder público
Mural participativo realizado por asociaciones locales trabajando con Bogotá Cómo Vamos / Photo: Daniel Barbosa
El 26 de octubre de 1997, Bogotá convocaba elecciones municipales. Después de dos administraciones que para muchos Bogotanos habían sido cruciales sacando a la ciudad de su letargo de los ochenta (las alcadías de Jaime Castro y Antanas Mockus), Mockus renunciaba para lanzarse a las presidenciales. Dejaba un vacio que a pesar de ser cubierto temporalmente por Paul Bromberg (director de Cultura y Turismo de la época), a muchos inquietaba. La ciudad se jugaba mucho: no quería renunciar a los logros obtenidos en cohesión social fomentando participación ciudadana y existía cierto hartazgo y preocupación de regresar al estilo de política tradicional.
En ese contexto nació Bogotá Cómo Vamos, con el objetivo inicial de mantener a la ciudadanía informada durante esa campaña electoral. La iniciativa buscaba promover un gobierno efectivo y transparente, una ciudadanía más informada y participativa y un trabajo en red en torno a la calidad de vida urbana.
Esas elecciones las ganó Enrique Peñalosa con un 48,82% de los votos. Lanzó el movimiento cívico “Por la Bogotá que Soñamos” y supo introducir un especial énfasis en infraestructura urbana sostenible y la recuperación del espacio público. Fue precedido por Antanas Mockus que llevó el urbanismo cívico a una dimensión superior creando lo que para muchos fue la época dorada del urbanismo sostenible de Bogotá.
Desde entonces, Bogotá Cómo Vamos lleva 16 años invitando a los Bogotanos a reflexionar sobre la calidad de vida en contextos urbanos, evaluando como las políticas públicas afectan el desarrollo humano en las ciudades, ofreciendo datos sobre el acceso de calidad a bienes y servicios básicos, como pueden ser la educación, salud, servicios públicos, la movilidad, la seguridad ciudadana o la cultura, entre otros.
Visitando sus oficinas en el centro de Bogotá, Mónica Villegas, su Directora, nos explica la razón del éxito que ha tenido: “Nuestra apuesta ha sido combinar el análisis de la gestión de la ciudad a través de indicadores técnicos con la percepción ciudadana para identificar como los bogotanos ven la ciudad y cuáles son sus inquietudes y prioridades”. Esta antropóloga de formación, que estudió ordenamiento territorial y urbanismo en el Instituto de Altos Estudios de América Latina de la Sorbonne, en París, enfatiza la importancia que tiene cuantificar también la percepción subejtiva de los ciudadanos: “Esta dimensión subjetiva tiene en cuenta las percepciones, los valores y las creencias de la población con relación a los aspectos que afectan su bienestar y que no necesariamente están correlacionados de forma directa con las condiciones objetivas”.
La iniciativa presenta cada año el Informe de calidad de Vida con participación de funcionarios de la Administración y el Alcalde y la Encuesta de Percepción Ciudadana que cuenta con un cuestionario básico que permite hacer comparaciones durante los 16 años de trabajo del programa. Estos informes aportan información que orientan a las insitutciones públicas sobre cómo gestionar dimensiones concretas de la ciudad.
Mónica Villegas en entrevista sobre el papel de Bogotá Cómo Vamos contribuyendo a ciudades más humanas / Daniel Barbosa
Por ejemplo, en el caso de la vivienda, la encuesta de percepción reflejaba que el 34% de quienes se sienten insatisfechos con su actual vivienda afirman estarlo porque es muy pequeña y el 31% que se considera pobre dio como razón no tener vivienda (de los cuales, el 18% afirmó no tener vivienda por no tener acceso a subsidios).
En el caso de transporte, las encuestas resaltan el aumento de personas que se movilizan en transporte público, sobretodo con el Transmilenio, que pasa de 32% al 47% (entre 2013 y 2014). Sin embargo, sólo el 15% de quienes lo utilizan se sienten satisfechos con él y el 71% considera que ha empeorado algo o mucho.
Asimismo, en el caso de la seguridad, las encuestas reflejan que el 52% de los encuestados afirmó sentirse inseguro en la ciudad. Los problemas más graves identificados son el atraco (49%), la drogadicción (48%) y la presencia de pandillas (38%).
Pero las actividades no sólo se concentran en la presentación de informes o análisis de perpeción de los ciudadanos, sino que pretenden ir más allá, buscando que la ciudadanía sea más responsable y participativa en la gestión y diseño de la ciudad. Debido a ello, la iniciativa ha avanzado en la consolidación y puesta en marcha de varias iniciativas, como por ejemplo el proyecto “Juntos a construir ciudad” que pretende aumentar la corresponsabilidad ciudadana en las localidades empoderando a ciudadanos en la comprensión y gestión de indicadores de calidad de vida local. Otro proyecto es el “Yo voto, yo sumo” que busca crear conciencia en los ciudadanos durante periodos electorales para implicarles en procesos participativos como la aprobación del Plan de Desarrollo de la ciudad.
A raíz del impacto positivo del programa en Bogotá, en 2007 se creó la Red de Ciudades Cómo Vamos, que hasta el momento cuenta con 10 programas Cómo Vamos en Colombia (Medellín, Cali, Cartagena, Barranquilla, Zona Metropolitana de Bucaramanga, Manizales, Ibagué, Pereira, Valledupar y Yumbo). Asimismo, en América Latina se ha creado la Red Latinoamericana por Ciudades y Territorios, Justos Democráticos y Sustentables que ya cuenta con casi 60 programas en 10 países de América Latina (Brasil, Bolivia, Perú, Argentina, Colombia, México, Uruguay, Ecuador y Paraguay).
Visitando el programa Medellín Como Vamos en la región de Antioquia, su coordinadora, Piedad Patricia Restrepo, nos cuenta lo importante que es mantener las prioridades del programa: “La prioridad es el ser humano, la ciudades para el ser humano y que el eje trasversal del trabajo que realizan los Cómo Vamos sea la equidad, pensar siempre desde el punto de vista de políticas para el menos favorecido y a partir de ahí generar una política pública orientada a empoderarle”. Piedad, economista de formación con maestría en políticas públicas de la Universidad Torcuato Di Tella de Argentina, muestra cómo se aplica este enfoque en uno de los principales retos de Medellín, la movilidad: “El caso más claro es en movilidad ¿Por qué no pensamos los andenes en las ciudades para el que menos movilidad tiene? Siempre se prioriza el auto y las necesidades de los que más tienen, no los que tienen más dificultad de movilidad. Formular la política pública desde el que menos tiene nos va a llevar a una ciudad mucho más humana”.
Bogotá Cómo Vamos ha sido la primera iniciativa creada desde la ciudadanía para controlar y evaluar la manera en que las administraciones públicas gestionan la ciudad. Fomentar este tipo de iniciativas en América Latina contribuye a abrir un diálogo activo entre la administración y sus ciudadanos. Su éxito fomenta mayor transparencia en la gestión pública, incentiva la participación ciudadana y con toda seguridad, mejorará la calidad de las políticas públicas urbanas.
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