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Las redadas indiscriminadas fuerzan la caída del jefe de la policía del DF

El alcalde de la ciudad, Miguel Ángel Mancera, deberá de proponer a un sustituto que será avalado por el presidente Enrique Peña Nieto

Un manifestante se enfrenta a la policía el 1 de diciembre.
Un manifestante se enfrenta a la policía el 1 de diciembre. José Méndez (EFE)

Las fuertes polémicas desatadas por las detenciones arbitrarias, durante las últimas protestas en solidaridad con los 43 estudiantes desaparecidos, han forzado la dimisión del jefe de la policía de la Ciudad de México, Jesús Rodríguez Almeida. El encargado hasta ahora de la mayor fuerza policial del país —80.000 agentes-- fue duramente criticado por los organismos de derechos humanos ante las redadas realizadas durante las manifestaciones multitudinarias celebradas en las últimas semanas en el Distrito Federal. La renuncia ha sido anunciada este viernes por el alcalde de la ciudad, Miguel Ángel Mancera, quien deberá proponer a un sustituto que será avalado por el presidente del país, Enrique Peña Nieto.

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El trabajo de Rodríguez Almeida estaba siendo muy cuestionado. Las grandes manifestaciones que sacaron a la calle a miles de personas en la Ciudad de México acabaron en dos ocasiones en altercados. Un grupúsculo de jóvenes radicales lanzó cócteles molotov y se enfrentó a los antidisturbios. El 8 de noviembre, los vándalos llegaron a prender fuego a la puerta del Palacio Nacional, símbolo del un poder presidencial ahora cuestionado. La policía, como réplica, detuvo a 14 personas, algunas de ellas acusadas de tentativa de homicidio y motín. Pero un juez ha liberado a todos ellos por falta de pruebas.    

Las organizaciones de derechos humanos han criticado con dureza la actuación violenta de la policía. Sin embargo, Rodríguez Almeida se llegó a vanagloriar de la labor de los agentes: “Felicito a mi personal, por el gran valor, gallardía, responsabilidad y sobre todo porque restablecieron el orden público… Le guste a quien le guste”. Incluso defendió en un canal de televisión local los ataques de los agentes bajo el argumento de que "los violentos tiran a matar". El alcalde Mancera no tardó en desmarcarse de este discurso, dejando en una posición incómoda a su responsable de seguridad. La fractura entre ellos comenzaba a ser evidente. 

Antes de dirigir la policía, Almeida ocupó el puesto de procurador —fiscal— de Justicia del DF. Más tarde llegó a la jefatura de la Policía cuando Mancera fue nombrado alcalde de la Ciudad de México. El alcalde — que ascendió al poder gracias al apoyo del PRD, izquierda mexicana— cumplió este diciembre dos años al frente de la ciudad con muchas voces críticas en su contra. La imagen de una policía represora y la puesta en marcha de un programa que restringe la circulación de coches viejos en la ciudad han puesto en tela de juicio su labor. De acuerdo con una encuesta elaborada por el diario Reforma, la desaprobación del actual alcalde entre los ciudadanos del DF llega al 60%.

Los violentos tiran a matar Rodríguez Almeida, exjefe de policía del Distrito Federal

En las manifestaciones del pasado 20 de noviembre se detuvieron a 11 jóvenes acusados de tentativa de homicidio, asociación delictuosa y motín. Los jóvenes acabaron una prisión de alta seguridad. Finalmente, fueron puestos en libertad nueve días después, ya que el juez no encontró pruebas en contra de los detenidos.

En la última de las protestas en la capital, que se dio el 1 de diciembre, la policía detuvo a tres jóvenes acusados de ataques a la paz pública, portación de objetos aptos para agredir y ultrajes a la autoridad. Fueron liberados este viernes, después de pagar una fianza. “La policía repitió el patrón de uso de la fuerza desproporcionada e indiscriminada en contra de manifestantes pacíficos, transeúntes e informadores“, recriminó la organización de derechos humanos Articulo 19.

Durante el anuncio de la dimisión, el mandatario capitalino se negó a explicar las razones por las que Rodríguez Almeida abandonaba el cargo. Este fin de semana, la Ciudad de México vivirá una nueva oleada de manifestaciones que siguen pidiendo justicia para los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala. Rodríguez Alemida ya no estará a cargo de la seguridad. 

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