_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

A por ellos

El deporte es educativo, pero el deporte de equipo necesita un cuidado muy especial que evite la creación de enemigos colectivos como si fueran nacionalistas

Jorge M. Reverte

Todos los padres han tenido un hijo que ha sido seguido por los ojeadores del Barça o por algún socio de Bill Gates. No es mi caso. Ni el fútbol ni la informática han paseado por delante de mi puerta.

Lo del fútbol casi lo agradezco, porque sé bien lo que sucede en ciertos ambientes.

Cuando escucho a alguien decir que no entiende lo que ha pasado en Madrid entre los hinchas del Atleti y los del Dépor, pienso que esa persona no ha asistido nunca a un partido de fútbol entre tiernos jugadores de ocho años de pueblos o barrios rivales. Los padres de los niños se suelen apostar cerca de la demarcación que ocupan sus chavales y dicen cosas como:

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

—¡Mata a ese hijoputa!

—¡Al salir voy a rajar a tu padre!

El juego sigue como si no pasara nada y los padres raras veces se acuchillan. Pero queda un cierto resquemor, una vaga idea de que el fútbol está ligado a la satisfacción de algunos instintos violentos. Yo creo que los de la pelea de Madrid son casi todos padres de familia que no han podido ver a los blandos de sus hijos machacar la cabeza de algún rival.

Ahora, conmovidos por los hechos del Manzanares, subrayados por una estúpida corte guardando un minuto de silencio en Riazor, nos echamos las manos a la cabeza pensando qué hemos hecho mal.

Pues casi todo. El deporte es educativo, pero el deporte de equipo necesita un cuidado muy especial que evite la creación de enemigos colectivos como si fueran nacionalistas.

No estaría de más empezar por lo de “a por ellos, oé” que a mí me da miedo siempre. Pero es que soy un blando.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_