Visado especial para la música
Por Analía Iglesias
Son días de discusiones sobre derechos humanos y antirracismo en Marruecos. Y también de música y de artes en las que confluyen corrientes africanas de todo el continente, como los ríos que desafían estas no-fronteras de escuadra y cartabón.
Homenajeados en el escenario del Festival Visa for Music, celebrado en Rabat, la cantante mauritana Malouma y el músico senegalés Ismaël Lo. ©Visa for Music.
En estos días, se celebra en Marraquech la II edición del Fórum Internacional por los Derechos Humanos (la primera edición tuvo lugar en Brasil). Y hace un par de semanas, una nueva campaña de concienciación de la sociedad civil ponía sobre la mesa esto de "Soy marroquí, soy africano", a ver si el Magreb se atreve a pertenecer a África con el orgullo de lo propio, en lugar de nombrar lo ajeno, al sur, como "africano". Al mismo tiempo, con o sin visa, las músicas desbordan los cauces de la burocracias fronterizas para desaguar en varios escenarios de Rabat.
N3rdistan. ©Visa for Music.
En el festival Visa for Music. Africa Middle East Music Meeting que se ha celebrado en Rabat, unos días atrás, confluyeron las músicas de grupos y solistas llegados del Este y el Sur, pero también del Oeste, de la América Latina negra, del Caribe. Porque las huellas del tambor pueden rastrearse claramente en Colombia, en Brasil y en buena parte de Centroamérica, como bien ha explicado la catedrática colombiana Jenny de la Torre, en una de las conferencias que ilustraron el festival.
En las vísperas del comienzo del Decenio Internacional de los Afrodescendientes (1 de enero 2015-31 de diciembre de 2014), establecido por Naciones Unidas para reivindicar la libertad, la igualdad de derechos y la dignidad, decía De la Torre que había que continuar indagando en esa historia trunca del arribo de los tambores de África a América, contando la esclavitud y cómo los instrumentos se conviritieron en herramientas de resistencia. O recuperando las historias del mestizaje y el arrullo de las mujeres (porque los hombres conquistadores llegaban solos), que al fin son las que transmiten las tradiciones; o de cómo la cumbia sigue siendo hoy la resistencia del cuerpo de los que no pueden amarse en público.
"De Bahía y de Benin, el berimbao", asentía en el mismo escenario el músico brasileño Benjamin Taubkin, hoy al frente de un ensemble de fusión de músicas brasileñas y magrebíes llamado Al Qantara. "A tal punto son estos caminos de ida y vuelta que en Bahía la broma es que África llegó de Bahía", sonríe Taubkin.
De estos días de 'visa' especial para la música, hemos rescatado un puñado de propuestas bien diferentes de 'lo africano'.
N3rdistan
Con ese "3" en medio del nombre, sí, que es como los árabo-parlantes escriben las dos 'aa' (cerradas), cuando utilizan el alfabeto latino. Este músico, antes conocido como el rapero Walead Ben Selim, de Casablanca, es versátil como pocos. Entre el beat oriental y el electro-urbano, los samplers y las cuerdas árabes, no deja a nadie fuera de la pista de baile. Voces en árabe y en francés para cantar letras de poetas árabes tan emblemáticos con Nizar Qabbani, Ahmad Mater o Mahmoud Darwish.
Nadie debería dejar de escuchar el laúd de Majid Bekkas si viene a Marruecos o pasa por Bruselas o París. Este multiinstrumentista de Zagora fusiona su cadencia de las puertas del desierto con vientos soul, el folkore sudamericano y el flamenco. Lo que hace suele denominarse jazz afro o jazz oriental, de ahí el nombre de su actual trío el Afro-Oriental Jazz Trío. Es co-director artístico del interesante Festival de Jazz au Chellah, que se celebra cada otoño en Rabat.
Al Qantara
Finos, multiétnicos, con un director musical brasileño que ha reunido un ensemble de músicos marroquíes y gente de la bossa nova, para hacer música inolvidable, que demuestra que el Atlántico a veces es solo un río ancho.
Aïcha Redouane & Habib Yammine – Ensemble Al-Adwâr
Ella es franco-marroquí y debutó en los años 90. Se especializa en el repertorio de la Nahda (renacimiento cultural árabe de los siglos XIX y XX) y en la canción mística sufi. En Al-Adwâr, trabaja con el prestigioso percusionista libanés Habib Yammine.
Neuza
De Cabo Verde: es, sin duda, la sucesora de Cesaria Evora. Parece mentira que ya conozcamos la cadencia de esa pequeña islita, con su particular portugués y esas melodías que se bailan amablemente. Neuza empezó su carrera en el restaurante en el que trabajaba como camarera. El productor José Da Silva la impulsó definitivamente a la escena. Su repertorio es la música tradicional de Fogo, la isla de la que es originaria su madre.
Alle’s Tones
De Senegal y Benin y de todos los que alguna vez estuvimos al sur del Sahara. Música que alegra el alma y que evoca el paisaje del Sahel, el río Níger y esos pozos de agua dulce que nos purifican.
Paisajes sonoros para disfrutar.
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