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Tribuna
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El momento adecuado para bajar impuestos

Tras dos años de ajustes, el Gobierno ha elaborado un conjunto de cambios

La reforma fiscal que ha diseñado el Gobierno y que ahora se encuentra en la fase final del trámite parlamentario, supone un paso importante dentro de la política económica del Ejecutivo. Tras dos años de ajustes presupuestarios para estabilizar la economía y las cuentas públicas, el Gobierno ha elaborado un conjunto de cambios tributarios con el objetivo principal de contribuir al crecimiento económico y la creación de empleo. No tengo la menor duda de que ahora nos encontramos en la coyuntura adecuada para llevarlos a cabo. La reforma fiscal llega en un momento oportuno, puesto que las cuentas públicas se encuentran bajo control y en una senda tendente al equilibrio presupuestario.

Es cierto que el crecimiento económico se ha ralentizado en algunos países de la UE, y que ello puede influir en nuestro sector exterior, a través de un menor ritmo de las exportaciones. Sin embargo, no parece, según las previsiones de la propia Comisión Europea, que esto vaya a suponer una vuelta a la recesión económica. De hecho Bruselas, pronostica que el crecimiento del PIB en España estará por encima de la media de la UE en los próximos años.

Además, las últimas cifras disponibles avalan la fortaleza de la recaudación tributaria, fruto del paulatino proceso de recuperación que está viviendo la economía española, a pesar de la desaceleración en algunos países de la UE. Así, los ingresos tributarios han crecido en términos homogéneos a un ritmo del 4,8% hasta octubre, ligeramente, por encima del 4,6% registrado hasta septiembre, según el primer avance del que se dispone. Es de destacar el buen comportamiento del IVA, cuya recaudación líquida ha aumentado un 8,2% hasta octubre (6,7% en términos homogéneos), aspecto que tiene que ver también con el afloramiento de economía sumergida.

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Este mayor crecimiento económico al que estamos asistiendo se fundamenta en la recuperación de la demanda interna. Y aquí es, desde donde la reforma tributaria contribuirá especialmente, ya desde el próximo mes de enero, cuando entre en vigor. La rebaja de impuestos incluida en la reforma fiscal pondrá en manos de más de 20 millones de contribuyentes (empresas y ciudadanos) un total de 9.000 millones de euros en los próximos dos años. Se trata de una mayor renta disponible que servirá para estimular el consumo y la inversión. El Gobierno calcula un crecimiento adicional del PIB de 0,55 puntos, en relación a un escenario sin estos cambios fiscales.

Además, la reforma tributaria se ha diseñado de forma que beneficie más a las rentas bajas y medias. La rebaja tributaria media será del 12,5% pero serán los contribuyentes con ingresos inferiores a 24.000 euros (el 72% del total), los que cuenten con una rebaja del 23,5%. Se ha buscado, en todo momento, eliminar ventajas fiscales para unos pocos para que la rebaja de impuestos llegue a todos, especialmente a los que realizan un mayor esfuerzo por tener personas a su cargo (ascendientes, descendientes, personas con discapacidad y familias numerosas). Los mínimos familiares aumentan hasta el 32%. Y los nuevos impuestos negativos permitirán ingresar 1.200 euros anuales en el IRPF a los contribuyentes con ascendientes o descendientes con discapacidad.

La reforma tributaria tiene también como objetivo el impulso a la competitividad de la economía. En este sentido, la bajada del Impuesto sobre Sociedades está ligada a nuevas medidas de apoyo a la capitalización empresarial. Las empresas que ahorren podrán beneficiarse de una bajada del tipo de gravamen, que en el caso de las pymes, puede llegar al 20,25%. El Impuesto sobre Sociedades incorpora otras medidas claves para el cambio de modelo productivo como los nuevos incentivos a la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) y estímulos al mecenazgo. También incluye nuevas medidas de lucha contra el fraude fiscal.

He de destacar también que la reforma se está enriqueciendo en el trámite parlamentario con enmiendas que afectan a colectivos concretos, como es el caso de los autónomos, que podrán beneficiarse de una rebaja adicional en sus retenciones y podrán deducirse el 100% de lo que aporten a mutuas.

Los Presupuestos Generales del Estado de 2015 incluyen en los ingresos tributarios tanto el efecto de la reforma fiscal como el mayor crecimiento esperado del PIB (2%). Los incrementos de recaudación que se obtengan no van a servir para que el Estado gaste más sino para estimular la creación de empleo. El objetivo en todo momento es mantener los ingresos tributarios en torno al 38% o el 39% del PIB, y destinar lo sobrante, precisamente a impulsar el crecimiento de la economía. Después de años de ajuste para estabilizar las cuentas públicas, los Presupuestos de 2015 servirán para consolidar al crecimiento económico y el empleo, manteniendo el Estado del Bienestar y sin renunciar al objetivo de reducción del déficit público. Es el momento, por tanto, de verse recompensado por los esfuerzos realizados en el pasado y de mirar el futuro con esperanza.

Miguel Ferre Navarrete es secretario de Estado de Hacienda.

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