Un extraño proceso político
Una vez que nos han convencido, en mayor o menor grado, de que Cataluña es esa “traidora” que se quiere ir sin tenernos en cuenta —después de lo que le hemos dado—, y España esa “ladrona” que no nos deja decidir —después de lo que le hemos dado—, deberíamos plantearnos el siguiente paso. Al margen del ya kafkiano proceso político, tendremos que seguir conviviendo: los que se vayan, los que se queden, los que se vayan sin querer irse, o si nos quedamos todos sin que todos lo quieran. La independencia política puede ser o no real, la independencia real es imposible. El problema de estar metido en una lucha entre facciones nacionalistas es que no te das cuenta de lo que realmente has perdido hasta que la misma no termina, si es que lo hace. El vencedor es siempre el mismo, el nacionalismo.— Javier Sáez-Benito Suescun. Zaragoza.
Los sondeos del Gobierno catalán son sorprendentes. Por una parte, nunca preguntan a los ciudadanos sobre los recortes o la corrupción en Cataluña sino que se centran siempre en el “monotema” de la secesión. Y, por otra, en la muestra de entrevistados prácticamente solo hay nacionalistas. Por ejemplo, en la publicada este mes la Generalitat no entrevista ni a un solo votante del PP en Lleida y solo a un votante del PSC en Girona. Con una muestra tan distorsionada en que una mayoría abrumadora de entrevistados son votantes de ERC y de CiU en las últimas autonómicas, en un porcentaje muy superior al real, el resultado del sondeo está cantado. Ahora bien: ¿estamos ante un estudio demoscópico o ante una herramienta de propaganda política?— José Martínez Tortosa. Barcelona.
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