¿Día sin coches?
Hoy lunes 22 quizás se nos aparezca el fósil de una buena intención: el sueño de vivir en un mundo con pocos coches. Porque nuestros amados coches nos arrojan tanto CO2 que están calentando el clima hasta abrasarnos. Yo los odio. Ya ni los veo útiles quitando a unos pocos necesarios.
Me molestan más sus excrementos peores, pero invisibles, que los de los canes. Pero nadie obliga a recogerlos. Esos coches cuya chapa hacemos brillar con tanto amor, pero cuyos intestinos descuidamos. Los coches son la plaga que más amamos y, lo que es peor, la que todos los países aún sanos ansían tener.
Nos han invadido porque su propaganda es intensa y bellísima. Convencen a casi todos de que sin el coche no hay felicidad, ni libertad, ni aventura. Es el mejor amigo del hombre, le llena de alicientes y el más caro deportivo hasta le hace superhombre. ¡Cuanto mejor coche, más presumimos y pavoneamos! Hay que descubrir cómo vivir con pocos coches y que estos sean eléctricos. Misión vital para jóvenes emprendedores lúcidos.— Pablo Osés Azcona.
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