Intentando controlar huracanes
Científicos y meteorólogos han experimentado con técnicas para debilitar a la naturaleza
La devastación que supone el paso de un huracán no tiene ninguna comparación con cualquier otro fenómeno de la naturaleza. Intentar dominar una fuerza tan poderosa parece, a priori, un intento fallido pero, existen curiosos precedentes de experimentos realizados para poder debilitarlos. Uno de ellos fue el realizado en la década de los 60 por la Armada de EE.UU y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). El proyecto recibió el nombre de ‘Stormfury’ y en él se intentó sembrar las nubes de las paredes laterales del ojo del huracán con ioduro de plata para interferir y modificar el proceso de desarrollo del mismo, haciendo que fuera menos peligroso. Un fracaso. Al final, el proyecto se abandonó a finales de los años 80.
También la Unión Soviética tuvo su particular experimento para frenar a estos monstruos de la naturaleza en aguas del Pacífico allá por los años 70. Se localizó un tifón (es el mismo fenómeno que un huracán pero cuando se forma en las islas Filipinas o China) y para anular el proceso de evaporación que lo alimenta, se vertieron sobre la zona del océano por donde iba a pasar ingentes cantidades de aceite para debilitarlo y cortarle el suministro de energía. Fracaso estrepitoso puesto que el tifón siguió su rumbo y el problema fue la ‘marea negra’ que se originó. Existen más proyectos e ideas ingeniosas para intentar frenar huracanes. Una de ellas tiene como artífice al presidente de Microsoft, Bill Gates. Su apuesta consiste en contratar una numerosa flota de barcos que se situarían en la ruta del huracán y, mediante un sistema de tubos, mezclarían las aguas frías profundas con las aguas cálidas superficiales con el fin de enfriar estas últimas. De momento, nadie ha podido con la furia de la Madre Naturaleza…
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