El papel de las ONG

El presupuesto para que las ONG desarrollen proyectos de largo recorrido en países en desarrollo ha caído un 64,5% (de 450 a 160 millones de euros para los años 2014-2017). En los años previos a la crisis económica asistimos al nacimiento y la consolidación de organizaciones no gubernamentales de toda índole, con los objetivos más diversos, la inmensa mayoría relacionadas con la atención asistencial a colectivos marginados o en riesgo de exclusión social, ubicados dentro y fuera de nuestro país. Aunque existen diferentes visiones de cuál debe ser la implicación de estas organizaciones; parece que el papel más adecuado sería constituirse en un recurso colectivo ágil para la articulación y la participación comunitarias, detectando los problemas sociales, reivindicando su resolución con recursos eficaces; desde la elaboración de leyes, pasando por la agilización de los procedimientos de intervención hasta la dotación de servicios públicos suficientes. Sin embargo muchas de estas organizaciones, tergiversando sus cometidos han corrido solicitas a cubrir las necesidades sociales detectadas, pasando a realizar directamente cometidos que deberían ser, en la mayoría de los casos una función administrativa. Necesitan financiación, la obtienen de las formas más diversas, poco a poco han aumentando su capacidad de influencia, y la de sus poderosos donantes, para movilizar determinados recursos públicos, y hacerlo de una manera muy concreta, contribuyendo a privatizar el Estado de bienestar, alegando, sin ninguna prueba, que su gestión es más eficiente que el servicio público al que sustituyen. De ahí que sea importante reclamar para estas organizaciones criterios reales de transparencia, democracia y representatividad, así como su carácter no lucrativo.— Luis Fernando Crespo Zorita.