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Cuidado con la chica del ascensor

Ricardo de Querol

"Piensa que entras en un ascensor y hay una chica con ganas de buscartelas vueltas, se mete contigo, se arranca el sujetador o la falda y sale dando gritos diciendo que le has intentado agredir. Ojo con ese tema". Lo ha dicho Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid,después del caso deuna supuesta violación en grupo en Málaga, que había generado gran alarma social pero que fue archivada por la justicia. Un caso concreto,muy confuso, que algunos tratan de convertir en argumento definitivo.

Vuelve así al primer planoun razonamiento perversosegún la cual el problema no son las violaciones, sino las falsas denuncias de violación. O, no sé si peor, que pasa lo que pasa porqueellas van provocando, como decía esa vieja sentencia sobre la minifalda. Es un discurso similar al que sostienen otros sobre la violencia en la pareja: que las asesinadas y maltratadas no son tantas pero se denuncia por denunciar. Que todo eso de la violencia machista es una mentira. Ojalá lo fuera.

El de Valladolides un alcaldedeslenguado, incontinente, amigo de la broma y la exageración. Campechano lo llamará alguno. Es el mismo, sí, que se declaraba excitado al pensar en los "morritos" de la entonces ministra de Sanidad Leire Pajín; el mismo que cantó coplillasllamando mentirosa ala entonces rival por la alcaldía, la socialista Soraya Rodríguez, de la que también dijo una grosería mayor:"Me han acusado de todo menos de violar a la candidata, pero se comprende". El mismo que dijo que se negaría a celebrar bodas entre homosexuales; el mismo que comparó las denuncias por incumplir la prohibición de fumar con el nazismo; el que prometía limpiar la ciudad de "piojos, pulgas y putas"; el que atacó a Javier Bardem y Penélope Cruz por tener a su hijo"en un hospital judío". Un político singular, digámoslo así. "El Berlusconi de Pucela", lo bautizó gráficamente la periodista de esta casa Natalia Junquera.

La frase de las violaciones y el ascensor no es un comentario irreflexivo hecho en un bar, sino una declaración pública pronunciada en Onda Cero. Y no habla un iletrado: De la Riva esmédico ginecólogo, regidor de la ciudad desde 1995 con cinco mayorías absolutas para el PP, antes consejero en la Junta de Aznar y de Lucas, también vicepresidente de Caja Duero. Otro dato: está imputadoy pendiente de juiciopor desobediencia tras un escándalo urbanístico. Uno más: el PP regional parece dispuesto apresentarlo a la reelección, porquesegún elportavoz de la Junta es el "mejor alcalde que ha tenido Valladolid en cien años". Imputado o sin imputar.

El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva (EFE)

AMiguel Arias Cañete, un comentario sexista (el de que no podía abusar de su "superioridad intelectual" ante Elena Valenciano en el debate porque parecería machista) le complicó la campaña de las europeas y ahora obstruyesu carrera para ser comisario en Bruselas.A León de la Riva la reiteración de mensajes de ese tono no le ha afectado, hasta el momento,a su carrera política (aunque este viernes tuvo que salir rectificando, con ese el manido argumento del "fuera de contexto" y prometiendo "contención verbal"). Aún así habrá sectores en los que le haga popular ese desparpajo con que opina. Tampoco ha estado mucho mejor el alcalde de Toledo, el socialista Emiliano García-Page, diciendo sobre Dolores de Cospedal: "Los que dirigen algún partido no saben hacer nada sin la chacha. Dudo mucho que sepa pasar la aspiradora". Otro político patinó hace un año con la violencia contra la mujer: fue el diputado de UPyD Toni Cantó, que dio credibilidad en Twitter a bulos sobre las denuncias falsas que le había pasado una asociación. No resistió un análisis al detalle:no dio un dato cierto. El disparate le perseguirá mucho tiempo, quizás toda su carrera.

Quien trate de hacer creer que la violencia sexual (abusosy violaciones) o la de género (en la pareja o tras romperse la pareja) es un fenómeno residual,que se han exagerado, no va a encontrar cifras que lo corroboren. Resulta que las dos formas de violencia contra la mujer repuntaron el pasado año, cuando la criminalidad en general desciende. En 2013 hubo 1.298 "agresiones sexuales con penetración", según las clasifica del Ministerio del Interior, un 1,4% más que el año anterior. Las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas fueron 54, dos más que un año antes. Nada menos que 54.000 mujeres denunciaron malos tratos o amenazas de sus mal llamados compañeros, según el balance oficial. No son las peores cifras que se hayan registrado, pero truncan una tendencia a la baja de los años anteriores. Datos escalofriantes en todo caso.

Recorre el mundo una ola de indignación por los abusos sexuales a mayores y menores, las violaciones, el acoso de mayor o menor intensidad en la calle. El caso de una joven asesinada en India nos hizo entender las dimensiones del problema en ese país. Contó Jon Sistiaga en la SER que para muchos jóvenes indios, que no pueden aspirar aacercarse a mujeres de su entorno, violar a las vecinas de otro pueblo, y de las castas más bajas, es una manera muy normal de practicar el sexo. Que él creía que se lo decían de broma pero no, que lo ven con naturalidad. En Occidente también ha aumentado la sensibilidad ante la violencia sexual:se están creando redes de mujeres agredidas, campañas para que denuncien, para que se protejan.Una nueva mentalidad en las jóvenes, menos dispuestas a aceptar lo inaceptable,se percibe en movimientos globales como el que se vino en llamar Slut Walk (lo han traducido como "marcha de las fulanas"), que defienden el derecho de una mujer a vestir tan provocativa como quiera sin que por ello la ataque nadie.El Ministerio español de Interior ha recibido críticas porlos consejos que hace a las mujeres en su página web: no haga auto-stop, no ponga su nombre en el buzón y, se la mencionaron a León de la Riva, "evite entrar en un ascensor con un extraño". Los escribieron hace diez años y se plantear revisarlos.

Volvamos a lo de Málaga. Ha sido un caso desdichado de principio a fin, que invita a la reflexión. La información inicial(la dio el concejal de Seguridad)parecía contundente: un asalto de madrugada a una chica por desconocidos, la policía que la encuentra llorando, la identificación de los agresores. Incluso se dijo que los detenidos habían admitido los hechos.En dos díasquedaron en libertad por sorpresa, lo que nadie entendía. El escándalo crecía cuando vimos a las familias aplaudir a los liberados, y más cuando estoshablaron en televisión. Solo después supimos que, según los indicios, no había caso.El vídeo que se grabó con un móvil y el testimonio de testigos echaron abajo el relato de la supuesta víctima, que se expone, ella sí, a una acusación de denuncia falsa. La juez y el fiscal concluyeron que lo que ocurriera tras una caseta de la feria entre los seis jóvenes fue consentido.

Zona del recinto ferial de Málaga donde se denunció la supuesta violación (Garcia-Santos)

Conviene recordar que, si todo es como parece, la justicia ha aclarado el asunto con rapidez. De domingo a martes. Pero aún así los acusados han sufrido un indiscutible perjuicio: sus rostros en las portadas y los telediarios,linchamiento virtual en Internet. No eludiremos la reflexión sobre lo que el bloguero Juan Soto Ivars llamó, en un interesante análisis,"una violación mediática más, una violación perpetrada por las redes sociales". "Pasase lo que pasase en Málaga e independientemente de cómo acabe el caso, no me gustaría nada estar en el pellejo de ellos, ni de ella, ni de sus familias. Qué ganas tiene la buena gente siempre de configurarse en horda", escribió en Facebook.

Una cosa es que saquemos lecciones de lo de Málaga (sobre la prudencia del informador, sobre la fiabilidad de las versiones policiales, sobre el usode imágenes de acusados y víctimas, sobrecómo evitar causar más daño, sobre cómo contenerla furia colectiva en las redes...) y otra muy distinta convertir un hecho insólito en lo habitual, y tratar de hacer creer que ahora el fenómeno son lasfalsas denuncias. Solo un día antes de lo de Málaga, cuatro jóvenes intentaban violar a una mujer, tenemos que decir que presuntamente, en el aparcamiento de una discoteca de Gandía, lo que evitó la policía, alertada por un testigo.En este caso el juez haenviado a prisión atres de los acusados y al otro, menor, a la fiscalía de menores.

Si quieren saber más sobre el alcance delos delitos sexuales en España harán bien en leer este reportaje a fondo de Jaime Prats: "Una violación cada ocho horas".Da que pensar. Por ejemplo:los expertos creen que cerca de la mitad de las violaciones no se denuncian, especialmente las que se dan en el ámbito del hogar y a menores. Un 2,9% de las catalanas declararon en una encuesta haber sido violadas alguna vez. También leerán ahí sobre las heridas duraderas que causa la violencia sexual, la dificultad de volver a tener una vida normal tras una experiencia tan dramática.

Aunque en el caso de Málaga tantos hayamos metido la pata, guiados por la información que daban las autoridades, la dimensión del problema no ha cambiado. Y es obligado afianzarnos en la idea de que todo contacto sexual no consentido (y el consentimiento tiene que durar hasta el final, y el consentimiento también tiene que darlo la pareja habitual, y la vestimenta no indica nada sobre el consentimiento) es una agresión, es un crimen, tiene que ser castigado.

No está la cosa para frivolizar con la chica del ascensor que supuestamente te seduce y se hace la agredida. Parece una fantasía erótica: en las películas abundanlas escenas tórridas en ese espacio que junta a vecinos y a compañeros. Pero la realidad es otra. La chica del ascensor no existe. Quien sí ha existido en España, por desgracia, es el violador del ascensor. Y, para colmo, él y muchos como él han quedado libres como beneficiados de rebote del fin de la doctrina Parot. No vaya a ser que la próxima mujer que sea violada, y me temo que eso ocurrirá en pocas horas, pase de víctima a sospechosa.

Comentarios

Libertad es entender las ideas de los demás, debatir las mismas y esponer otras, nunca los pensamientos son cien por cien ley, todo el que pienza que sus ideas son las verdaderas es un pco dictador.
Buenas."Conviene recordar que, si todo es como parece, la justicia ha aclarado el asunto con rapidez". Lo cierto es que si estos chicos no graban lo sucedido, estarían en un proceso judicial que seguramente acabaría en prisión. Gente inocente en la cárcel durante años.¿Le tiene que pasar a usted para comprenderlo?"...tratar de hacer creer que ahora el fenómeno son las falsas denuncias". No se está haciendo creer que el problema está en las denuncias falsas. Se está intentando hacer constancia que EXISTEN. El marco judicial actual en lo referente a los delitos sexuales no contempla la mentira de la denunciante (sí del denunciante) ni la presunción de inocencia. Es el mismo problema que han tenido ustedes, los periodistas: han dado veracidad absoluta a la declaración de una parte sin esperar a escuchar a la otra parte. En este artículo no se menciona una duda que se está haciendo mucha gente: ¿cuántos casos como este han acabado con hombres que (aún) están en la cárcel?Usted menciona cifras de violencia contra la mujer. Y yo le pregunto a usted: ¿y las cifras de la violencia contra el hombre? La chica de la falsa denuncia de Málaga,¿ha maltratado a esos chicos?¿Intentó vengarse porque la trataron como a una cualquiera?¿Ha estudiado cómo se utiliza la ley para hacer daño por personas que tienen riñas personales?Creo que lo sucedido plantea dos preguntas importantes:-Qué fiabilidad tienen los exámenes ginecológicos para determinar si ha habido violación.-¿POR QUÉ LA CHICA HIZO ESO? ¿Por qué presentó una denuncia falsa de violación a unos chicos con los que había tenido relaciones sexuales consentidas? Que nadie dañe a una mujer, pero tampoco a un hombre.
Buenísimo el artículo que suscribo al 99%. Enhorabuena. El 1% restante es la mención a la doctrina Parot con la que no puedo estar de acuerdo. Qué habría que hacer con los presos entonces? Matarlos? Ponerles grilletes? Cadena perpetua? Tener las cárceles entre las más pobladas de Europa no nos hace más seguros.
Estoy de acuerdo en que lo de Málaga es un caso excepcional. Y lo que lo convierte en tal es que los acusados tenían todo grabado en el teléfono. En caso contrario hubiese sido un caso más.
Completamente de acuerdo. Yo no solo tengo miedo en un ascensor sino en muchas otras situaciones aunque por suerte, sólo me ha ocurrido una vez en que una mujer se quedó con una pequeña cantidad de la emprea y cuando se la reclamé, me amenazó con denunciarme por acoso sexual. No lo hizo aunque, por si acaso, yo me presenté en la sede del Institut Català de la Dona advirtiendo de la amenaza. Por descontado, me explicaron que eso era imposible. Al final no pasó nada, la mujer se quedó la pasta y yo... acojonado por lo que nos puede pasar: si aquella mujer denuncia, yo duermo en la comisaría ese día y luego... ya se vería.
La respuesta de Ricardo de Querol que, en resumen, es "incidente aislado, hemos metido la pata pero hay muchas violaciones...." me parece, con todo respeto, absolutamente indigna. No es un caso desdichado, es una consecuencia de, por un lado, la legislación actual que otorga la presunción de veracidad a la mujer sin más y por otro lado, el estado de opinión fomentado histéricamente por el feminismo y sustentado por medios tan potentes como EL PAIS. Como mínimo, la conclusión debería ser EXISTEN DENUNCIAS FALSAS, las que sean, PERO EXISTEN. EXISTEN MUJERES QUE MIENTEN SIN NINGÚN EMPACHO y EXISTEN HOMBRES QUE SON DAÑADOS PORQUE HAY MUJERES MALVADAS Y LA LEGISLACION LAS AMPARA.
La mezquindad intelectural de personajes como el alcalde de Valladolid se reproducen con excesiva habitualidad en el sur de Europa, pero no es de extrañar dada la cultura profundamente machista, de superioridad a saber desde qué lesionados parámetros, que se maneja por estos predios.En cuanto al suceso malagueño, da la impresión, por la inconexión de los pocos datos que disponemos con carácter de cierto, que quedan varios capítulos, pero sin duda la peligrosa celeridad con que todos quieren llegar a la cima de la noticia antes que el resto hace cometer imprudencias que dejan en el camino demasiadas honorabilidades y son pasto para espectros como De La Riva.http://casaquerida.com/2014/08/21/disquisiciones-veraniegas-iii-estivales-v-petroleras/
Lo único que se consigue con comentarios así es que se pierda cada vez más el respeto a las mujeres y sus derechos, porque muchos piensan como este señor y frivolizan cuando una mujer es atacada o maltratada. Por desgracia, es cada vez más habitual un comentario de este calibre de parte de algunos políticos que, como está visto, viven muy alejados de la realidad social.http://goo.gl/G9z4hU
Hombre, lo que es absurdo es que la desproporción entre las violaciones reales y casos como el de Málaga es enorme y conviene hablar de estos temas con más seriedad y no pensar que lo de Málaga es lo definitivo y real.Pero es cierto que hay personas que se aprovechan de esta "discriminación positiva" porque saben que funciona.He sufrido dos casos en mis propias carnes, uno de una tarada que decía que un compañero (que la piropeaba constantemente) dijo que la estaba acosando y otro de una que decía que mi jefe y yo la acosabamos laboralmente; luego dijo que sólo mi jefe; luego se quedó en nada. El problema de estos casos es que en situaciones normales la mujer que se siente violentada, puede mostrar su malestar con un gesto, unas palabras...haciéndolo ver, vaya, pero a algunas se les va la olla.Como decía al principio, lo más importante es que la vulnerabilidad de la mujer es real, incluso sin contacto físico. Pero también es una realidad que al menos en este país y en general, se puede decir que es poco probable que ninguna sufra alguna vejación diferente de la que sufriría algún hombre.
Me sumen en la tristeza y la indignación, comprobar hasta qué puntointentan los razonamientos machistas, justificar sus asquerosas actuaciones.Pretender que, cinco hombres violan a una joven porque ella lo consiente, es algo que supera mi entendimiento.¿Estaremos retrocediendo, hasta situarnos al nivel de los países con ideologías fanáticas?.
El estudio de Kanin de 1994 determinó que el 41% de las violaciones denunciadas son falsas. Otros estudios establecen un rango de entre el 2 y el 8% de falsas denuncias. ¿Por qué esa diferencia? El estudio de Kanin se basa en las impresiones de los profesionales que tratan con las personas que denuncian y los otros estudios solo consideran como falsa la denuncia con pruebas suficientes que demuestren tal falsedad. Es decir, las cifras de entre el 2 y el 8% descartan la posibilidad de que la denuncia sea falsa pero sea imposible de demostrar. Si en el caso de Málaga no hubiese habido video y testigos, quizás también hubiese sido archivada la causa – lo dudo – pero jamás se habría podido demostrar la falsedad en la denuncia. ¿Se capta pues el matiz? Así pues, ¿cuál es la realidad? Pues quizás un buen compromiso sea un término medio entre las impresiones de los profesionales (para mí su intuición es bastante fiable) y las denuncias demostradas como falsas. Eso arrojaría entre un 20 y un 25% de denuncias falsas. Una de cada cinco denuncias. Así que parece lógico que entre los hombres exista un miedo real a las falsas denuncias dado que dichas cifras se ajustan a nuestras vivencias personales.
Estupendo y buen resumido artículo que incide en la vergonzosa sociedad machista en la que millones de mujeres tienen que vivir, algunas en situaciones peores que otras. Efectivamente el trato informativo de la violación en Málaga fue muy desafortunado pero también es desafortunada la rápida resolución del mismo. Las feministas queremos que las mujeres se sientan libres y felices de ocupar el espacio público, sin miedo a agresiones y queremos que alguna voz autorizada por fin deje claro lo absurdo de la teoría de las denuncias falsas.
¿Escenas de ascensores? Creo que había una en la película "acoso" en la que la chica del ascensor - Demi Moore - se parecía bastante a la que teme León de la Riva - Michael Douglas -. Y puesto que nos enlaza usted a la escena del ascensor de Atracción Fatal, no está de más recordar de qué tipo de mujer se trataba...
Lo que yo percibo es mucho miedo por parte del feminismo a aceptar la maldad femenina. O lo que es lo mismo, se resisten a aceptar que un hombre pueda ser víctima de una mujer, porque de esa manera se les desmonta todo el andamiaje que tienen montado para soportar su sexista visión del mundo.Por otra parte, es llamativa la resistencia del feminismo a no querer abordar con seriedad problemas minoritarios en número, por el hecho de ser minoritarios (y que casualmente afectan más a los hombres). ¿Cómo un movimiento que dice perseguir la igualdad entre hombres y mujeres deja sin cobertura casos que aun no siendo una epidemia, causan tanta destrucción en los hombres? La respuesta es sencilla: no les dan cobertura porque no persiguen la igualdad.La sociedad está enquistada en estos temas y lo va a seguir estando durante mucho tiempo porque se están aplicando "soluciones" que solamente sacian los intereses del lobby feminista. Lo bueno, es que la gente ya ha empezado a levantarse: http://womenagainstfeminism.tumblr.com.
Si yo fuera chica me daría miedo viajar en ascensor con este tipo....
No sé si a alguien se le ha pasado por la cabeza pensar un poco en este asunto. Si fuera así, si hubiera habido consentimiento, no deja de causarme indignación el que se vea normal que una cuadrilla de chavales se dediquen a beneficiarse de una chica que tiene toda la pinta de haber consentido completamente borracha. Hay personas que cuando se emborrachan entran como en un limbo y, cuando vuelven en sí, no se acuerdan de lo que han hecho. A mí me ha pasado. Hay hombres que se aprovechan de esa circunstancia para convencer a las mujeres de mantener relaciones. No sé si es violación pero se le parece mucho. Por otro lado no sé que pensaría un padre si su hijo hiciera algo así, tirarse a una chica junto con sus amigos, mientras otro graba lo ocurrido. ¿Estaría muy orgulloso de eso? ¿No es preocupante y horrible que chicos que actúan así sean vistos como víctimas de una acusación falsa? Una mujer puede emborracharse hasta la inconsciencia y puede tontear con hombres. Eso sí que no es delito. Si resulta que eres una imprudente por hacer eso habrá que cambiar unas cuantas cosas. Por ejemplo, que, dado que no podemos hacer las mismas cosas que ellos, andar por las mismas calles a determinadas horas -las mujeres saben a lo que me refiero-, emborracharnos y hacer lo que nos pete sin peligro de que algún capullo se aproveche de la situación deberíamos pagar menos impuestos, ¿no? Somos menos libres, nuestros derechos y libertades son inferiores... pues que paguen ellos.
#Orfeo# Buen aporte, aunque el gran hermano nocturno y su brazo censor, en la madrugá eliminó el comentario. Caramba, ahora resulta que Jon Sistiaga es toda una autoridad de "genero", sí, el del muerto al hoyo y el vivo al bollo. Sin embargo, Perez-Reverte ó Cantó son declarados antifeministas y sus carreras arrastraran toda la vida la lacra -en un estado donde existe la libertad de opinión- de apuntar al lugar politicamente incorrecto. Muy al contrario que la Sra. Valenciano "urbi et orbe." Ésta es la esencia del Lobbie, negar lo evidente. Como inferir que el pasado año el núm de victimas de violencia de genero llegó a 54, cuando en realidad fueron 48, sumaron al haber las 6 de ancianos desauciados que en ausencia de politicas de dependencia ... todo vale y suma subvenciones. Como las denuncias falsas que son una leyenda urbana a las que hay que combatir a toda costa y atacar sin tregua ante cualquier atisbo de visibilidad. Habida cuenta del exito recaudado después de Mujer (y gatos) en contra de ... hay que "abortar" cualquier corriente de opinión antes de que se asiente socialmente y desacredite "los derechos" positiva y discriminatoriamente alcanzados a la sombra del revanchismo y el odio. La peli "Acoso" del año 1994, osea, hace veinte añazos pone de manifiesto que cuando se prejuzga privando al varón de la presunción de inocencia, la otra parte -la delictiva- tiene el terreno ganado porque "ella lo vale." Quebrando una máxima del estado de derecho que nos hemos otorgado entre todos, a la sombra de la liberté, egalité et fraternité ... "es preferible que deambulen por las calles mil delincuentes a que exista encarcelado un inocente" y nos lo pasamos por el arc du triomphe. El hembrismo no comulga, como era de suponer.
Comentarios como el de #Soroteca71 muestran hasta qué punto son machistas tantísimas mujeres. Para ellas (como para los machistas), son siempre los hombres los que 'se benefician' a las mujeres. Las mujeres son siempre, para estas personas, sujetos pasivos sin capacidad de decisión. Y si alguna desea tener relaciones sexuales que se salgan de la norma lo consideran como algo contra natura (y así acaba considerándose ella). Pues no, sorpresa sorpresa, las mujeres también reciben parte de su 'beneficio'.Mantener relaciones sexuales con una persona que no tenga sus facultades mentales en orden (por ejemplo, en coma etílico), es susceptible de ser considerado violación. Tres personas (de las que la de mayor poder de decisión es una mujer) han visto el video y han decidido que no es una violación. Por tanto, haya bebido o no (y acababa de salir de trabajar) no estaba en una situación en la que no pudiese decidir. Que alguien necesite imaginarse a la chica borracha para que no se le rompan los esquemas acerca de 'cómo deben comportarse las mujeres' tiene un problema de machismo incrustado en lo más hondo.Dice #Soroteca71 que "¿No es preocupante y horrible que chicos que actúan así sean vistos como víctimas de una acusación falsa?" Con 'actuar así' se refiere a 'tirarse a una chica' (son sus palabras, no las mías) mientras otro graba con una cámara. Es decir, que si unos chicos mantienen sexo (hasta donde la justicia se ha pronunciado, consentido) con una chica (me niego a seguir usando el lenguaje machista que emplea #Soroteca71) grabándolo con una cámara pierden automáticament el derecho a no ser acusados en falso. Bueno, pues justo esa forma de pensar es la que me parece preocupante y horrible. Ni aun siendo ladrón, borracho, drogadicto, nazi, maltratador animal, (incluid aquí todas las cosas de ese tipo que se os ocurran) pierdes el derecho a que no se te acuse de violacion si no has violado a nadie.Se habla mucho de que el hombre moderno se encuentra inmerso en una crisis de identidad frente al cambio de roles. Es totalmente cierto (y positivo). Lo que se comenta menos es que las mujeres no se libran de lo mismo y, entre otras cosas, van a tener que lidiar con la paradoja de querer tener la libertad de ser 'igual de malas que los hombres' y querer a la vez mantener el derecho a ser consideradas eternamente como seres angelicales que merecen ser tratadas como princesas y cuya puritana virtud no se pueda poner en duda.Se dice también, con demasiada facilidad, que el hombre que en vez de condenar un maltrato o una violación intenta buscar causas que lo justifiquen es en el fondo un potencial maltratador/violador. Usando el mismo razonamiento (y así debe hacerse) qué diremos de la mujer que en vez de condenar una mujer que ha hecho una denuncia falsa intenta buscar razones que lo justifiquen?
Ricardo, muchas gracias por el aporte... Calma un poco la rabia saber que aún hay gente capaz de escribir de forma comprometida.
Me parecen vergonzosos en general la mayoría de los comentarios que he leído, dejan entrever sin duda la España machista y casposa en la que vivimos. Algunos parece que les alegre que la denuncia sea presuntamente falsa no por el hecho de que un ser humano no haya sido obligado a realizar algo sin su consentimiento sino porque asi les da la sensación de que tienen derecho por ello de descalificar todas las otras denuncias de violencia machista. Por mi parte condeno toalmente la mala utilización de la justicia (denuncias falsas) y creo que deben ser penalizadas, sin embargo no creo que la mala utilización de la justicia por parte de algun@s (porque si, los hombres también ponen denuncias falsas, que por loq ue veo a todo el mundo le parece algo que solo hacen las mujeres). Sin embargo eso no justifica los ciento sde denuncias desestimadas (que no falsas) o las miles de denuncias que no llegan a ponerse, que por mucho que a algunos parezca fastidiarles (no entiendo porqué, aunque supongo que tendrá que ver con la pérdida de ciertos privilegios sino con traumas y vivencias personales) en materia de violaciones y violencia de género EL PORCENTAJE DE DENUNCIAS FALSAS ES MÍNIMO.
A pesar de todo seguimos siendo personas, ya seamos hombres o mujeres, niñas o niños, jóvenes o ancianos tomando el sol en la playa tostándonos y estirados los unos y las otras panza arriba, y rebozados de aceite como sardinas en lata.O metidos en un ascensor solos o acompañados.La España de sal y pimienta, que reclama siempre y en cada instante un ejercicio de cordura.En los tiempos actuales.Ante una ley igual para todo el mundo, llevemos mallas o calzones de pana, chaleco o minifalda.Igual para todo el mundo la ley, y Dios en la de todos.Entendiendo que quien se mete con el prójimo atenta contra el derecho que nos ampara.Se sea hombre o mujer.
Ya estamos con la mentalidad sumarísima española de toda la vida. Señor de Querol. Aquí nadie pretende decir que la violación no sea un problema y las falsas denuncias no.Aquí lo que queda patente es que las falsas denuncias existen, que son como las meigas, en las que nadie cree, pero señor Querol, haberlas, haylas, y precisamente este suceso de Málaga es la prueba.Evidentemente que las violaciones son un problema, y evidentemente que son un problema gravísimo. Pero apuntar a otro problema no significa negar la existencia de ese.Las falsas denuncias existen, miles de personas sufren sus consecuencias, más de un inocente está en la calle y apenas ningún querulante ha pisado un sólo día un calabozo. Las consecuencias para quien las sufre son devastadoras, algunas, por cierto, coincidentes con las de las víctimas de violación.Ya basta de reaccionarismo estúpido. Las violaciones son graves y quienes las cometen son monstruos. Las falsas denuncias (aunque sean muy pocas comparativamente), también. Y el escarnio público contra quienquiera que sea después de haber sido absuelto por un tribunal, es una vergüenza que no muestra más que lo más medieval y totalitario de la mentalidad española.
Ya estamos con la mentalidad sumarísima española de toda la vida. Señor de Querol. Aquí nadie pretende decir que la violación no sea un problema y las falsas denuncias no.Aquí lo que queda patente es que las falsas denuncias existen, que son como las meigas, en las que nadie cree, pero señor Querol, haberlas, haylas, y precisamente este suceso de Málaga es la prueba.Evidentemente que las violaciones son un problema, y evidentemente que son un problema gravísimo. Pero apuntar a otro problema no significa negar la existencia de ese.Las falsas denuncias existen, miles de personas sufren sus consecuencias, más de un inocente está en la calle y apenas ningún querulante ha pisado un sólo día un calabozo. Las consecuencias para quien las sufre son devastadoras, algunas, por cierto, coincidentes con las de las víctimas de violación.Ya basta de reaccionarismo estúpido. Las violaciones son graves y quienes las cometen son monstruos. Las falsas denuncias (aunque sean muy pocas comparativamente), también. Y el escarnio público contra quienquiera que sea después de haber sido absuelto por un tribunal, es una vergüenza que no muestra más que lo más medieval y totalitario de la mentalidad española.
Al fin y al cabo se trata de encontrar la verdad en lo sucedido y no dar preferencia a nadie por ser hombre, mujer, de raza blanca o negra. Los prejuicios hay que dejarlos de lado y los ventajismos. Hay tanto casos de violencia de género como denuncias falsas, y hay violencia de género tanto a mujeres como a hombres, aunque las estadísticas no engañan y dejan claro que la violencia sobre mujeres suele ser mayor, por lo que hay que vigilar con mayor atención estos casos, pero sin dejar desprotegidos los derechos de los hombres, ya que todos tenemos unos derechos que deben ser cumplidos y libertades que deben ser respetadas

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

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