Quiero un país ético
España sufre una plaga enorme de sinvergüenzas, cuyo único motor es conseguir dinero sea como sea, aunque sea por medios no lícitos. Cuando se tiene una plaga se toman medidas drásticas para acabar con ella. En España parece que es diferente. Según los periódicos, existe corrupción, o al menos una falta de ética vergonzosa, en casi todas las instituciones. La idea es: primero me hago político y luego, aprovechando mi situación, me coloco privilegiadamente en alguna de las instituciones o empresas públicas o simplemente voy colocando a toda mi familia en puestos públicos de responsabilidad, sin tener en cuenta la meritocracia ni la dignidad más básica, o me hago amigo de tal político y consigo privilegios para conseguir concesiones públicas. Pienso que en un país con esta plaga, lo que se debe hacer es redactar leyes que luchen y no favorezcan la corrupción. En lugar de eso tenemos una España con el mayor número de aforados políticos de Europa; la fórmula electoral injusta D’Hont, que implica que una persona no tiene un voto. La lista es demasiado grande.
La ley tiene que equilibrar los desbocamientos de este país, que necesita inminentemente una fuerte modificación legal. Si no, la tendencia es que la corrupción se convierta en algo tan habitual que se acepte por costumbre, como algo inevitable, y muchos no queremos eso, sino un país ético que merezca la pena.— Luis Mariano Moreno Écija.
