George H. Bush celebra los 90 por todo lo alto
El expresidente estadounidense celebra su nueva década con un salto en paracaídas a casi dos kilómetros de altura
Hay quienes para celebrar una fecha tan señalada como un 90 cumpleaños tiran la casa por la ventana. Y los hay que prefieren tirarse ellos mismos. Como el expresidente de Estados Unidos George H. Bush, quien ha recuperado su tradición de saltar en paracaídas para celebrar su entrada en una nueva década.
Pese a desplazarse en silla de ruedas desde hace tiempo por una enfermedad, el decano de una de las principales familias políticas del país celebró esta semana su 90º aniversario lanzándose desde un helicóptero a casi dos kilómetros de altura.
Asistido por un miembro retirado del equipo de paracaidistas del Ejército norteamericano, Bush padre hizo una caída libre de varios segundos antes de que su compañero de salto desplegara un paracaídas tricolor -con los colores de la bandera estadounidense- para planear durante unos cinco minutos por la costa y bosques de Maine, donde el clan Bush tiene su residencia de verano en la pintoresca localidad de Kennebunkport.
De acuerdo con la prensa estadounidense, tanto su familia como sus médicos trataron hasta el último momento de hacerle cambiar de opinión, pero Bush insistió en mantener la promesa que se hizo a sí mismo en su 85 cumpleaños: repetir el salto un lustro más tarde.
“Es un día maravilloso en Maine, de hecho, lo suficientemente bueno como para un salto en paracaídas”, tuiteó el presidente número 41 de Estados Unidos antes de lanzarse al vacío.
El aterrizaje fue un tanto abrupto -cayó de bruces y el sargento retirado Mike Elliott, que lo acompañó en el salto, quedó sobre él- y el expresidente tuvo que ser asistido para recuperar la compostura. Pese a ello, testigos de su nueva gesta aseguraron a la prensa que Bush padre estaba exultante cuando se retiró del predio, acompañado de su esposa Barbara y de su hijo y también expresidente George W. Bush.
“Es lo que quería para su 90 cumpleaños y es lo que tuvo”, resumió tras el salto Elliott, quien también lo asistió en su último lanzamiento en paracaídas, hace cinco años.
Se trata del octavo salto en paracaídas del expresidente, quien durante su estancia en la Casa Blanca (1989-93) se mantuvo en forma practicando el tenis, el jogging y el golf, un deporte que parecen favorecer muchos presidentes estadounidenses.
Aunque su primer salto en paracaídas no fue placentero -tuvo que lanzarse cuando el avión en el que servía durante la Segunda Guerra Mundial fue atacado en el Pacífico en 1944- desde su 75 cumpleaños Bush padre ha hecho de este deporte extremo su manera particular de celebrar la entrada en un nuevo lustro, una tradición que, quién sabe, podría atreverse a repetir si llega a otra edad redonda.
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