El lince ibérico
El asfalto de ciertas vías que atraviesan los santuarios del lince ibérico así como el tráfico rodado que atrae, unido —cómo no— a la desidia de ciertas Administraciones en tomar medidas correctoras, se están convirtiendo en los mejores aliados para la extinción del noble felino.
Desgraciadamente, el más amenazado de los gatos salvajes encuentra en la cuneta de ciertas vías ibéricas su triste final. La colisión con vehículos se ha convertido en la principal causa de mortalidad de la especie.
Revertir este proceso requiere simplemente de voluntad política. Es necesario, guste o no, prohibir o limitar la circulación por ciertas áreas o instalar sistemas efectivos para evitar tan nefastas colisiones. El problema es que el tiempo apremia para el futuro de nuestro lince.— Martí Gassiot.
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