La corrupción que no cesa

Leo en EL PAÍS del día 16 que se investiga otro caso de posible fraude millonario en Andalucía. Ahora, en los fondos destinados a formación para desempleados. Y parece que hay un buen número de implicados.

Pero, ¿hasta dónde va a llegar la basura? Uno pierde la cuenta, desde los trajes de la Comunidad Valenciana, pasando por los múltiples “asuntillos” judiciales de Carlos Fabra, siguiendo por la trama Gürtel con la posible financiación ilegal del Partido Popular, los millones de Bárcenas en Suiza, los ERE de Andalucía, las “hazañas” de los diseñadores de las preferentes y tantas otras cosas que se van quedando atrás, casi en el olvido. De tal forma, que ya no queda espacio para la indignación, porque, inevitablemente, se acuerda uno de los recortes indecentes, de los repagos en sanidad, de la pobreza infantil, de los que no pueden pagar el recibo de la luz, de las reducciones de plantilla en la Sanidad y en la Educación, siempre con la excusa de que “no hay dinero” y de la “herencia recibida”.

Aunque la capacidad de asombro pueda no tener límites, la paciencia se agota, la indignación crece y la sensación de que estamos en un país corrupto se hace, día a día, más agobiante. ¿Nadie se da cuenta de que hay que hacer algo, de que este país necesita, urgentemente, un proceso de regeneración? ¿No ven que hay que actuar inmediatamente contra este estado de cosas? O este país acaba con la corrupción, o la corrupción acaba con este país.— Ángel Villegas Bravo.