_
_
_
_
_

Siete estilismos que ningún festival se merece (incluido el de Coachella)

Del 'look' De Niro de Di Caprio a las mechas californianas de Jared Leto. Los disfraces masculinos más inexplicables para ver un concierto

Carmen Mañana
Jared Leto en Coachella.
Jared Leto en Coachella.CORDON PRESS

Diademas de flores, shorts-braga y chaletos de flecos. El uniforme del Coachella en su versión femenina es de sobra conocido. Pero, ¿qué pasa con los hombres? La primera semana del festival californiano nos ha dejado un buen catálago de estilismos totalmente inexplicables por lo poco pragmáticos o surrealistas.

Porque puede que Coachella se haya convertido en una especie de parque temático en el que todo aquel famoso que quiera hacerse pasar por moderno debe dejarse ver y fotografiar, pero aunque su razón de ser haya mutado, aún nadie se ha atrevido a decir que está allí por un motivo distinto a la música.

Así que asumamos que la función que la ropa debe cumplir es cubrir el cuerpo del hombre durante 12 horas de conciertos, en mitad del desierto, a más de 35 grados de temperatura. Y sobre esa base, analicemos estos estilismos:

1. El profesional. Jared Leto ya lo demostró en los Oscar. Está por encima de la media en cuestión de autopercepción y estilismo. Pero parece que ha salido corriendo de una sesión de fotos de Vogue Italia para llegar a tiempo el Coachella. Todo resulta tan medidamente cool y provocador que termina siendo artificial. La camisa de cuadros, los pantalones de cebra equilibrados con las clásicas Vans y, por supuesto, ese pelo siempre perfecto. La onda con la curva exacta, el matiz de rubio adecuado. Una obra de ingeniería capilar. Llámenlo sobreproducción o envidia insana.

Jared Letto.
Jared Letto.CORDON PRESS

2. El überheterosexual. Alexander Skarsgard encarna a ese modelo de festivalero que está en peligro de extinción en estos tiempos de postureo tuiteado. Unos vaqueros, una camiseta normal (ni cuello de pico, ni tirantes, ni retro, ni agujereada, ni nada) y unas gafas de sol. No se puede ser más básico ni menos generoso. Porque, con los abdominales que gasta el vampiro de True Blood, no quitarse la camiseta a casi 40 grados no es decoro sino mala fe.

Alexander Skarsgard.
Alexander Skarsgard.CORDON PRESS

3. El guiri fuera del agua. No le han dado el Oscar y no le van dar el premio al mejor vestido en Coachella. Leonardo Di Caprio se presentó en el festival haciendo gala de un estilismo que lleva cultivando desde hace años y en el que se mezclan varios referentes claros: el turista estadounidense que habita en la Sagrada Familia, Tony Soprano y Robert De Niro jugando al golf. Una estética tan imposible como su bailecitos en pleno concierto de MGMT. Sabemos que sabe hacerlo mejor. El lobo de Wall Street es una buena muestra de no sufre una parálisis en la cadera y de que un polo, bien elegido y ochentoso, no tiene por qué sentarle mal.

4. El fan fatal. La chica rubia de la foto es Frances Bean, hija de Courtney Love y Kurt Cobain. El hombre que va de su mano, no es el fantasma de su difunto padre, sino su novio, Isaiah Silva, líder de Rambles. Freud tendría seguro mucho que decir sobre esta pareja. Pero dejando de lado el complejo de Electra, Silva debería recordar que ya ha pasado carnaval, que disfrazarse de su suegro resulta de mal gusto y que los pitillos de estampado étnico los carga el diablo.

Isaiah Silva.
Isaiah Silva.CORDON PRESS

5. Coachella Shore. Es comprensible que Kellan Lutz quiera sacarle el máximo partido a sus jornadas maratonianas en el gimnasio. Nadie hace 1.200 abdominales al día para luego cubrirse con un burka, pero el actor parece un streaper de despedida de soltera o, en el mejor de los casos, un tronista de Mujeres, hombres y viceversa. Un festival no es un reallity... de momento.

Kellan Lutz.
Kellan Lutz.CORDON PRESS

6. Justin Bieber. Él es una categoría en si mismo. Apareció por sorpresa en el Coachella y lo hizo de esta guisa: pantalones de chandal pesqueros, camiseta XXL, cadena y gorrito a lo Woody Allen. Un atuendo que parece gritar ¡Todo me da igual! El problema es que lo hace tan fuerte que termina transmitiendo el mensaje contrario. A saber: "¡Estoy desesperado por parecer cualquier cosa que no sea Justin Bieber!". Nótese también el pañuelo al cuello tipo atracador de diligencias, un clásico ya de esta edición del Coachella. Daños colaterales de hacer una macrofiesta en mitad de un terreno arenoso, como bien saben los rocieros.

Justin Bieber.
Justin Bieber.CORDON PRESS

7. Los posmodernos. ¿Qué hacer si en el evento supuestamente más cool de la temporada hace acto de presencia la categoría anterior (Justin Bieber)? Pues lo lógico sería llevarse las manos a la cabeza; pero lo irónico es abrazarlo, reivindicarlo y procamar que es lo mejor que podía pasarle al festival. Un concierto de Bieber en el Palacio de los deportes de Madrid apesta, en el Coachella, mola. Y si además de hacerte una camiseta con la cara de este individuo te pones un bigote de mentira (aunque debajo tengas un mostacho cual Wyatt Earp) la caricatura hipsters está completa.

CORDON PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_