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Si el papa u Obama bendicen la ‘peli’... triunfo asegurado

Las producciones de Hollywood buscan la promoción de los más grandes líderes

George Clooney, a las afueras de la Casa Blanca tras una reunión con Barack Obama.
George Clooney, a las afueras de la Casa Blanca tras una reunión con Barack Obama.Kevin Lamarque (REUTERS)

Con un potencial de 12 millones de seguidores en Twitter, el papa Francisco se ha convertido en la última arma de márketing de Hollywood. Y su bendición es palabra de Dios. Así lo han dejado claro Russell Crowe y el equipo que ha hecho posible Noé, la superproducción que dirige Darren Aronofsky inspirada en la figura del personaje bíblico y el diluvio universal. Una película con un presupuesto de 115 millones de euros que lleva meses buscando el apoyo del Sumo Pontífice. Es el último ejemplo, pero no el primero. En febrero, en plena campaña de los Oscar, Philomena Lee, la verdadera madre soltera en la que está basada la película Philomena fue recibida por el Papa. Años atrás, su predecesor en el cargo, Juan Pablo II, se pronunció sobre la crucifixión mostrada en La Pasión de Cristo, cinta que todavía está entre las más taquilleras de la historia del cine. “Así es cómo fue”, dijo el prelado.

Pero Francisco es parte de la maquinaria de Hollywood a la fuerza. Su portavoz lo aclaró en el caso de Philomena. “El Santo Padre no ve películas”, explicó Federico Lombardi. Luego advirtió que es importante “evitar usar al Papa como parte de una campaña de márketing”. La advertencia cayó en saco roto. La foto de Steve Coogan con la verdadera Philomena sirvió de reclamo publicitario durante la campaña del Oscar aunque el Papa nunca vio la cinta. De hecho, la denominada “audiencia privada” no fue más que una orquestada foto durante la audiencia general que se celebra todas las semanas en la Plaza de San Pedro.

El equipo de Noé también participó el pasado miércoles en una de estas audiencias multitudinarias, abiertas a miles de fieles. Si bien Crowe y Aronofsky siguieron las palabras del Pontífice desde la zona VIP, a juzgar por las instantáneas que colgó el actor en Twitter no parece que en esta ocasión la bendición viniera acompañada de un encuentro más personal con el Pontífice. “No podía perder la oportunidad de oírle en persona en su primer aniversario como Papa”, comentó el realizador judío. Tanto Crowe como Aronofsky se cuentan entre los 3,7 millones de seguidores de la cuenta en inglés del Papa (@Pontifex) en esta red social, donde también siguen al Pontífice otros nombres famosos como Patti Smith, Ron Pearlman o Diablo Cody.

Russell Crowe, durante la audiencia papal en el Vaticano.
Russell Crowe, durante la audiencia papal en el Vaticano.Franco Origlia (Getty Images)

El Papa no es el único crossover de Hollywood cuando se trata de buscar una alta jerarquía que dé el marchamo de calidad a una producción. El presidente estadounidense Barack Obama también se siente utilizado por los estudios. Tanto, que ha empezado a limitar las proyecciones oficiales que se celebran en la Casa Blanca. “Si analizas las películas que proyectan allí, es obvio que estrenar en la Casa Blanca se pone a subasta”, comentó a la prensa un ejecutivo tan airado como anónimo cuando su filme, 12 años de esclavitud, no contó con el espaldarazo oficial de Obama. Su ataque hacía referencia a proyecciones como la de Lincoln durante la campaña del Oscar en 2012, la de Mandela este año por las mismas fechas o, más recientemente Monuments Men. La primera, dirigida por Spielberg; la segunda, producida por Harvey Weinstein y la tercera, protagonizada y realizada por George Clooney, tres de los principales apoyos económicos de Obama en Hollywood.

Hasta el momento se desconoce cualquier posible donación económica por parte de Crowe o Aronofsky al Vaticano más allá de haber dado la brasa en las redes sociales para que el Papa vea Noé. “Querido Santo Padre. ¿Una proyección? El mensaje de la película es poderoso, fascinante y evocador”, fue uno de los insistentes mensajes lanzados por Crowe al Pontífice desde Twitter. Su deseo, conseguir un taquillazo como los cerca de 443 millones de euros que amasó La Pasión de Cristo. De momento, más allá de participar en una audiencia pública, la estrella neozelandesa no ha conseguido nada. Para empezar, ni Aronofsky, Crowe ni el resto de los ejecutivos de Hollywood parecen darse por aludidos sobre los gustos papales a la hora de ver cine. Francisco prefiere el neorrealismo italiano, es amante de los filmes de Fellini o Rosellini, autores muy por encima de todo lo que Hollywood ofrece hoy, según opinó él mismo en su primera entrevista como Papa.

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