Sobre la FP básica

El artículo “La ‘ley Wert’ deja un año en el limbo a los alumnos de FP básica”, que publicó su periódico el día 6, se basa sobre todo en hipótesis que no responden a la realidad. No se ha elaborado aún el Decreto que desarrollará los artículos de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) sobre evaluaciones. Será en ese Decreto donde se aborden todas las cuestiones que precisen desarrollo, y de forma señalada las que tienen que ver con la transición entre los dos sistemas.

Pero lo más importante es que la Formación Profesional Básica (FPB) no es, como dicen ustedes, “una nueva enseñanza dirigida a los estudiantes con más dificultades para terminar la educación obligatoria, que hasta ahora cursaban los llamados Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI)”. A diferencia de los PCPI, que no otorgaban un título, la FPB es una titulación en sí misma que tiene un camino natural de progresión: los ciclos formativos de grado medio. Y esa es la vía lógica que esperamos que sigan aquellos alumnos de la FPB que quieran continuar su itinerario formativo. A estos ciclos formativos se accede a través de la titulación en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) o de la titulación en FPB. Lo que se plantea como una dificultad, sea para la inserción profesional de los alumnos de la FPB, sea para la continuación de sus itinerarios formativos, es en realidad un falso dilema.

Para quienes no deseen seguir sus estudios, lo importante es que el título de FPB —a diferencia de los PCPI— sí posee valor académico (es decir, es una titulación) y valor ocupacional (es decir, otorga una cualificación de nivel 1 del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales). Por ello no tiene mucho sentido pensar que para estos estudiantes —sigan o no sigan estudiando— un eventual vacío temporal entre la finalización de la FPB y la evaluación final de la ESO tenga un impacto real y negativo.— José Grau. Director de Comunicación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte