Causas objetivas de despido
En estos tiempos en que resulta tan fácil despedir a los trabajadores, algunas declaraciones de esa clase política que pagamos entre todos deberían tener consecuencias laborales fulminantes. Viene al caso por el nauseabundo aluvión de perlas con el que se nos ha torpedeado en relación con el tema de los inmigrantes muertos en Melilla. Miseria ética, falsedad y soberbia ante quien pide cuentas son moneda corriente entre unos servidores del Estado que abren la boca “sin complejos”, como tanto les gusta repetir a algunos de nuestros dirigentes.
También viene al caso por ese secretario de Estado que considera una “desmesura” que se investigue una operación en la que presuntamente se habría defraudado a Hacienda, pero a la vez reconoce que “negar que (ese hecho) es moneda corriente en el tráfico jurídico del fútbol actual es faltar a la verdad”. Si tiene conocimiento de que se defrauda a las arcas públicas, ¿por qué no contribuye desde su cargo a perseguirlo de oficio?— José Luis Martín de la Torre.
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