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LA PARADOJA Y EL ESTILO
Columna
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Contratos simulados

Neymar encandila con la bola, observando junto a su maletín cómo Rosell lo abandona todo, y Justin Bieber inicia su vida adulta con una foto en comisaria

Boris Izaguirre
Neymar, a su llegada al Futbol Club Barcelona el pasado mes de junio.
Neymar, a su llegada al Futbol Club Barcelona el pasado mes de junio.Reuters

Pese a la dimisión de Sandro Rosell de la presidencia del Fútbol Club Barcelona, lo que más llama la atención del ‘momento Neymar’ es esa foto del día de la incorporación al club del astro brasileño. El chaval posó ante los fotógrafos aferrado a un maletín. Entonces, la imagen nos pareció simpática, como si el chico estuviera todavía en ese limbo de quienes dejan su país de origen por una Barcelona llena de ilusiones, expectativas y balones de oro. Hoy, sospechamos que en el maletín había más que sueños.

El 'caso Neymar' es como un referéndum o consulta, sobre el negocio del fútbol y la gestión de Sandro Rosell, que con su dimisión nos deja fuera de juego, pero con más de una pregunta sin responder. Con, o sin esa dimisión, se ha descubierto la punta del iceberg de la contratación que está a punto de oradar el casco de varios Titanics en ese océano llamado primera división. En una prolongada crisis se hace más inquietante ver cómo se mueven cargamentos de dinero en torno al fútbol y sus protagonistas. Puede que nos llevemos las manos a la cabeza sin disimulo pero al final a estos futbolistas, los presidentes de los clubes y los ingenieros de sus contratos, se les perdona todo en el momento que empiecen a marcar goles. O sea que los 57 ó 94 millones que pueda haber costado el futbolista prodigio, se justifican si a lo largo del año gritamos todos ¡gol! otras 57 ó 95 veces delante de la pantalla del televisor. El negocio del fútbol es así.

El juez Ruz ha llamado a esta ingeniería contractual, “contratos simulados”. ¿En el fondo, que son los contratos? Simulan un compromiso, un cierto respeto a los valores de toda sociedad civilizada, que pretenden dar sensación de tranquilidad. Cuando vemos a Neymar jugar asumimos que el chico no tiene mucha idea de todo lo que han construido, o destruido, con disimulo, esas misteriosas personas que forman parte de lo que llamamos “entorno”. Sino que se lo pregunten al señor Del Nido que ha conseguido que casi todos los otros presidentes de clubes firmen un documento solicitando su indulto, una vez más, por motivos humanitarios. Rosell quizás pecó de soberbia histórica al no contemplar que podía recurrir a la solidaridad que habita en la familia de los presidentes. Saben reaccionar como clan mucho mejor que los toreros, por ejemplo, que no han echado un capote a Ortega Cano en su faena por esquivar la cárcel.

Mientras Neymar bailotea y encandila con la bola, observando junto a su maletín como Rosell lo abandona todo, Justin Bieber, que es tan solo dos años menor, inicia su vida adulta con una foto en comisaria. Bieber debe ser casi tan millonario como Neymar pero sus problemas ante la ley son más clásicos de los jóvenes que lo tienen todo: conducir en estado ebriedad y emulando una célebre competición de autos de Rebelde sin causa, el mítico film sobre la juventud descarrilada. Fiel a su espíritu pop, Bieber sonríe, se jacta de su foto de archivo policial, como si también homenajeara a Holly Golightly, la locuaz heroína de Desayuno con Diamantes cuando se enfrenta a los flashes de la ley y el escándalo, dando pie a la era de la celebridad. Paga la fianza y se sube al techo de su monovolumen, marcando su particular gol a Miley Cyrus. No estamos ante la caída de un ídolo, en realidad estamos ante su primera reconstrucción.

Pero el héroe de la semana es ese ciudadano autodidacta de 60 años detenido en Toledo por ser el mayor falsificador de España y uno de los diez mas cualificados de Europa. La justicia no quiere revelarnos su nombre aunque si el tamaño de su obra. Se trata de un artista que albergaba en su chalet artilugios para fabricar papel moneda de gran calidad, casi absoluta verosimilitud. Un hombre de otro tiempo, un creador que fabrica dinero, fortuna y alegría y no solo lo mueve como presuntamente hacen tantos otros manazas. Entonces, ¿porqué su dinero no es bueno? ¿Es que una copia no tiene valor? Más que hacerle compartir cárcel con estos cínicos ingenieros financieros, la justicia debería crear un entorno pedagógico para que este maestro falsificador propague su magisterio y así aumentar la liquidez que tanta falta hace. Él y su esposa son el tipo de pillo que siempre gusta, que nos hace recordar que la justicia y la delincuencia son un magnifico juego de simulaciones.

En ese juego, a la infanta Cristina “le va a ir todo muy bien” según ha confirmado como una pitonisa el Presidente Rajoy durante una entrevista en Antena 3 que no tuvo la audiencia esperada pero la desesperó al no concretar nada. Tanto control sobre las entrevistas las vuelven aburridas. La acción estaba en otra parte, en Fitur, la feria de turismo que este año se ha convertido en el lugar donde todos quieren ver y estar. Unos acuden a vender mujeres en mallas ajustadas. Otros, como el ministro de Interior, Fernández Díaz, para promover la idea y obra de Santa Teresa de Jesús en su 500 aniversario, un gancho turístico como cualquier otro. Tiene algo de razón, uno de los credos mas famosos de Santa Teresa es “la paciencia todo lo alcanza”. Lo que todos necesitamos, cuanto menos, simular un año más.

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