La filosofía enferma, pero no muerta
Juan Cruz hace un buen titular en las páginas dedicadas a la filosofía el día 1 de enero. Concluye de manera similar al comienzo: “Pobre filosofía, camino de ser una maría más”. Luego, con sobriedad, se limita a dejar hablar a los interesados en la materia desde la universidad o los institutos.
El mazazo a la Historia de la Filosofía por parte de la LOMCE es preocupante, y más si se considera que es la asignatura fundamental, puesto que lo que sea la filosofía solo puede conocerse por su historia escrita. También lo es que la filosofía se encuentra situada en primer curso de Bachillerato entre las materias troncales. Además, cuenta con un currículo importante y hasta demasiado potente, que para su desarrollo en el aula requiere tiempo, sin que basten dos horas semanales. Si se puede esperar —todavía— alguna coherencia por parte del ministerio, tendrá que asignar espacios de tiempo adecuados para la exposición del programa en clase.
Una asignatura maría es algo secundario. Y no es esto una troncal, que pide leer textos de pensadores destacados, argumentar, expresar por escrito la evolución de las aportaciones del pensamiento filosófico fijando autores como Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Heidegger, Ortega, Russell, Wittgenstein, Marx y Nietzsche en el primer tema. Los responsables de libros para el aula ya se encargarán de potenciar todo esto, igual que el profesorado en sus clases, siempre que le dejen tiempo. Sigue, pues, viva la filosofía por más que muchos deseen liquidarla. El asunto es muy serio para hacer retórica sobre él. Gracias a Juan Cruz por apoyar a la filosofía.— Julián Arroyo Pomeda. Catedrático de Filosofía de instituto.
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