Voluntariado: una escuela de ciudadanos globales
Esta entrada ha sido escrita por David Alonso (@davidalonso2010), responsable de voluntariado en la Fundación Entreculturas.
Foto: Entreculturas.
“Para conocer lo que ocurre, para entender su realidad, hay que vivir con ellos, y si se puede como ellos. Antes lo sabía pero es que ahora lo he vivido, lo comprendo de otra manera”. Isabel estuvo dos años en Santa Cruz de la Sierra y no se le olvida de lo que le pasó a una compañera boliviana cuando tuvo un dengue hemorrágico, aquello le hizo “comprender de otra manera” el desigual acceso a la salud y el coste que supone para la gente humilde un análisis o la transfusión de sangre. Hoy en Extremadura está comprometida con los que quedan fuera del acceso sanitario en nuestro país.
En los debates actuales de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en el marco Post 2015 señalan al voluntariado internacional como una vía idónea para conjugar la construcción de capacidades locales de las poblaciones del Sur, la consolidación del capital social y la participación activa en un desarrollo más inclusivo. No es la única desde luego, pero es una expresión conocida y reconocida, empleada por muchas cooperaciones de nuestro entorno. En el objetivo 8 de los ODM se aludía a la participación de la sociedad civil en el desarrollo, pero las encuestas reflejan que estamos cada vez más distantes de las situaciones de injusticia global y preocupados por nuestro propio bienestar. Necesitamos acercarnos, poner rostros y vidas que nos ayuden a comprender las causas de la exclusión.
Representantes de más de 30 organizaciones de voluntariado de todo el mundo que integran FORUM firmaron en octubre la Declaración de París, donde se insta a los diferentes agentes de la cooperación (agencias, organizaciones) a integrar al voluntariado como piedra angular en las políticas y estrategias de desarrollo inclusivo.
Este es uno de los principales aportes del voluntariado internacional: las personas son los mejores agentes de cambio. Hay una potencialidad que se expresa en la relación de compromiso única que se da persona a persona, comunidad a comunidad. Esta versión de Desarrollo P2P –People to People- persona a persona, constituye una alternativa frente al modelo basado en la transferencia de ayuda y conocimiento técnico del Norte al Sur. El lugar del voluntariado internacional es el de la inserción en la realidad excluida. Ahí es donde surge el encuentro que permite contribuir de manera integral -con sus actitudes, conocimientos, habilidades y su propio testimonio de vida- al cambio social.
Esta cooperación humanizada es la que hemos querido presentar en “Actitud VOLPA”, un vídeo que muestra el voluntariado internacional como aporte en la cooperación al desarrollo y cauce en la construcción de una ciudadanía global.
- Más allá del tópico de que “se recibe más de lo que se da”, las organizaciones del Sur valoran muy positivamente el aporte técnico que realizan las personas voluntarias, y fundamentalmente el testimonio que representan
- Frente al estereotipo de personas jóvenes desempleadas, el 91% de ellas estaban trabajando cuando decidieron realizar el voluntariado de larga duración, y la mayor parte de ellas tenían entre 25 y 35 años, un 65% del total.
- Aunque lo más publicitado en voluntariado internacional son experiencias de aventura, cortas e intensas, entre la opción de 1 ó 2 años, más de la mitad ha optado por tener una experiencia de dos años –el 63% en el caso de las mujeres voluntarias-. Este voluntariado es el más valorado por los socios locales.
- No es algo que se queda en un álbum de fotos. Tres de cada cuatro personas que participan en el programa están involucradas en acciones de voluntariado social o de cooperación a su retorno, y el 83% valora que la vivencia ha contribuido sustancialmente a cambiar su estilo de vida.
El voluntariado internacional es, desde luego, un eficacísimo programa de educación al desarrollo, como escuela de ciudadanía global.
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