
Creadores de 2013
Cambian el rumbo de la historia y las historias con su mirada, con una forma diferente de percibir lo que pasa basada en el arte en sus más variadas expresiones. Son escritores, cineastas, cocineros, arquitectos, diseñadores, escultores… capaces de alumbrar el mundo con la luz de sus creaciones y que este año han visto reconocida su labor con diferentes premios o con el aplauso del público y la crítica.

Por Elvira Lindo
Antonio es un hombre brillante y laborioso. También discreto, dedica muchas horas a la escritura y al estudio, pero jamás alardea del esfuerzo que en ello emplea. Siente curiosidad por mil cosas, lo que inevitablemente le ha convertido en un erudito, aunque jamás emplearía esa palabra para definirse a sí mismo, porque él solo se ve como novelista. Cuando algo le apasiona, se entrega a fondo: sea un cuadro del Bosco, un mes específico de 2007 o las rutas urbanas en bicicleta. Jamás se aburre. No tiene prejuicios, aprecia de igual manera una novela gráfica que un cuadro de Kiefer, una ópera que una canción popular. Habla con fluidez cuatro idiomas. Si le preguntas cómo los aprendió, te contesta que el inglés, en un curso por correspondencia que le regaló su padre; el francés, en el instituto, y el italiano, en los libros de historia del arte. Ahora lleva en la mochila un diccionario de portugués. Ni su cultura ni su inteligencia se traducen en un temperamento arrogante: es accesible y generoso con los alumnos que le piden consejo. Con los años, su carácter se ha dulcificado; ahora le gustan más los niños, los perros y los árboles, aunque conserva el sentido del humor áspero y sentencioso que dice haber heredado de su abuela Leonor. Jamás ha movido un dedo para asegurarse un reconocimiento, no es un escritor gregario ni dado a la chismografía literaria. Por tanto, si alguna vez le han atacado, ha tenido que defenderse solo. Los que lo conocen de cerca lo consideran un hombre bueno, en absoluto retorcido, cordial, considerado. Algunos que no lo conocen, elucubran sobre todo lo que habrá tenido que medrar para ser premiado tan generosamente. No es de extrañar que exista este tipo de razonamiento mezquino en un país tan habituado al amiguismo y al compadreo. Este 2013, Antonio recibió el Príncipe de Asturias, y a veces se le veía tentado de pedir disculpas. Cuando todo hubo pasado, volvió a su cuarto y a su rutina tan querida, a una intimidad de la que disfrutamos los que compartimos la vida con él y de la que acaban beneficiándose también sus lectores, porque en cuanto se le deja un poco en paz escribe un libro.
Elvira Lindo es escritora
Sofía Moro
Por Miquel Navarro
Martín Chirino tiene un hacer clásico en la utilización de la forja. En la modernidad, es un pionero del concepto de la espiral, forma que ha expresado de una manera muy personal y rotunda. En el campo de la escultura abstracta, su obra es muy extensa, aunque sea ese uno de sus principales signos de identidad artística. Coincidí con él en una exposición que organizó el IVAM en Shanghái el año 2006 y que reunía obras de Julio González, Andreu Alfaro, Chirino y mías, pertenecientes a la colección del museo. La colectiva se titulaba La alquimia de los herreros. En aquella ocasión, por sugerencia de Martín, fuimos él y yo a ver el Templo del Buda de Jade, construido en 1882. Se lo agradecí mucho. Martín Chirino, un hombre afable, paciente y muy trabajador, es una persona llena de curiosidad por su entorno, por todo lo que ve y oye. Siempre quiere conocer otros modos de comportarse. Me identifico con esa manera de ser. La curiosidad es un resorte que te conduce al conocimiento y estimula la creatividad.
Miquel Navarro es pintor y escultor
Álvaro García
Por Jordi Soler
En la microbiografía de su cuenta de Twitter se define a sí misma como “más mexicana que el mole”. Elena nació en París en 1932, es hija de la aristocracia polaca y francesa, y eligió México como país y como el territorio de sus batallas literarias, que tienen como fundamento su vasta labor periodística: ese afán de preguntar, indagar y transmitir la realidad por escrito que fue convirtiéndola en novelista. Con una obra que ha ido cosechando miles de lectores y un montón de premios, Elena nos ha ido explicando, durante décadas, la realidad mexicana, que es también la realidad hispana. Desde Hasta no verte, Jesús mío, pasando por La noche de Tlatelolco, hasta la más reciente Leonora, ha sublimado en la literatura su inquebrantable conciencia social y su compromiso con los más desfavorecidos. En sus libros se adivina siempre su agudo ojo periodístico; que le hayan concedido el Premio Cervantes es una gran noticia, porque su obra es la evidencia de que las novelas son útiles. Son otra forma de contar la realidad.
Jordi Soler es escritor
Javier Lira (AFP)
Por Ferran Adrià
Sus méritos forman ya parte de la historia de elBulli. Cuando estábamos allí juntos y la prensa me preguntaba cuál era el mejor cocinero que conocía, yo siempre respondía que el mejor era Albert. “Claro, esto lo dice porque es su hermano”, pensaban. Pero en los últimos años, Albert ha dado un paso adelante. Al frente de sus últimos proyectos gastronómicos, y recogiendo todo el trabajo de vanguardia de estos últimos años en elBulli, ha abierto la puerta a un nuevo paradigma que está influyendo en jóvenes cocineros de todo el mundo. Un modelo de restauración fresco e informal, con técnicas culinarias de todas las épocas, pero con una visión que es al mismo tiempo exigente y lúdica. Seguramente se podría decir que lo que pretende Albert con sus proyectos es proponer una vanguardia prêt-à-porter, o, como a él mismo le gusta llamarlo, “un elBulli de barrio”. Estoy muy orgulloso de ser el hermano de Albert. Y justamente lo que pasará dentro de poco será que cuando pregunten quién es Ferran Adrià, la respuesta será: “es el hermano de Albert Adrià”.
Ferran Adrià es cocinero
Vanessa Montero
Por Guillermo de la Dehesa
Nacido en Burriana (Castellón) en 1957, es un mediterráneo inteligente, sagaz, culto e inquieto que desde muy joven decidió dedicar su vida a las bellas artes. Tras estudiar Historia del Arte en la Universidad Valencia, marchó en 1981 a Estados Unidos con una beca Fullbright. Retorna a Barcelona en 1989 para dirigir nueve años la Fundación Antoni Tàpies y otros diez el Macba. Desde 2008 es director del Museo Reina Sofía, donde ha reordenado y ampliado la colección, conjugando lo nacional con lo internacional, la macrohistoria con el microrrelato, y la obra de arte con el documento, dedicando un gran esfuerzo al estudio y la investigación y organizando grandes exposiciones itinerantes con otros grandes museos. Desde 2010 he tenido el gusto de trabajar con él, consiguiendo una ley propia para el museo, votada por unanimidad en las Cortes, creando una fundación con grandes coleccionistas iberoamericanos, portugueses y españoles y consiguiendo que presidentes de grandes empresas españolas entren en el patronato aportando fondos para su desarrollo.
Guillermo de la Dehesa es economista, político y empresario
Jordi Socías
Por Jorge Carrión
Es una editora precisa y veloz. Le envías un artículo a las seis y media y te lo devuelve, con sugerencias solares, a las siete y cuarto. No puedo imaginarla sin Internet; pero no está en las redes sociales. No puedo imaginarla en un mundo sin hiperconexión (le interesa el periodismo, el cine, la novela, la poesía, el ensayo, el cómic: nada contemporáneo le es ajeno); pero sabe aislarse para pensar y para escribir. Heredera de Gay Talese y de Martín Caparrós, sus dos crónicas extensas –Los suicidas del fin del mundo y Una historia sencilla– están marcadas por la observación microscópica y por el uso magistral de la elipsis. Tal vez porque en la era de Wikipedia el periodismo narrativo no debe abundar en todos aquellos datos que ya están en la Red, sino reconcentrarse. No tender hacia la paráfrasis y la digresión, sino hacia el verso. Por eso sus perfiles de escritores y artistas han inyectado savia nueva a nuestros suplementos culturales. Plano americano recopila ese necesario proceso de fotosíntesis. Esos perfiles, cargados de poesía, están firmados por una de las grandes editoras y cronistas de nuestra lengua. Por una luminosa lectora de realidades.
Jorge Carrión es escritor y crítico literario
Mariana Eliano
Por Quim Gutiérrez
Hay una forma de olvido implacable y muy común. Aquella que nos lleva a ver como corrientes las cosas buenas y excepcionales que nos rodean por el hecho mismo de que son frecuentes, de que están ahí. Hay personas, situaciones laborales o herencias familiares que le hacen a uno la vida mucho más llevadera. Pero su constancia las hace invisibles. Y así vivimos. Pero no del todo. Porque a veces uno tiene un doble golpe de suerte y aquella circunstancia excepcional se manifiesta, emite destellos violáceos o ultrasonidos y nos obliga a prestarle atención, a reconocerla y, por extensión, a ver otras circunstancias excepcionales enmascaradas de cotidianidad. Daniel Sánchez Arévalo es un artefacto contra el olvido. Contra el olvido de mi propia fortuna. No tengo claro si los destellos los emite cuando leo sus historias, cuando me mira, sentado al lado de la cámara, me susurra cosas y me siento seguro, o cuando veo las películas terminadas. A lo mejor sus palabras de apoyo después de una ruptura son ultrasonidos y yo no me doy cuenta. Pero me despido de él, vuelvo solo a mi casa y me siento afortunado y dispuesto a no dar nada por sentado. Gracias, Dani.
Quim Gutiérrez es actor
Caterina Barjau
Por Ángeles González-Sinde
Tiene ‘teen spirit’, como la canción de Nirvana: melodía suave, pero un estribillo feroz. No sé si es una persona que deja todo para el último minuto, pero si así fuera, tendría una explicación: no quiere someterse a los filtros de la razón, y cuando uno anda presionado, la cabeza se dispara e imagina mejor. Y como sabe tanto de costuras, de patrones, de volúmenes, de hilos, de tejidos, se lo puede permitir. Invente lo que invente, siempre será audaz y sensato, libre y calculado. No conoce condiciones, restricciones ni límites que no sean ser leal a sí misma, a la calidad y a un lema que es algo así como “que no haya dos mujeres iguales”. Porque lleva la técnica incorporada desde que jugaba de niña en la fábrica de su madre, porque tiene tanta imaginación y es tan rigurosa, parece que no le cuesta producir decenas de piezas cada temporada. Su estudio de Madrid es amplio y claro, contagia ganas de recuperar ese espíritu adolescente, incita a sumergirse en otras vidas que se parecen a las nuestras, pero que con su ropa tendrían noches más largas y tardes sorprendentes. Sus piezas invitan a vivir de verdad, quizá porque respiran algo próximo a la autenticidad.
Ángeles González-Sinde es guionista y directora de cine.
Ana Nance
Por Enric Martí
Cuatro fotógrafos latinos. Dos mexicanos, un español y un argentino. El Pulitzer team 2013… ¿Es casualidad? ¿O más bien es un premio a un fotoperiodismo en auge desde hace mucho tiempo? Tanto el ganador del Pulitzer individual, Javier Manzano (arriba a la derecha), como los que consiguieron el Pulitzer colectivo para Associated Press (AP), Manu Brabo, Narciso Contreras y Rodrigo Abd, son la punta del iceberg que representa a otros muchos fotógrafos que han arriesgado sus vidas por documentar historias en escenarios cada vez más peligrosos como Siria, donde los periodistas son actualmente secuestrados. Manzano se curtió en Ciudad Juárez (México) cubriendo la violencia y sus consecuencias. Narciso se marchó a Asia en busca de esas historias que merecen ser contadas. Rodrigo lleva tiempo encontrando personajes con los que documentar lo que ocurre en Latinoamérica, y Manu cubrió la caída de Gadafi en Libia con secuestro-detención incluida. Son los representantes del fotoperiodismo con mayúsculas.
Enric Martí es editor de AP en Latinoamérica.
Dave Kotinsky y Emmanuel Dunand (AFP)
Por Benito Zambrano
Mariana y Marité, Marité y Mariana… dos campeonas. Dos luchadoras del buen cine independiente. Cuando estudiaba en la EICTV (Cuba), ya oía hablar mucho de ellas, pero hasta el año 2000 no las conocí personalmente. Y fue en la otra punta del mundo, en el Festival de Cine de Tokio. Yo participaba con Solas; ellas, con su A la media noche y media. Codirigida entre las dos. Cuando has pasado por la EICTV, sientes que perteneces a una comunidad que trasciende fronteras. Y si cualquiera de nuestros compañeros triunfa con una peli, a todos nos enorgullece. Cuando me enteré de que Mariana (venezolana) y Marité (Sudaca Films, su productora, peruana) habían ganado la Concha de Oro, dije pa mí, en buen cubano: “¡De pinga, asere, la Mariana y la Marité han metío un jonrón en San Sebastián!”. Cuando ellas me contaban que se producían y se encargaban de mover y vender sus películas, les decía que yo no podría hacerlo. Es demasiado. Brindo por su Pelo malo. La peli que se llevó este año la Concha de San Sebastián.
Benito Zambrano es director de cine.
Larry Busacca (Getty Images)
Por Ernesto Caballero
Ramón irradia humanidad desprovista de retórica teatral: conmueve y resalta como esas bellezas que sobresalen sin saberlo, con sincera naturalidad. Ramón viene del teatro independiente; tal vez de ahí, junto a su generosa personalidad, le venga esa inteligente actitud de darse a sus compañeros esperando todo de ellos, porque sabe –y es de los pocos– que un personaje no lo construye tanto uno mismo como los demás. Ahora le tenemos en el papel de Don Juan Manuel Montenegro, inmerso en el universo de Valle que requiere de un actor capaz de hacer física la palabra, de transitar desde las pulsiones más primarias hasta los más hondos recovecos de nuestra naturaleza, un desafío reservado solo para actores como Ramón, alguien para quien el término compromiso es algo más que un embellecedor proferido en la barra de un bar: la fidelidad a sus apuestas teatrales está siempre por encima de tentadoras ofertas audiovisuales, y en esto también resulta excepcional. Por tanto, humanidad, arte y compromiso se aúnan en Ramón Barea, ese actor que uno va buscando y que a veces, afortunadamente, encuentra.
Ernesto Caballero es director del Centro Dramático Nacional.
Alfredo Cáliz
Por Alfonso de la Torre
Artista impura, polífaga, destructora y recomponedora de nuevas formas. El misterio de eso que llamamos ver es cuestión sempiterna de la labor creativa de Carmen Calvo, una auténtica incitadora de las imágenes. Capaz de plantear que se puedan erigir otras formas visuales: retratos concebidos con objetos superpuestos, manchados o chorreados por cera, rostros lacerados, o incitar a las imágenes mediante elementos que, cual exvotos de un olvidado pasado, permitan reconstruir la escurridiza imagen del yo. Toda imagen puede ser maléfica o benéfica, supone erigir un rostro puro o repulsivo, sanar o destruir, mas erigir retratos-borrados es excelsa antinomia propia de esta creadora: rostros-sin-rostro, paisajes devastados, espacios sugeridores de presencias proponiendo no tanto imágenes surgidas de lo real como desplegando una panoplia de figuras que circulen, con natural aire de nuevas. Ver, cita Calvo al poeta Paul Valéry, es olvidar el nombre de las cosas que uno ve.
Alfonso de la Torre es comisario y crítico de arte.
Jordi Socías
Por Carme Riera
Está claro que a la obra de Luis Goytisolo le sientan estupendamente los años acabados con el número tres, como 2013. En otro año terminado en tres, 1973, apareció Recuento, la primera parte de Antagonía, una ambiciosa tetralogía integrada además por las novelas Los verdes de mayo hasta el mar, La cólera de Aquiles y Teoría del conocimiento, que finalmente la editorial Anagrama ha publicado juntas. Luis Goytisolo, propuesto al Premio Nobel de Literatura, es sin duda uno de los mayores novelistas europeos de la segunda mitad del siglo XX. En 2013 ha obtenido el Premio Anagrama de Ensayo por Naturaleza de la novela, una lúcida reflexión sobre la materia novelable y el arte de narrar, y el Premio de Las Letras Españolas, otorgado al conjunto de su obra por un jurado que tuvo muy en cuenta hasta qué punto la obra de Luis Goytisolo aúna a la perspicacia narrativa la experimentación literaria. Escritor de culto al que le trae sin cuidado ser un best-seller o aparecer en las listas de libros más vendidos, ha contado siempre con el favor de la crítica y de un público que le ha seguido fielmente desde sus inicios.
Carme Riera es escritora y académica de la RAE.
Samuel Sánchez
Por Anatxu Zabalbeascoa
Está formando a la élite. Tercer español al mando del departamento de arquitectura de la Universidad de Harvard, Iñaki Ábalos (San Sebastián, 1956) decide, desde las aulas, la edificación del futuro. Con un pie en Boston y otro en Madrid, le queda un brazo para dirigir el estudio que comparte con Renata Sentkiewicz y diseñar un Museo de Arte Contemporáneo en Zhuhai (al sur de China, junto a Macao) y un campus universitario dedicado a la investigación en Guangzhou. Ábalos es precisamente un investigador nato. Defiende afinar la tradición con nuevos instrumentos, por eso apuesta por conjugar el binomio imaginación y ciencia. La termodinámica –la integración de los conocimientos científicos en la cultura arquitectónica– es su caballo de batalla. Siendo un emigrante de lujo, vive mal que los españoles se vean obligados a emigrar. Pero cree que el tamaño pequeño de los despachos y la práctica semiartesanal de nuestra tradición jugarán a favor de la competitividad internacional de los arquitectos españoles.
Anatxu Zabalbeascoa es colaboradora de EL PAÍS.
James Rajotte
Por Alberto Chicote
Tuve el privilegio hace años de recibir en la que era entonces mi cocina a Alex Atala. Esperaba encontrar un chef brillante que estaba dándole vuelta a la gastronomía brasileña y que traía docenas de productos y técnicas que no conocíamos ni yo ni ningún cocinero del equipo. Cuando llegó, descubrí a una persona llena de talento, imaginación, conocimientos y una capacidad de desarrollo culinario fuera de serie. Durante el tiempo que compartimos mis fogones descubrimos a un profesional meticuloso, un amante de la perfección, un gestor de equipos maravilloso y un cocinero de esos que disfrutan con el trabajo bien hecho cada día. Cuando se fue, supe que había descubierto a uno de esos seres humanos que son capaces de cambiar el rumbo gastronómico de un país, que Alex es alguien con una capacidad enorme para enamorar con su manera de entender la comida, pero sobre todo encontré a una de las mejores personas que conozco dentro de este oficio, y a un amigo.
Alberto Chicote es cocinero
Nelson Almeida (AFP)
Por Carlos Reygadas
Muchos dan por hecho que la función del cine es “contar historias”. La rendición de Breda, de Velázquez, cuenta una historia. Todos conocemos ese cuadro y lo que cuenta. Pero se han pintado muchas otras rendiciones de Breda y veneramos una sola. Supongo que es por la mirada del artista que lo pintó. En la película Heli, Amat Escalante cuenta una historia que ya todos conocemos: en México, el Estado de derecho es inexistente y por ello el narcotráfico como medio de enriquecimiento es muy atractivo. A fuerza de vivir delinquiendo en la impunidad, los criminales dejan de identificarse con sus víctimas y las degüellan con motosierras o las disuelven en ácido. Y la putrefacción se expande… Las policías trabajan para estos muchachos complementando su sueldo, y los fiscales y jueces “quedan bien” y creen, de corazón, que su trabajo es encarcelar gente en lugar de descubrir si son culpables. En suma, que el ciudadano ordinario está desamparado. Que México es un país fabuloso hasta que tienes mala suerte.
Carlos Reygadas es cineasta.
EFE
Por Pablo Berger
La raída camiseta panadera de Sancho Gracia en 800 balas, el buzo elástico de Elena Anaya en La piel que habito, el ceñido traje chaqueta de Carmen Maura en La comunidad, el andrajoso vestido de corte imperio de Anne Hathaway en Los miserables, la mantilla negra de encaje de Maribel Verdú en Blancanieves... son algunas de sus inolvidables historias. Paco Delgado es un figurinista escritor. Sus vestidos hablan. Terciopelos, alpacas, bordados, damascos, sedas, tweeds y tocados, es su vocabulario. Sus diseños describen a los personajes, los visten por fuera y por dentro. Los actores dejan de interpretar, para ser, en el momento que se ponen sus diseños. Jamás olvidaré aquella mañana de domingo cuando le conté mi sueño de hacer Blancanieves. Durante horas hablamos sobre Sevilla, los años veinte, Romero de Torres, Solana, la Argentina, Belmonte, Madeleine Vionnet, los Ballets Rusos… Fue un flechazo. Había encontrado al mejor compañero de juegos que podía imaginar. Gracias, Paco, ¿cuándo volvemos a jugar?
Pablo Berger es director de cine.
Fede Serra